Migración

El "muro" de Biden: ¿cómo afecta a los migrantes venezolanos que buscan entrar a EEUU?

Joe Biden cedió a las presiones en época electoral y firmó una medida que endurece las acciones contra los migrantes sin documentación en Estados Unidos. ¿Qué ocurrirá en la práctica?

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Con la presión de unas elecciones presidenciales que tendrán lugar en pocos meses, y haciendo frente al furioso Donald Trump quien ha prometido retomar el proyecto de un muro fronterizo y hacer una expulsión masiva de migrantes sin documentación el día 1 de su gobierno, Joe Biden ha terminado por imponer un decreto que se parece mucho a lo que hizo su contendor republicano cuando estaba en la Casa Blanca.

El tema migratorio, junto a la edad de Biden y sus desvaríos en público, son asuntos a los cuales Trump saca provecho en la campaña con la que busca volver a la Casa Blanca. En los comicios pautados para noviembre la reelección de Biden estará en juego -entre otros temas cruciales- por lo que se viene narrando desde el lado republicano como una política débil que ha permitido el desbordamiento de la frontera con México.

Bajo ese marco se debe entender la decisión del presidente demócrata de establecer límites numéricos al acceso de personas sin documentación desde México hacia territorio estadounidense y la posibilidad o no de acceder a asilo.

Tras no encontrar acuerdo con los republicanos en el Congreso, Biden firmó este martes 4 de junio una orden ejecutiva. La medida le permitirá a las autoridades realizar deportaciones inmediatas de aquellos que no cumplan unos estrictos estándares de asilo, y además establece una cifra tope de 2.500 detenciones diarias a lo largo de la extensa frontera entre México y Estados Unidos, durante un promedio de siete días.

Cuando se baje el promedio a 1.500 detenciones diarias durante dos semanas se levantarían las restricciones.

Se trata de un tope muy fácil de seguir si nos guiamos por las estadísticas del propio gobierno norteamericano. Durante el mes de mayo tuvieron lugar unas 3.800 detenciones cada día. En diciembre pasado, fueron unas 8.000 cada día.

Partiendo de esto, todo apunta a que la frontera estará en restricción durante los meses que restan de campaña electoral, sin que el gobierno anuncie una medida de cierre total que sería sumamente negativa entre grupos de derechos humanos y el ala más progresista del Partido Demócrata.

Desde que el gobierno de Biden puso fin a la excepcionalidad que le había dado a los migrantes venezolanos sin documentación, y éstos comenzaron a ser detenidos, devueltos a México o incluso deportados, se contabilizaron 266.000 detenciones de venezolanos en la frontera sur estadounidense entre octubre de 2022 y septiembre de 2023.

Así que el endurecimiento que anuncia Biden implicará más detenciones de migrantes venezolanos que intenten ingresar sin documentación, y una más severa negación de asilo para quienes no hayan realizado los trámites previamente, carezcan de una cita pautada a la hora de llegar a la frontera entre México y Estados Unidos, o mientan sobre su solicitud.

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Migrantes esperan para cruzar a Estados Unidos desde Matamoros, México, a Brownsville, Texas, el 4 de junio (CHANDAN KHANNA / AFP)

“Esta acción nos ayudará a recuperar el control de nuestra frontera, restablecer el orden en el proceso. Esta prohibición seguirá en pie hasta que las cifras de gente que intenta cruzar ilegalmente se reduzcan a un nivel que nuestro sistema pueda gestionar de manera eficiente”, aseveró Biden desde la Casa Blanca el 4 de junio en un acto con alcaldes y legisladores de áreas fronterizas que tuvo más fines electorales que estrictamente humanitarios en relación al masivo flujo migratorio de diversos países.

En su declaración, Biden pidió “paciencia” a los críticos de la nueva orden ejecutiva. “Ahora mismo la buena disposición de los estadounidenses (hacia los inmigrantes) se está agotando. No hacer nada no es una opción”, sostuvo en un reconocimiento tácito de que su móvil está más relacionado con las percepciones sobre la migración, en un período álgido al ser un tema sensible de cara a la búsqueda de su reelección.

La medida recurre a la sección 212 (f) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, un recurso utilizado por Donald Trump durante su presidencia para imponer una endurecida política migratoria, de triste recordación, y evitar entradas a Estados Unidos. Pero, a diferencia de lo que ocurrió durante aquel mandato (2016-2020), con lo anunciado por Biden los menores no acompañados no se verán afectados: “No separaremos familias”, han dicho altos funcionarios a medios de prensa acreditados en la Casa Blanca.

Además de los menores, la medida también contempla excepciones para los gravemente enfermos y aquellos casos en los que el afectado alegue, y pueda demostrar, un riesgo claro de tortura u otro tipo de maltratos si resulta deportado. Aquellos sobre los que se determine que no sufren ese riesgo serán deportados “lo más rápidamente posible”. A quienes incurran en falseamiento de hechos para solicitar asilo o protección de Estados Unidos, se les vetará la entrada en el país durante al menos cinco años y podrían encarar cargos judiciales.

Según las autoridades estadounidenses, cada día se procesan alrededor de 1.450 solicitudes de asilo y protección. Se calcula que hay unos dos millones de peticiones de asilo a la espera de una decisión de los jueces especializados en migración. La gran mayoría de personas, entre las que se cuentan numerosos venezolanos, aguardan la resolución de sus casos en territorio estadounidense y llevando una vida normal.

Según la Casa Blanca se busca reducir de forma sustantiva ese volumen alto de solicitudes que están en procesos y obligar a que las personas inicien los trámites de asilo y protección antes de llegar a la frontera entre México y Estados Unidos, haciendo uso de la aplicación CBP One.

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