Opinión

Un año de gestión de FVF: promesas cumplidas (y por cumplir)

La nueva gestión de la Federación Venezolana de Fútbol rompió con un patrón de décadas: presentó públicamente la memoria y cuenta de lo que empezó hace un año. En esta nota, Carlos Domingues ahonda en lo que estuvo bien y lo que debería mejorarse para potenciar la calidad del fútbol nacional

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FVF

Algo inédito ocurrió el pasado lunes 11 de julio: ante una enorme presencia de público y medios de comunicación, la Federación Venezolana de Fútbol (FVF) mostró su “memoria y cuenta” al cumplir un año de la actual gestión que preside Jorge Giménez. Es inédito porque jamás se presentó la gestión de un año de manera pública.

Con el acompañamiento nada menos que del presidente de la CONMEBOL, Alejandro Domínguez, se puso al corriente de la opinión pública los logros a lo largo de un año en la FVF. En un marco boyante, en el mismo escenario donde la actual directiva se proclamó un año ha de obtener el poder de una federación cuya estructura arcaica parecía imposible de ser derribada.

Una presentación impecable a través de un video en el que se veía a cada directivo exponer los logros de su dependencia, marcó una exposición clara y precisa, donde pareció verse como un “premio”, o reconocimiento a la gestión, el otorgamiento a Venezuela como país sede del próximo preolímpico CONMEBOL de cara a los Juegos Olímpicos de París 2024. Sin duda, el colofón a un año bueno.

¿Un año bueno? Sí. Sin embargo, hay muchas cosas que mejorar y atender de forma urgente, porque el crecimiento debe ser integral y no de solo ciertas partes, pero algo es cierto: es apenas un año de gestión, heredando una estructura obsoleta y cuyo cambio era inmediatamente necesario. Avanzar podía ser fácil (no podía ser peor de lo que se hacía antes), pero también complicado por todo lo que merecía atención inmediata.

Lo más destacable, sin duda, ha sido la contratación de José Pékerman como seleccionador absoluto. Con la llegada de un técnico de su calibre, la Venezuela futbolera pareció recuperar la esperanza (y la confianza) en una “marca” Vinotinto que se estaba devaluando. Si bien solo los resultados permitirán cambiar eso, hay una ilusión renovada en el público, que va de la mano con la recuperación de esa misma “marca”.

La presencia de Diego Cristaldo, exgerente de marcas como Gatorade y PAN, en la dirección de mercadeo y comunicación, ya ha dado frutos: la empresa privada ha invertido en el proceso de selecciones nacionales, pero hago énfasis en el patrocinio alcanzado nada menos que por la selección nacional femenina, un logro sumamente destacable.

Es notable la intención de brindarle transparencia a la gestión, luego de tantas situaciones de corrupción por la que la FVF atravesó en sus últimos años. Por eso, la asesoría de una casa como Ernst &Young en la formación y manejo de procesos administrativos y de gestión indica que la nueva estructura quiere adecuarse a la tendencia ejecutiva actual, amén de complementar dicha asesoría con una auditoría financiera constante que brinda una de las más grandes empresas del ramo, la europea Deloitte. Además, reducir una deuda heredada de 7.1 millones de dólares a 1.8 en apenas un año, es un gran logro alcanzado.

Hay logros que deberían entrar en lo sencillo, en el deber ser, pero que no lo eran. Uno de ellos era la entrega a los clubes, de la forma más rápida posible, de los ingresos percibidos por participación en competencias internacionales y otros conceptos. También están los destacables y visiblemente comprobables: la consolidación de un sistema de ligas, que incluye a disciplinas como el futsal y fútbol playa, amén de la incorporación de las categorías femeninas a ese mismo sistema de ligas.

Ahora bien: los desafíos, que no fueron planteados en el evento, son también importantes y relevantes. El sistema de ligas creado ha sido un paso organizativo enorme, pero necesita supervisión constante porque la logística en los traslados y todo lo que tiene que ver con la competencia de categorías, que no son Primera y Segunda, están lejos de lo que debería ser una atención adecuada al futbolista. Los horarios de viajes, la preparación, el descanso adecuado, en muchos casos, son muy precarios y ya varias denuncias han dejado ver que la sostenibilidad de dicho sistema es el real problema en la actualidad.

Las reiterativas deudas que sufren los equipos de Primera y Segunda División siguen atentando contra la competencia. Aclarar los criterios de Licencia de Clubes (el mismo que obligó a cancelar deudas en 2021 para jugar fases finales) es imperioso para evitar la situación de impagos que vuelve a atormentar a la organización del campeonato. La transformación estructural del fútbol debería involucrar métodos y mecanismos que prohíban situaciones como las que atraviesan varios equipos, que acumulan entre tres y seis meses sin percibir sus salarios.

Mérito tiene el presidente Jorge Giménez en asumir que la FVF se equivocó en los tiempos para aplicación del VAR, una tecnología necesaria que disminuiría las polémicas arbitrales, tan reiterativas en las últimas jornadas. Lo importante es que ya se vislumbra la posibilidad de que en 2023 se pueda aplicar, cuando fue propuesta para las fases finales del torneo 2021.

Otro problema que ha surgido es la cobertura televisiva: se han dejado de transmitir en TV todos los partidos del campeonato, cuando ya se había logrado el año pasado. Nos habíamos acostumbrado a ver todos los juegos en vivo y ahora la cobertura ha disminuido. Fortalecer el espectáculo, para que sea atractivo a los inversores de transmisión, sigue siendo la meta por alcanzar y se hace pleno esfuerzo en ello, porque me consta.

Revisar el contrato con la marca Givova que aún sigue fallando en el suministro de material de entrenamiento y la recuperación de campos cuyas condiciones están en mal estado, son otros de los retos que tiene la FVF de cara al comienzo del segundo año de gestión.

Así se plantea el escenario real. Hay más logros, así como más desafíos. Que haya voluntad real para atenderlos, es lo necesario.

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