Después de comprar mi primer carro (un viejo Jetta rojo sin tubo de escape), fue una de mis primeras inversiones como graduado. Recién tenía un empleo vinculado a mi profesión en 2002 cuando la amenaza llegó a mí: quien no tenga suscripción a Directv, no podrá ver el mundial de fútbol de Japón y Corea. ¡Virgen santa! Inmediatamente adquirí (sin mucha dificultad) el servicio para ser instalado en mi casa.
Desde entonces, Directv acompañó mi hogar. Se transformó con el tiempo, de ser un medio de entretenimiento, a una herramienta valiosísima de trabajo. Justo en 2002 pude disfrutar de todos, léase todos, los partidos de la Copa Libertadores que le dio al viejo Olimpia de Pumpido su tricampeonato. Mi obsesión, la Libertadores, la podía ver en vivo, pagando en aquel entonces un módico precio por la suscripción y hasta hoy, un monto irrisorio. Y así, las ligas de España, Italia, Portugal, Argentina. Todo el fútbol que quería, todo, sin excepción, era ya una realidad en casa, casi gratis. Algo inexplicable, sin asidero lógico.
Una sola vez me falló Directv con el fútbol: justo cuando casualmente comencé mi carrera de narrador en Sport Plus, canal perteneciente a la cablera Inter. En la plataforma satelital no se podían ver los partidos del fútbol nacional al ser Sport Plus la dueña de los derechos de transmisión. Luego, desde 2010, Directv Sports compró los derechos y mis servicios también, por lo que desde entonces fue la tribuna visual que me permitió darle seguimiento a mi campeonato querido. Y desde 2006, con TLT al aire, siguió siendo la operadora que me acercaba a todo el fútbol, como espectador y como parte del mismo. Hasta el 19 de mayo pasado.
El cierre de operaciones de Directv en Venezuela decretó, de momento, un golpe mortal a las transmisiones de fútbol en el país. Y no solamente en cuanto a la difusión de partidos, sino de los programas de análisis, opinión y noticias vinculadas al fútbol, eso sí, internacional.
Hasta este año, por apenas poco más de un dólar mensual (algo realmente inexplicable y absurdo, insisto) se podían ver las ligas española, inglesa, alemana, italiana, argentina, mexicana, francesa, holandesa, portuguesa, norteamericana, venezolana, la Copa Libertadores, Copa Sudamericana, Recopa Sudamericana, Copas de ligas europeas, Liga de Campeones, Europa League, Concachampions, amistosos internacionales, eliminatorias mundialistas europeas. Todo el fútbol, incluyendo mundiales, eurocopas, copas américas.
Los venezolanos éramos unos auténticos privilegiados. Lo que en Europa pagan entre 150 o 200 euros mensuales, para nosotros era todo por un dólar (sin sumar la oferta de entretenimiento restante que no se vincula al fútbol).
Era muy bueno para ser verdad pero lo que menos íbamos a imaginar era que por un tema político y de choque de intereses el servicio se acabaría y no por un asunto de rentabilidad para la empresa.
Directv mantenía su presencia en el país, pese a las pérdidas económicas que generaba la regularización de sus precios, simplemente por el número de suscriptores que mantenían. Líderes en el mercado de televisión por suscripción, hasta la piratería dependía de los decodificadores de Directv para generar su señal. El plato de la empresa de AT&T llegaba hasta donde no podían las cableras, como a mi vieja, quien en Las Doradas, monte adentro después de Barinitas, disponía de la señal de la empresa satelital, hasta el martes pasado.
La plataforma Directv Sports Latinoamérica se convirtió en un fuerte competidor en el continente en señal de difusión deportiva, sobre todo, en cuanto a fútbol se refiere. Si bien el dominio del mercado no era en el resto de los países como en Venezuela, la oferta era muy completa para los suscriptores de aquí. La sintonía garantizaba exposición de marcas, por lo que el ingreso por publicidad era realmente importante para ellos. Muchas empresas de Venezuela publicitaban en Directv Sports, a costos del mercado internacional.
¿Cuál era el negocio? La importancia como negocio para Directv en Venezuela era generar suscriptores y, a partir de ellos, alcanzar un promedio de ocho millones de personas con el encendido de su pantalla. Si bien los números no eran positivos, la exposición representaba el interés para la plataforma continental. Además, la compra de exclusividad en eventos deportivos de importancia permitía su comercialización para la cesión de derechos y publicidad.
Directv tenía en grilla una alternativa única de canales deportivos que ofrecían fútbol en vivo que otras cableras no. Fox Sports 2 y 3, ESPN 2 y 3, los canales propios de Directv Sports, RAI, RTP, TyC Sports, TLT, Meridiano. Fútbol por todos lados que fomentaron una cultura futbolera en Venezuela (con dependencia en lo exterior y no en los nuestros, eso sí).
Guste a algunos o no, Fútbol Total, el programa de debate futbolero por excelencia y el más visto, lideraba la sintonía en Venezuela. Se podía medir por las tendencias generadas en redes sociales cuando estaba al aire.
El que ama el fútbol en Venezuela, tenía (o tiene) Directv. Por eso el duelo, real y duro, para todos los amantes del balompié mundial, más aún cuando era un medio de entretenimiento en medio del confinamiento por la pandemia del COVID-19.
¿Alternativas? Hay, pero limitadas en cuanto a oferta. Lo cierto es que la perspectiva de un futuro hacia la TV digital es inminente, aunque la conectividad en el país dependa del servicio y el costo de quien lo provee. Quizá sea esa la nueva era del fútbol en el país, pero olvídese del bajo precio.