Migración

¿Estamos ante una nueva era de las migraciones internacionales?

En el mundo se aplaude un fluido y global tránsito internacional del dinero, de capitales, pero se restringe el flujo humano trasnacional , perdiendo de vista el impacto económico positivo que tendrá la migración en los países de acogida

archivo
Publicidad

Podría parecer, de entrada, un contrasentido, pero en verdad el fenómeno migratorio en nuestro tiempo está envuelto en contradicciones, conflictos y tensiones. Según el análisis de tres expertos, en el mundo se vive una nueva era en materia de migraciones internacionales, y aunque tal proceso tiene como telón de fondo la globalización, se está en realidad ante paradojas.

El doctor Douglas Massey, en una conferencia que dictó en El Colegio de la Frontera Norte, Tijuana, México, enfatiza lo que viene siendo un cúmulo de contradicciones entre globalización y migraciones internacionales, básicamente por decisiones paradójicas o contrapuestas que signan las políticas públicas.

Por un lado, las decisiones gubernamentales de muy diversos países, incluyendo a los que tienen altos niveles de riqueza económica, empujan por acciones que en materia financiera, tecnológica y cultural se enmarquen dentro de la globalización y el intercambio global de bienes y saberes; empero, desde esos mismos países se apuntan a decisiones restrictivas, punitivas y limitantes cuando del libre flujo de personas se trata.

Massey retrata cómo, de forma paradójica se aplaude un fluido y global tránsito internacional del dinero, de capitales, pero se restringe el flujo humano trasnacional, perdiendo de vista una arista en la que suele insistir este estudioso: el impacto económico positivo que tendrá la migración en los países de acogida. Esto, recalca, después del primer período de acogida, inserción e integración de quienes han arribado.

La globalización y la migración masiva, según apunta el profesor Joaquín Arango de la Universidad Complutense de Madrid, han estado unidas de forma estrecha. Desde la invención del barco a vapor, que justamente amplificó la llegada de migrantes a América en el siglo XIX, al abaratamiento y expansión de los viajes aéreos comerciales, dando paso también a un amplio intercambio humano en el mundo actual, como nunca antes se registró.

Arango precisamente ayuda a responder la pregunta formulada en el título de esta nota. Sí, efectivamente se está viviendo una nueva era en las migraciones internacionales y esto tiene como telón de fondo la globalización.

Pero esta nueva era está atravesada por desequilibrios y conflictos que según este estudioso giran básicamente entre el volumen de migrantes que los países receptores pueden estimar necesitan, los que efectivamente ingresan. En la contracara de esta moneda, los migrantes que por muy diversas razones desean o necesitan abandonar su país de origen y su adhesión o no a las condiciones que imponen la nación que les reciba.

En el medio de esta tensión, entre quienes se van y dónde pueden ingresar, están palabras como trámites, cuotas, procedimientos, permisos, presupuesto. La migración internacional hoy, según Arango, es un fenómeno inserto en el debate político nacional, de cada nación.

Algo fundamental que pone de relieve es la propia evolución de la política migratoria de Estados Unidos. Después de recibir 1,7 millones de migrantes en 1907, una cifra jamás superada por más de un siglo, y de constituirse durante el siglo XIX y buena parte del XX, en un país de acogida masiva, EEUU simboliza en este siglo XXI la nación acorazada para impedir el ingreso, especialmente desde la frontera con México, de mexicanos, centroamericanos y más recientemente venezolanos.

El estudioso alemán Ludger Pries precisamente rescata la simbólica imagen del “crisol”, como otrora elemento identitario de EEUU, dada la diversidad de etnias, religiones y nacionalidades que allí han coexistido, fruto de la recepción de una migración masiva extendida por más de siglo y medio.

Finalmente, en la nueva era que viven las migraciones internacionales no parecen tener hoy naciones de acogida que se definan como aquel crisol, que en su momento simbolizó la llegada a territorio estadounidense. En este tiempo, por encima de todo, cuando se habla de migración se pone sobre el tapete el costo económico que representa la llegada de migrantes.

Publicidad
Publicidad