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El controversial O.J. Simpson murió sin pagar su deuda con la justicia

Acusado de asesinar a su exesposa, protagonizó el "juicio del siglo" e inexplicablemente salió absuelto. Este jueves su familia anunció que O.J. Simpson murió rodeado por sus hijos y nietos

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simpson

O.J. Simpson, la exestrella del fútbol americano de la NFL cuya absolución en 1995 en el llamado «juicio del siglo» por los brutales asesinatos de su exesposa y un amigo de ésta conmovió al mundo, murió a los 76 años, anunció este jueves su familia.

«El 10 de abril, nuestro padre, Orenthal James Simpson, sucumbió a su batalla contra el cáncer», escribió su familia en la red social X: «Estaba rodeado de sus hijos y nietos. Durante este tiempo de transición, su familia pide que por favor respeten sus deseos de privacidad».

O.J. Simpson era considerado un dios en Estados Unidos y su fama no cayó al colgar los botines y adentrarse en el mundo del entretenimiento como actor y protagonista de numerosas campañas publicitarias. Pero el asesinato de su exesposa Nicole Brown Simpson y de un amigo, Ron Goldman, lo bajaron del olimpo y lo llevaron al banco de los acusados en 1994 en el llamado «juicio del siglo», que avivó intensas discusiones sobre racismo, justicia y desigualdad.

El jurado -que lo vio en su intento de escapar a la policía- lo declaró inocente, aunque luego en una corte civil -por una demanda interpuesta por la familia de Goldman- fue hallado culpable y obligado a pagar 33,5 millones de dólares en daños, una cuenta que nunca finiquitó. En 2016 -según CNN- las encuestas mostraban que la mayoría de los estadounidenses creían que era culpable.

Simpson no pudo evitar las rejas cuando en 2007 fue arrestado en Las Vegas por secuestrar y robar a mano armada a dos coleccionistas de objetos deportivos. Pasó nueve años en prisión -de los 33 de su condena- y obtuvo libertad condicional en 2017: «He cumplido mi condena. Lo he hecho tan bien y tan respetuosamente como creo que cualquiera puede».

Huyendo en la Ford Bronco

Fue la persecución que paralizó a todo un país frente al televisor. El 17 de junio de 1994, una camioneta Ford Bronco blanco en la que viajaba el fugitivo O.J. Simpson era acechado por un convoy de autos de policía por autopistas de California ante los ojos de 95 millones de estadounidenses.

Ese día, coincidente con la inauguración del Mundial de fútbol de Estados Unidos, se interrumpió la cobertura televisiva de otros grandes acontecimientos deportivos, como las Finales de la NBA y el Abierto de Estados Unidos, para transmitir imágenes de la persecución, mientras Domino’s Pizza registró un récord de pedidos de los espectadores, que no querían perderse un solo instante de acción.

Ese momento, captado por helicópteros de televisión y periodistas sin aliento, y retransmitido a todo el mundo, sigue siendo una obsesión para algunas personas.

Pero una espectadora quedó especialmente fascinada. «Estábamos todos apiñados y mirando, nadie respiraba… nos quedamos allí de pie completamente asombrados y fascinados», recordó Kim Goldman en un podcast de 2019 que conmemoraba el 25 aniversario del suceso.

«Fue raro porque (había) gente esperando que se suicidara… Y mi padre y yo no queríamos… queríamos que lo atraparan y que rindiera cuentas», afirmó.

Cinco días antes, Ron, el hermano de Goldman, había muerto apuñalado junto a la ex mujer de Simpson, Nicole Brown Simpson, en un doble crimen que conmocionó Estados Unidos.

Simpson fue acusado y absuelto en 1995 por un jurado de Los Ángeles en un caso denunciado por muchos como un circo mediático que se conoció como el «Juicio del Siglo».

La absolución de la ex estrella del football americano y actor de Hollywood fue recibida con incredulidad por la mayoría de estadounidenses. Simpson defendió que era inocente y también negó que intentara huir durante la famosa persecución a bordo de la Ford Bronco.

Durante la persecución le dijo por teléfono a un detective de la policía de Los Ángeles que «les hiciera saber a todos que no estaba huyendo», sino visitando la tumba de Nicole.

La policía encontró en el auto una bolsa con el pasaporte y dinero en efectivo de Simpson, así como una pistola, lo que generó muchas sospechas aunque la acusación no la presentara como prueba.

Para Geoffrey Alpert, profesor de la Universidad de Carolina del Sur que estudia persecuciones policiales, la celebridad de Simpson acentuó una arraigada fascinación por estos casos en el país.

«Esperamos la colisión. Nadie quiere que nadie muera, pero ciertamente nos gusta ver algo de caos», dijo Alpert a AFP en 2019.

El propio auto -propiedad de Al Cowlings, amigo de Simpson, quien conducía durante la persecución- está expuesto en un museo del crimen de Tennessee.

Con información de AFP, Marca y CNN

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