Opinión

Los tres ciclos que se cierran con el triunfo de Petro

Varios analistas estiman que Petro desde el poder se cuidará de hacer críticas públicas al chavismo y que podría repetir la nueva línea diplomática llevada adelante por el presidente de Argentina, Alberto Fernández

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Gustavo Petro ha triunfado y su victoria electoral deja al desnudo el deseo de cambio que palpita en Colombia. Comenzó la campaña, debe recordarse, como el gran favorito así que no es ninguna sorpresa que finalmente se haya impuesto con una clara mayoría de votos en la segunda vuelta celebrada este 19 de junio.

Petro, una figura de la izquierda colombiana, con una dilatada trayectoria política, fue constituyente, representante, senador, alcalde de Bogotá (con una polémica gestión que terminó acortada por decisiones de la justicia), además de haber sido guerrillero del M19. Este último detalle no es menor y habla de la profunda transformación que ha vivido Colombia.

Está previsto que Petro asuma la presidencia el venidero 7 de agosto. El mes de julio resultará crucial para saber la orientación que le dará a su gobierno. Más allá de los temores que muchísimos venezolanos han manifestado en las redes, de que se repita una suerte de telenovela de terror en Colombia, tal como la destrucción que ha significado el chavismo en Venezuela, me parece no hay punto de comparación.

Si bien Petro es una figura netamente de izquierda, no es un outsider político. Y allí hay una notable diferencia. El nuevo presidente colombiano ha construido una larga carrera política conviviendo, negociando, transando con los actores políticos tradicionales. Y deberá seguir en ello, puesto que no tiene mayoría propia ni en el senado ni en la cámara de representantes.

Espero no equivocarme con mi apreciación inicial. La llegada de Petro al poder no tiene idénticas similitudes con la irrupción de Hugo Chávez en Venezuela, en su momento.

Decía que debemos esperar el mes de julio, cuando se conozca la composición del gabinete con el cual estará gobernando Petro. Tener una confirmación de quienes serán sus ministros o ministras en puestos claves como relaciones interiores, defensa, política interior, economía y finanzas públicas, eso sí nos dará una idea clara de cuán a fondo llevará el presidente adelante lo que fueron sus promesas de cambio.

Sin embargo, la sola presencia de Gustavo Petro en el poder ya simboliza el cierre de al menos tres ciclos políticos en Colombia. Uno de esos atañe a Venezuela.

En primer término, Petro ha sido el primer presidente electo que no proviene de los dos partidos tradicionales de Colombia, liberales y conservadores, que estará en el poder en seis décadas. Durante 60 años la democracia Colombia logró ser un modelo institucional sólido, pero dominado por los grupos y familias tradicionales. Este ciclo se cierra sin duda, y en este terreno, la irrupción de una nueva ola de políticos llegando al poder será de los cambios sustantivos.

Un segundo proceso que se ha cerrado con el triunfo de Petro es el fin del Uribismo. Durante las últimas dos décadas el dos veces presidente Álvaro Uribe fue una suerte de tótem de la política colombiana. No sólo ejercicio el poder, sino que puso a otros en la presidencia. Uribe, que fue una figura de referencia para muchos dirigentes políticos opositores venezolanos, enfrenta además una serie de procesos judiciales justamente por abuso de poder. La buena noticia es que las instituciones colombianas que han estado dispuestas a limitar el poder de Uribe e incluso sancionarle, serán también el contrapeso del gobierno de Petro.

Finalmente, un tercer ciclo que se cierra será el enfoque de confrontación que durante dos décadas ha signado una tensa relación entre Caracas y Bogotá. Las señales que ha dado Petro es que será crítico con el régimen de Nicolás Maduro, pero no se jugará la carta del aislamiento o la confrontación, que fue lo que predominó especialmente en los últimos cuatro años con Iván Duque, siendo éste un delfín de Uribe.

Al contrario del Petro de 2018, cuando también estuvo en campaña, en este 2022 el ex guerrillero del M19 se cuidó de mostrar simpatías públicas por los regímenes autoritarios de la región: Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Incluso, en febrero de este 2022, Petro se desmarcó por completo del régimen de Nicolás Maduro, a quien señaló de hacer un gobierno “completamente diferente” al del fallecido Hugo Chávez, por quien reiteró admiración. Según el presidente electo, cuando acudió a Caracas para el funeral de Chávez, en 2013, el régimen de Maduro “le tiró la puerta en la cara”.

Petro ha dicho que apenas asuma la presidencia reestablecerá relaciones plenas, diplomáticas, consulares y comerciales con Venezuela, sin que esto deba interpretarse como un apoyo a Maduro.

Varios analistas estiman que Petro desde el poder se cuidará de hacer críticas públicas al chavismo y que podría repetir la nueva línea diplomática llevada adelante por el presidente de Argentina, Alberto Fernández. Según el mandatario sureño al régimen de Maduro no se le debe aislar sino reinsertarlo en las instancias regionales de integración y mantener un diálogo directo con Caracas.

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