El Estímulo

El candidato César Farías

Más allá de sus apariciones mediáticas, cargadas de críticas a una conducción obsoleta, César Farías no ha mostrado aún el bosquejo de intenciones y medidas con las que pretende convertirse en el sucesor de Rafael Esquivel. Mientras no lo haga, su aspiración –natural como cualquier otra- no convencerá a la gente, ese colectivo que a pesar de no tener poder de decisión, sí pesa y mucho en este negocio llamado fútbol.

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Tras suceder a René Henmer Colmenares en 1986, Esquivel no ha abandonado su puesto de comandante de la Federación Venezolana de Fútbol. Sin importar el organigrama federativo, el oriundo de Tenerife, España, ha construido una estructura netamente presidencialista en la que su consentimiento es necesario hasta para la adquisición de los refrigerios de los futbolistas. Como expresaba en otra columna, el mandamás del fútbol criollo es un enorme político, uno que ha sabido neutralizar a sus oponentes y derrotar cualquier intento de derrocarlo; en su gestión ha sabido lidiar con todo tipo de situaciones conflictivas y resolverlas siempre a su favor, aunque estas soluciones hayan repercutido pocas veces en beneficio de ese colectivo conocido como fútbol venezolano.

Después de casi treinta años en el poder aparece en el horizonte un posible sucesor. No me refiero a intentos ausentes de punch como el que protagonizó César Semidey, ni a las intenciones sin peso ni norte de Nelson Carrero, así como tampoco a los episodios “grouchescos” de Rafael Santana o Alberto Castillo. En este caso, quien sacude los cimientos del poder no es otro que el ex empleado de la FVF, y persona de confianza del presidente Esquivel, César Farías. El guión de este film aún está por escribirse, pero gracias a las apariciones mediáticas del oriental, ya se pueden ir divisando algunas señales, al estilo de tráiler, que anuncian una carrera muy entretenida.

Farías no miente cuando expone que su meta es ocupar el sillón presidencial. Lo que quizá no ha dejado claro es que esa aspiración estaba en sus planes mucho antes de que soñara con ser seleccionador nacional. En conversaciones informales con amigos, el de Güiria, Estado Sucre, dejaba bien claras sus intenciones de llegar hasta el máximo organismo federativo. Luego de casi ocho años de convivencia en la FVF y una breve pasantía por el fútbol mejicano, el ahora propietario del Zulia F.C. parece tener un plan y así hacer realidad esa vieja aspiración.

Entre las muchas enseñanzas que debe haber recogido de su paso por la selección, está la de que para seguir adelante con sus objetivos, Farías debe rodearse de personas capaces y hábiles en el manejo de temas económicos y mediáticos. No es casual que luego de pelearse con la mayoría del periodismo deportivo del país, el ex conductor de Xolos de Tijuana haya iniciado una especie de raid mediático con la intención de exponer su voluntad y lavar su imagen. Por ahora no ha profundizado en cuanto a los planes y cambios que llevaría a cabo en caso de acceder a la silla de Esquivel, pero queda claro que, en el caso del diario Líder y otros medios en el interior del país, Farías pretende hacer borrón y cuenta nueva.

A propósito del diario deportivo, es cuando menos llamativo que el día que la selección nacional enfrentaba su primer partido del 2015, éste decidiera colocar en portada al ahora dirigente y aspirante al puesto de Esquivel, lo que quiere decir que esas asesorías en materia de comunicación están haciendo su trabajo, aunque por lo leído en esa entrevista, el plan para acceder al poder y las alternativas que el oriental siente que encarna, son parte de un secreto bien guardado.

En lo que podría señalarse como el inicio de su camino electoral, ya hay algunas señales que van dejando en claro que el ex entrenador del Deportivo Táchira está tejiendo su red de adhesiones, una que se antoja muy poderosa y en la que presumiblemente se encuentran las directivas del Deportivo Táchira, Mineros de Guayana, Deportivo La Guaira, Carabobo, Llaneros de Guanare y algún equipo más, sin desechar obviamente a su Zulia. Su aspiración es natural; lo que por ahora queda claro es que algunos temas no serán tocados por los amigos a los que en estos momentos acude el ex seleccionador.

Han crecido los clubes, pero no se ha podido convertir en un campeonato que atrape a la gente totalmente. No hemos podido aprovechar en Venezuela el desarrollo que hemos tenido en otros aspectos: exportación de nuestros jugadores, del crecimiento rotundo de la selección. El mercadeo que ha tenido la selección no ha llegado a los clubes y eso lo tenemos que analizar seriamente.

En la charla con el diario Líder, Farías expuso que “no es un pecado aspirar a ser presidente”. Consciente de que la gran mayoría del país futbolero desea un cambio en las formas como se maneja esta actividad, sería positivo que en próximas apariciones, Farías develase algunas incógnitas como las que a continuación planteo: ¿en qué quedaría su participación en el complejo Ciudad Vinotinto? ¿No sería un conflicto de intereses ser accionista de una escuela formativa y a la vez ser presidente de la FVF? ¿Cómo sería su relación con los medios de comunicación? ¿Qué haría en torno a la formación de los entrenadores venezolanos? ¿Fomentaría el cumplimiento de los reglamento federativos, aunque estos castiguen a los equipos con deudas? ¿Propondría la revisión del formato del torneo nacional de primera división, así como los mecanismos que otorgan cupos a copas internacionales? ¿Qué haría con respecto a las selecciones nacionales y la ausencia de un lugar apto para concentrar? ¿Qué piensa de cómo la FVF lleva sus comunicaciones? ¿Mantendría la figura de exclusividad en el contrato de la TV nacional? ¿No convendría que cada club negocie sus derechos de televisión de manera individual? ¿Cuáles son sus proyectos de mercadeo para el torneo local? ¿Hay un plan para que los equipos accedan al dólar preferencial que sí gozan la LBVP y la LPB? ¿Qué hacer con los estadios que no cumplan con los requisitos mínimos para la práctica profesional de este deporte? ¿Cómo serían sus relaciones con el poder central? ¿Cuál es su equipo de trabajo? ¿No sería mejor tener buenas relaciones con Conmebol antes que “exigir respeto”?

Son muchas más interrogantes que no caben y que no es necesario exponer en este texto. La aspiración de Farías es tan válida como la de cualquier otro venezolano que haga vida en este fútbol, pero cómo no conozco las respuestas a estas interrogantes, se me hace imposible establecer una opinión contundente acerca de las razones por las que el oriental, siendo tan joven – y según su círculo íntimo, tan requerido para dirigir en el extranjero-, ha decidido entrar en esa carrera por la presidencia de la FVF. Por ahora, aunque al entrenador y dirigente oriental no le guste, sus propuestas no son más que saludos a la bandera y un copilado de frases que siguen sonando a amenazas y reproches.

En fin, que por ahora esto no es más que un poquito más del pan nuestro de cada día.

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