Juntos por Cataluña (Junts per Catalunya), el partido del separatista catalán Carles Puigdemont dará su apoyo decisivo en la votación de investidura a Pedro Sánchez a cambio de una ley de amnistía para los separatistas procesados por la justicia española.
El presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, tiene asegurados ya los votos para ser investido por el Parlamento para un nuevo mandato, tras conseguir el apoyo crucial del independentista catalán Carles Puigdemont, pero su legislatura puede ser compleja.
Salvo sorpresas,Pedro Sánchez saldrá investido en primera votación el jueves 16 de noviembre con 179 votos y sin tener que someterse a la segunda votaciónque contempla el reglamento del Congreso, de una segunda votación, a 48 horas de la primera, en caso de que fracase el primer intento, como ocurrió en la investidura fallida del popular Alberto Núñez Feijóo, reporta The Objective.
El PSOE ha cerrado en las últimas horas un pacto conCoalición Canariaque se firmará en las próximas horas en el Congreso de los Diputados, según adelantan fuentes gubernamentales aTHE OBJECTIVE.
Un acuerdo que supone «un salto cualitativo», según fuentes de Moncloa, porque permite que el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, sea investido con el mayor apoyo previsto para su investidura: 179 votos.
Pero el acuerdo entraña una especial relevancia para Moncloa porque permite romper la que hasta ahora era una alianza del PP a nivel territorial en las islas.
A sabiendas de este hecho,el Gobierno lleva entablando conversaciones desde antes del verano con el presidente canario, Fernando Clavijo, para establecer los cauces de diálogo que le permitiera avanzar en una alianza, pese al pacto de gobierno que mantienen con el PP en el gobierno canario.Estas conversaciones no fueron suficientes para que los canarios apoyaran al PSOE en la sesión constitutivade las Cortes para la elección de Francina Armengol, pese a que llegaron a comunicar su apoyo.
«Fuentes gubernamentales muestran su satisfacción porque se hayan alineado todas las piezas conforme a lo previsto, aunque con plazos más ajustados que los que habían barajado inicialmente. Y anticipan que la intención de Sánchez es tapar las protestas callejeras y el clamor social de la amnistía con la formación del Gobierno», agrega.
En realidad, nadie, porque este escrutinio, convocado de forma anticipada por Sánchez, no dejó ninguna mayoría clara y acabó bloqueando políticamente el país durante varios meses, recuenta por su parte la agencia AFP.
Pese a que su Partido Popular (PP, derecha) finalizó primero, el líder conservador Alberto Núñez Feijóo no obtuvo después los apoyos suficientes para ser investido presidente por el Congreso de los Diputados.
Con los votos de la formación de extrema derecha Vox y de dos pequeños partidos, Feijóo sumó 172 diputados, pero no alcanzó el umbral de los 176 necesarios para lograr la mayoría absoluta, y su candidatura fue rechazada por el Parlamento a finales de septiembre.
Su fracaso abrió camino a la candidatura del jefe del gobierno saliente, Pedro Sánchez, en el poder desde junio de 2018, que estableció intensas conversaciones para conseguir el apoyo de varias formaciones.
Sánchez -quien ya tenía los votos casi garantizados tanto de los partidos vascos como de Izquierda Republicana de Cataluña (Esquerra Republicana de Catalunya, ERC), formación independentista moderada- tuvo que centrarse entonces en conseguir el apoyo clave de los siete diputados de Juntos por Cataluña (Junts per Catalunya, el partido del separatista catalán Carles Puigdemont.
Convertido en inesperado protagonista de la política española, Puigdemont, cuya formación había sido muy crítica con Sánchez en los últimos años, aceptó el jueves dar su apoyo al socialista tras semanas de negociaciones.
Finalmente, el acuerdo se firmó en Bruselas, donde Carles Puigdemont huyó tras el fracaso del intento de secesión de Cataluña en 2017, para esquivar a la justicia española.
A cambio del apoyo decisivo de los diputados de su partido, Puigdemont consiguió que Sánchez se comprometa a impulsar una ley de amnistía para los separatistas procesados por la justicia española, principalmente por su implicación en la tentativa secesionista de 2017.
La presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, debe fijar ahora la fecha del debate de investidura, que podría celebrarse, según los medios locales, el próximo miércoles y jueves.
Con 179 votos ya garantizados, Pedro Sánchez podrá mantenerse al frente de una coalición gubernamental formada por el Partido Socialista y la formación de extrema izquierda Sumar. Una situación muy diferente a la que proyectaban los sondeos antes de las elecciones del 23 de julio, cuando la llegada al poder de la derecha, con el apoyo de la extrema derecha, parecía segura.
La próxima legislatura promete, sin embargo, mucha agitación para el socialista que, antes de votar cada reforma, deberá negociar especialmente con algunos aliados para dispar sus reticencias.
El Partido Socialista y Sumar pretenden, entre otros, que se vote una ley sobre la reducción de la jornada laboral (de 40 a 37,5 horas semanales sin pérdida de salario), por lo que deberán convencer para ello al Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Junts, cercanos tradicionalmente al mundo empresarial.
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