Venezuela

Opinión | El regreso de Juan Guaidó

El presidente de la Asamblea Nacional tuvo una privilegiada interlocución cara a cara con algunos de los principales líderes mundiales y, en algunos casos, fue recibido con honores de jefe de Estado

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gobierno de estados Unidos Juan Guaidó en el Estado de la Unión
AFP - Archivo

No es cualquier retorno a Venezuela. El regreso de Juan Guaidó no es sólo la llegada de un viajero, sino que con esta llegada deberá abrirse una estrategia nueva en la lucha democrática en Venezuela.

La gira internacional de Guaidó ha sido exitosa, sin duda alguna. Le permitió reconectarse con el respaldo de decenas de países que le reconocen como presidente interino y éstos ratificaron su apoyo al presidente de la Asamblea Nacional para que conduzca la transición venezolana.

Guaidó tuvo una privilegiada interlocución cara a cara con algunos de los principales líderes mundiales y, en algunos casos, fue recibido con honores de jefe de Estado. Su estadía en Washington y las reuniones de alto nivel en la capital de Estados Unidos, luego de estar en Europa, cierra el periplo. Es hora de volver.

Al contrario de lo que fue el discurso triunfante de otro momento, Guaidó llama ahora a todos los venezolanos a hacer el trabajo en pro de la democracia. El apoyo de la comunidad internacional es importante pero no es lo determinante para desencadenar el cambio.

En esta gira, y en particular en su etapa en Estados Unidos, Guaidó ha usado ya todas sus armas. Todo lo simbólico que fue el acto en el Congreso o la visita a la Casa Blanca constituyen los puntos más altos de respaldo a la causa democrática que encabeza Guaidó. Y han sido muy importantes. Pero una vez que ya ocurren, en términos políticos es un apoyo que ya se usó.

También de manera diferente, en esta ocasión las diversas reuniones de Guaidó con distintos líderes, han ocurrido de manera privada, sin dar grandes anuncios posteriores. Esto puede ser positivo ya que cualquier cosa discutida forma parte de una estrategia que se devela sólo al momento de ejecutarse. La anticipación no es conveniente en política y menos aun cuando se hace frente a un régimen autoritario.

Guaidó regresa con el respaldo internacional, pero puertas adentro el país sigue atravesado por múltiples facetas de una crisis que no parece tener fin. La sociedad venezolana, en su mayoría, dedica su mayor esfuerzo en sobrevivir.

Políticamente la gira de Guaidó no sanó las heridas en el mundo de las oposiciones. Y hasta la oposición de la oposición está dividida. La ilegitima Asamblea Nacional que dice encabezar el diputado Parra ni siquiera fue llamada a la mesa de diálogo con el canciller ruso o con el presidente español Rodríguez Zapatero. Son ignorados por el propio chavismo, pero con posesión de las instalaciones legislativas.

Y están los que sí fueron llamados a la mesa y que seguramente encabezarán la movida de nombrar un nuevo Consejo Nacional Electoral y empujar unas elecciones express para el Parlamento. Y además están los que de ninguna manera irán a elecciones mientras Maduro esté en el poder.

No será tarea fácil para Guaidó el regreso, más allá de lo difícil o fácil que le resulte ingresar a Venezuela. Una vez que esté en suelo venezolano, y el éxito de su gira sea sólo un recuerdo, la pregunta que girará en torno al líder: ¿y ahora qué viene Juan?

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