Opinión

¡Ya estoy harto de todo lo que comience por C...!

... conference, casa, comida, cocina, caña, cama, chiquillos, casamiento, contacto y ¡qué sé yo! Pero hay que seguir

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estoy harto oscar doval
Composición de imagen: Alejandro Cremades

Ya estoy harto, por Oscar Doval

En este momento, ya hemos pasado la cifra de 4 millones de infectados y cerca de 300 mil muertos en todo el mundo. Los números de la pandemia siguen creciendo, aunque mucho de los países inicialmente protagonistas del Covid-19 como China, Italia y España, comienzan a ver como sus curvas de contagiosidad se aplanan y, en la misma medida, se laxan las medidas de aislamiento y cuarentena, comenzando la actividad productiva de forma gradual.

Desde mi lado más auténticamente humano, entiendo de sobra que esto ocurra, porque en lo personal me provoca salir corriendo para la calle a hacer cualquier cosa. Ya estoy harto del teletrabajo, los webinars, las video-conferencias, los cumpleaños por zoom, los whiskeys virtuales, y de todos los medios creados para continuar con un contacto humano, aséptico y fastidioso. Amén de que en nuestro país, le quitamos el video a las comunicaciones, para que “rinda el ancho de banda”, lo que hace que uno tenga que gritar más, y escuchar el sonido de hielos chocando, para verificar que los panas a distancia, sí se están “echando los palos” con uno. El otro día mi hijo me dijo que había tenido sexo por zoom, lo que me parece bastante innovador. Por pudor paternal, no me atreví a ahondar con él sobre el tema, pero en estos días estaré “googleando” al respecto.

En Venezuela los casos diagnosticados con Covid-19, no llegan a 415, ostentando una tasa de contagio per cápita de las más bajas del mundo. De la misma forma, la mortalidad no llega a 3%, debido a un impecable manejo sanitario del gobierno y los sectores privados de salud, diga lo que diga la oposición radical.

No obstante, para mi sigue siendo un misterio el manejo de la cuarentena por parte del Estado. En teoría debería cesar por las cifras antes reseñadas, pero hay sectores sanitarios y gubernamentales, que están negados a ello, debido a los supuestos peligros sanitarios por la poca capacidad de contención médica y al grave problema de combustible que estamos viviendo. Esto contrasta con la necesidad de la mayoría de nuestra población de incorporarse a la actividad laboral lo antes posible, ya que vive del “día a día”, así como de nosotros los empresarios, que venimos atravesando una seria recesión económica en los últimos 5 años, ahora agravada con la pandemia.

Como les decía en la entrega anterior, independientemente de la pandemia y la cuarentena, no paremos nuestras empresas. Entonces les sugerí que no frenáramos nuestras operaciones y que pusiéramos mucho foco en la cadena comercial, compuesta por productos, canales y segmentos, haciendo particular énfasis en planes de ventas proactivos y el uso de canales alternos, como las redes sociales y los servicios de delivery emergentes. ¿Pero, qué más hacer?

Semana a semana

Resulta particularmente importante revisar nuestra estrategia y modelo de negocios, dando una revisión muy frecuente de cada uno de los componentes de nuestro grupo de interés. Accionistas, proveedores, empleados, y particularmente, los clientes y competidores, pueden darnos un buen pulso semanal, sí semanal, del comportamiento de los productos, canales y mercados target.

De la revisión continua, del entorno, entendido como patrones de consumo, así como esenciales variables macroeconómicas como la inflación, devaluación y disponibilidades de liquídez en bolívares y divisas; podremos hacernos un panorama global, que nos permita tomar rápidas decisiones tácticas para mantenernos vivos en el mercado.

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No olvidemos que en este momento, las asociaciones estratégicas con otros productores y comercializadores, nos permitirán mantenernos a flote e incluso crecer. Me permito exponer un sencillo ejemplo: si soy un tradicional productor de textiles para vestir y comienzo a fabricar textiles médicos, tales como tapabocas, gorros, botines, batas y otros enseres requeridos para protegernos del contagio del coronavirus, sin duda tendré más oportunidades de sobrevivir, que si me quedo “pegado” haciendo las mismas prendas de siempre. Si, además, realizo acuerdos con otros fabricantes para distribuir desinfectantes, antisépticos, productos de higiene personal, innovadores cosméticos con factores de protección antiviral -y no paremos de imaginar otras cosas, por favor- tendremos un nutrido portafolio para un nutrido número de clientes.

A lo anterior, podemos sumar presentaciones, formulaciones y empaques para todos los bolsillos. Entonces el mercado se vuelve mucho más interesante y extenso. Si añadimos a la fórmula, la llegada a los tradicionales distribuidores y vendedores, así como a pequeños negocios independientes, y por qué no, compradores finales, entonces tendremos un modelo y plan de negocios adaptado a la realidad de esta semana. Mosca, esto puede cambiar de semana a semana, ya sea por nuevas regulaciones, decisiones políticas, ausencia de materia prima, competidores emergentes que nos quitan mercado, etc. Debemos tener la capacidad de reinventarnos, semana a semana.

¿Y el billete?

Pero ¿cómo hacemos con las finanzas, en un momento de “pelazón” empresarial y sin poder aspirar a un razonable financiamiento bancario? Esto si es un reto “heavy”.

