Migración

Otras miradas teóricas al fenómeno de las migraciones

El fenómeno de migraciones se puede estudiar desde distintas teorías. En este artículo, Andrés Cañizález, evalúa cada una de estas teorías a la luz de los eventos actuales

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En un texto previo revisamos las teorías iniciales para explicar las migraciones internacionales. En este artículo revisamos otros aportes teóricos con aproximaciones contemporáneas a este fenómeno social, que toca en años recientes directamente a Venezuela.

Para la Teoría Neoclásica, las migraciones internacionales se producen por diferencias geográficas en la oferta y la demanda de trabajo. Básicamente, este enfoque teórico, sostiene que los países con una gran dotación de capital, pueden ofrecer empleos mejor remunerados pero carecen de la mano de obra necesaria para proseguir con la expansión del capital. 

Para esta teoría, asimismo, la movilidad laboral también transcurre en otro ámbito: Personal altamente calificado de países desarrollados que van a países menos desarrollados porque allí cuentan remuneraciones elevadas y posiciones de dirección y/o gerencia.

La migración, para los autores de la teoría neoclásica, se explica por las diferencias salariales entre países, dejando de lado otras explicaciones y causas para la movilidad humana. Y allí reside, tal vez, su principal limitación.

Por su parte, la Nueva Economía de las Migraciones Laborales (NEML), surge como respuesta a lo que se consideraron insuficiencias o límites de la teoría neoclásica para explicar el por qué ocurren las migraciones en el mundo contemporáneo. Es un postulado teórico que va más allá del trabajo como eje central.

En esta aproximación, se visualizan a las migraciones como decisiones de grupo (familia, hogar, pequeña comunidad) y no tanto como decisiones individuales como habían sostenido las teorías predecesoras. Inspirada también en explicaciones económicas, para la NEML existen fallas en el mercado en los países de origen de los migrantes que terminan llevando a decisiones grupales, en las que se evalúan los ingresos esperados, saliendo a otros destinos, así como los riesgos que ello entraña, no sólo para quien emigra sino para la familia que permanece.

Las comunidades más pobres en el país de origen, terminan por encontrar respuestas en la migración a sus problemas de generación de ingresos en condiciones adversas. La salida de un miembro del grupo a otro país tiene lugar no sólo como una suerte de salvación individual, sino como una decisión grupal proyectando un ingreso a la familia, vía remesas desde el país destino, de aquel que emigró.

Entretanto, la Teoría del Mercado Dual de Trabajo (TMDT) marca un punto de inflexión en las aproximaciones teóricas al fenómeno de la migración contemporánea. Las teorías anteriores estaban enfocadas en las condiciones, individuales, grupales o sociales, que llevan a tomar la decisión de migrar. En este caso se explica la migración como una arista inherente al desarrollo económico de los países centrales, desarrollados.

No hay, según lo que sostiene esta teoría, una migración debido a que países más pobres expulsen a sus ciudadanos por la falta de trabajo o por las condiciones socioeconómicas. La migración, en realidad, tiene lugar porque hay países receptores que requieren la presencia de los migrantes. Sus economías tienen una necesidad ineludible de trabajadores extranjeros, en muy diversos ámbitos y con muy variadas calificaciones.

La migración internacional, para la Teoría del Sistema Mundial, descarta al fenómeno migratorio como algo solamente actual o como producto de interacciones entre los mercados laborales de países particulares.

Para los autores inscritos en esta perspectiva teórica, alimentada a partir de la obra del estadounidense Immanuel Wallerstein, las migraciones internacionales se explican por una estructura global del mercado de trabajo que comienza a registrarse desde el siglo XVI. Primero el colonialismo directo, y luego la representación corporativa global (proveniente de los países antiguamente colonizadores) logran una presencia -predominantemente capitalista- en sociedades periféricas no desarrolladas. Esta interacción genera una población proclive a movilizarse y/o emigrar a las metrópolis.

La presencia del capital de países desarrollados alimenta desigualdades preexistentes y pobreza endémica. El modelo de desarrollo de un capitalismo periférico dependiente, sencillamente genera migraciones, como búsqueda de oportunidades en aquellas metrópolis que acentúan la inviabilidad de las sociedades de origen. El capitalismo, así, actúa de manera global en el mundo moderno.

La Teoría de la Causalidad Acumulada, por su parte, sostiene que la migración por sí misma ayuda a generar y mantener el fenómeno migratorio. Si bien las decisiones de migrar son individuales o familiares, el impacto de tales movimientos es social o comunitario.

Si bien la teoría aborda seis aristas, por razones de espacio nos detendremos solamente en lo relacionado con la tierra porque justamente explica con claridad la tesis central de esta teoría. Para muchos migrantes un objetivo central es comprar tierra en su lugar de origen, al tener mejores ingresos –comparativamente- pueden hacer que se incrementen los precios localmente, porque hacen mejores ofertas. Precios más altos de la tierra impulsarán a los más pobres a migrar para poder acceder a la compra de su propia tierra.

Y, por el otro lado, como el objetivo del migrante no es poner a producir la tierra de forma inmediata, la tierra sin uso localmente afecta la producción de alimentos y puede ser otro factor que impulse la migración. Junto a esto, los migrantes que sí ponen a producir sus tierras, en sus comunidades de origen, pueden contar con más recursos económicos en comparación con sus paisanos no migrantes, y gracias a ello tener mejor producción, lo cual también impacta negativamente al resto de la comunidad y puede alimentar el flujo de migración.

Finalmente, está la Teoría Institucional. El surgimiento y sostenimiento de flujos migratorios propician el surgimiento de instituciones u organizaciones que de manera formal o ilegal se dedican a facilitar la entrada de migrantes en el país receptor.

Para esta teoría las instituciones que se dedican a facilitar o acompañar el ingreso de migrantes tienden a permanecer en el tiempo, generando una nueva infraestructura social, que tiende a institucionalizarse y con ellos se puede incrementar el ingreso migratorio en la sociedad de acogida.

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