Opinión

La izquierda y el Miss Venezuela

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Sin sorpresas. La película venezolana 3 bellezas responde al discurso de izquierda sobre el Miss Venezuela, resumido en la canción “El estuche” que canta Andrea Echeverri, notable ñángara: “90-60-90 suman 240, cifras que no hay que tener en cuenta / Mira la esencia, no las apariencias”. Es fácil tirar piedras. Todos pasamos por eso. Un poco más crecido, me percaté de que el Miss Venezuela (todavía) tiene sintonía. El Miss Venezuela atrae patrocinantes. El Miss Venezuela es cirugías, sí, pero también una metodología que contabiliza éxitos. Cosas que no consigue la izquierda, al menos la más oxidada.

Veo la lista de mujeres que han salido del Miss Venezuela y no necesariamente observo una fábrica de monstruos. No sé si puedo decir lo mismo del PSUV.

3 bellezas, de Carlos Caridad Montero, llega quizás con una o dos décadas de atraso, como mucho del cine venezolano. Las Monsters High se venden más que las Barbie. No sé si el Miss Venezuela tiene hoy el mismo peso en el imaginario de aspiraciones de las carricitas que, pongamos, Diosa Canales. Hace tan poco como un año, el chavismo dio permiso a Venevisión para celebrarlo en el Poliedro. Digamos que casi se ha hecho inofensivo.

Obsesionada por los concursos de belleza, Perla Camacho (Diana Peñalver), como suele ocurrir, no reparte equitativamente el amor más poderoso del mundo entre sus tres hijos: Carolina de Mónaco (Fabiola Arace), Estefanía de Mónaco (Josette Vidal) y Salvador (Fabián Moreno), lo que queda más que claro luego de una alargadísima y redundante introducción a la que hasta le ponen cartelito (“prólogo”), como si el público fuera subnormal. Toda la película puede resumirse en un diálogo de Perla a Carolina: “Una miss tiene que ser viva, aprender a traicionar. Miss no tiene amigos. Debe estar dispuesta a hacer cosas feas”.

Para el que sepa leer entre líneas, el destino de Salvador en la escena final está más o menos claro desde el principio. Hay una parodia como de patio escolar de una gala del Miss Venezuela (Osmel se llama Cosme). La representante de Falcón muere debido a una sobredosis con pastillitas para adelgazar. De lo mejorcito de 3 bellezas es la puntica que le lanza a la iglesia Pare de Sufrir.

En los créditos finales de 3 bellezas aparecen hasta 10 coguionistas, pues la idea original participó en no se qué concurso. Honestamente, no sé si de ese método sale buen cine, no me imagino a Tarantino en ese plan. A mí lo que me quedaron fueron cuatro personajes bastante esquemáticos. Del reparto, las únicas medio salvables son Peñalver y Vidal.

Hace unos años, Carlos Caridad Montero dio una entrevista en Aporrea en la que anticipaba: “La Villa del Cine me compró un guión (…), tiene que ver con la imagen femenina y cómo existe una dictadura que presiona a las mujeres venezolanas, que deben verse de una determinada manera”. Amigo, supérelo. Prefiero esa dictadura que otros sistemas de gobierno que garantizan las piernas peludas.

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