Ante todo, hagamos hasta lo imposible por mantener un flujo de caja positivo, asegurando ingreso por ventas continuas, midiendo muy bien el riesgo de pérdidas y los gastos imprevistos. Además, debemos pedir crédito a los proveedores -aunque sea en divisas-, solicitar a nuestros clientes que paguen de contado y manejar de forma adecuada -no especulativa- los precios de reposición.

Es, asimismo, muy importante medir muy bien nuestros costos, haciéndonos del inventario necesario, no excesivo, ya que la materia prima requerida puede cambiar muy frecuentemente, dependiendo de la demanda. Es imperativo reducir los gastos fijos al mínimo posible. Tanto los gastos operativos como de personal hay que tratar de convertirlos en gastos variables, en función de llegar a acuerdos con los empleados de pagos en base a productividad, así como tratar de tercerizar, en la medida de lo posible, parte de las operaciones y servicios tecnológicos, de modo que puedan expandirse o reducirse las capacidades –y los gastos- según la necesidad.

Estamos en un momento de excepción para poder ver con detalle nuestros procesos como empresa, corregir una cantidad de ineficiencias y malas prácticas, que por el trabajo operativo diario, no tenemos tiempo de realizar. Les sugiero coordinar equipos gerenciales y administrativos, para que por teletrabajo realicen mesas de análisis dedicadas a ello, con los únicos objetivos de conseguir nuevas fórmulas para incrementar ingresos y reducir gastos.

Nuevo liderazgo

Ante todo mantengamos la calma, la sindéresis y la racionalidad.

Estamos ante una situación sanitaria grave pero temporal, que tiene principio y fin. Los ciclos por cada región “donde aterriza” el Covid-19, se estima que duran entre 8 y 12 semanas, tomando en cuenta las etapas iniciales de crecimiento exponencial, las etapas intermedias de estabilización de la curva de crecimiento y las etapas de decrecimiento.

Si bien es potencialmente letal, el índice de mortandad de 2% en los países con adecuadas políticas sanitarias, no es mayor que el que produce la influenza, que naturalmente tiene dos ciclos al año y muchos de nosotros la hemos padecido. Si caemos dentro del 15% con potencial de complicarse por el Covid-19, en un buen porcentaje de los casos existe éxito terapéutico con una combinación de cloroquina o hidroxicloroquina y azitromina para bajar la carga viral en las fases iniciales de la enfermedad. El tratamiento con oxígeno-terapia y ventilación mecánica en los casos más graves, suele ser exitoso, permitiendo la superación de la enfermedad en casi todos de los pacientes complicados.

La mayoría de los analistas financieros coinciden en que entramos en un inexorable ciclo de recesión económica mundial, con serio compromiso de la producción, del consumo y de los mercados de valores. No obstante, al estar ligada esta crisis a una coyuntura y emergencia sanitaria, no hay razón para que no pueda haber una recuperación rápida tras la superación del Covid-19, estimada para finales de este año.

Demos acceso continuo a nuestra presencia, aunque sea de manera virtual. Mostremos cercanía con los empleados y colaboradores, preguntando por su bienestar y el de su familia. Aseguremos que solamente asistirán a la empresa aquellos empleados que son críticos para operar, exigiendo las medidas de prevención dictadas por las autoridades sanitarias.

Mientras levantan la cuarentena, incentivemos el teletrabajo a través de las diferentes herramientas de interconexión y trabajo cooperativo. Asignemos y pidamos a nuestros supervisores que deleguen a los equipos tareas concretas diariamente y que estas sean revisadas al final de cada jornada. Propiciemos la comunicación y cooperación con empleados, clientes, proveedores y colegas empresarios

Es nuestra obligación, como líderes, mantenernos informados y erigirnos como “dueños” de la información de cara a los colaboradores y supervisados, creando canales y mensajes, mediante los cuales nos dirijamos a los supervisados dando partes diarios sobre la situación de la pandemia, así como las decisiones laborales e incluso de orden operativas que conciernen al trabajo diario: asistencia, horario, transporte, alimentación, medidas preventivas y otras.

También es importante no estar todo el día “pegado” a las redes y medios, ya que lejos de ayudar, nos resta tiempo útil de estrategia, conduce a informaciones especulativas, puede llegar a tornarse obsesivo y aumentar innecesariamente la angustia y el estrés situacional.

Atendamos a diversas opiniones y puntos de vista, divergentes y creativos, explorando con asesores expertos, internos o externos, sobre asuntos claves actuales tales como temas sanitarios, manejo de crisis y recuperación postcrisis, manejo de finanzas, estrategia, cadena comercial, continuidad de negocios, cadena de suministros, operaciones, logística, recursos humanos y teletrabajo.

En aras de dar respuestas rápidas y flexibles, organicemos equipos ejecutivos pequeños y eficientes que se manejen por entregables en el corto plazo, tomando decisiones y ejecutando de forma inmediata. Propiciemos la revisión y el cambio continuo de los procesos para adaptarlos a la necesidad del momento, así como tratemos de propiciar entre nuestros colaboradores roles multitarea y no especializados.

Todo un reto lo planteado, pero creanme, vale la pena seguir produciendo, por nosotros, y por nuestra querida Venezuela.

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