Opinión

Aaron Judge: un Juez que sentencia firme

El pelotero rechazó una oferta millonaria de los “Mulos de Manhattan” que ascendía a 213 millones y medio de dólares que lo mantendría atado a la organización hasta la zafra del 2029. ¿Fue inteligente? Aquí lo analizamos viendo sus números de la temporada

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No es fácil, en absoluto, soportar el constante acoso de los medios de comunicación cuando eres parte de un equipo radicado en Nueva York. Especialmente si, dentro de ese club, eres la figura más resplandeciente del momento.

Contextualizamos

A principios de la temporada del 2022, el jardinero nacido en California el 26 de abril de 1992, rechazó una oferta millonaria de los “Mulos de Manhattan” que ascendía a 213 millones y medio de dólares que lo mantendría atado a la organización hasta la zafra del 2029.

El promedio anual de ese contrato, arrojaba una nada despreciable cifra de 30 millones y medio por temporada. Si lo desmenuzamos, los mortales asalariados del mundo nos asombraríamos al saber que ese monto implicaba un poco más de 188 mil doscientos dólares por cada juego de temporada regular; equivalía igualmente a poco más de 5 millones de los verdes por cada mes (tomando los seis meses de cada torneo); casi 170 mil dólares por día calendario e incluso sería hasta “grosero” estimar que por cada hora (tomando las 24 de cada día), estaría devengando más de 7 mil machacantes o casi exactamente 117,66 por cada segundo. Todo esto llevado a seis meses de acción.

Al margen de los ejercicios que podrían hasta promediar la exorbitancia de un pago por cada turno consumido; por cada cuadrangular conectado o por cada lanzamiento que viera en el total de la contienda, el jugador y sus representantes dieron un NO rotundo, escandaloso, mediático y, hasta cierto punto, decepcionante tanto para los dirigentes del elenco más ganador de las Grandes Ligas, como para una gran legión de fanáticos que confiaban en “amarrar” de una vez a una de sus herramientas más productivas de los últimos años.

“Todos estamos decepcionados en este momento porque no podemos hablar de una extensión de contrato hoy mismo. Sin embargo, eso no será un obstáculo para seguir hablando del tema en el futuro”, manifestó en su momento el Gerente General de la divisa, Brian Cashman.

Esa decepción, pasaba por el hecho ineluctable de que el toletero de 30 años podía ser agente libre por primera vez en su carrera al terminar la justa del 2022.

Y comenzaron los análisis, desde muchos lugares…

Desde el punto de vista gerencial “yanquista”, como ya mencionamos, estaban convencidos de que la oferta era justa y que, para un elemento de 30 años al que se le brindaba la oportunidad de garantizar un trabajo lucrativo en grado extremo durante siete campañas a cambio de más de 200 millones, era una propuesta atractiva y balanceada que ha debido ser tomada casi sin vacilaciones.

Desde el punto de vista de los fanáticos “radicales”, emanaron ciertas críticas orientadas al exceso de ambición del pelotero y sus representantes. Los beisbolistas, como los deportistas en líneas generales, “deberían tomar en cuenta el factor sentimental” que los une a un equipo. Y eso estaría siempre por encima de las consideraciones reflejadas en dinero.

Desde la óptica de Judge y su entorno, era el gran momento para poner “toda la carne en el asador”. Era la hora exacta de arriesgar todo el futuro del pelotero en los próximos 162 juegos del torneo de Grandes Ligas. Era, para ellos, el “todo o nada” que los arruinaría en caso de fracaso o los convertiría aún en más ricos en caso de salir airosos de la complicada apuesta.

Todo estaría, por tanto, recostado en las habilidades de Judge y en la suerte de no lesionarse en medio de la temporada.

Judge, no era el primero en rechazar dinero por varios períodos a cambio de negociar una vez finalizado el último año de contrato. El venezolano Bob Abreu, en su momento, rechazó una oferta cercana a 12 millones por 4 años, a cambio de una más rentable que le generó un total de 64 millones de dólares por 5 temporadas con los Phillies de Philadelphia. Bob apostó y ganó.

Entretanto…

La temporada se desarrollaba de manera fluida y alegre para los Yankees de Nueva York. La ofensiva se mostró sólida y eso permitió que el club llegara al día de hoy con una ventaja en la División Este de la Liga Americana, que sólo perdería en caso de una debacle extrema. El pitcheo, por su parte, resolvió entuertos y se convirtió en uno de los más dominantes del Big Show. Todo ha sido felicidad hasta el momento y nada parece interponerse entre los del Bronx y la postemporada.

Y en medio de tanto éxito…

Aparece el nombre de Aaron Judge como uno de los principales artífices de tantos triunfos. Conectando cuadrangulares a diestra y siniestra y trabajando de manera destacada en el plano defensivo.

Si para el equipo, en líneas generales, ha sido un mar de risas y alegrías lo que ha transcurrido de temporada, para Aaron Judge y su otrora “ambicioso y desmesurado” entorno, lo que se vive en materia de futuras negociaciones, luce como un apetecible “bocatto di cardenale”, de proporciones gigantescas y aun mejores que dejarían como un simple recuerdo el ofrecimiento inicial rechazado. Aquellos 200 millones, no serán cifra cercana a las aspiraciones del estelar toletero.

Al momento de redactar este trabajo, Judge acumulaba 43 vuelacercas (trece más que el cubano de los Astros, Yordan Álvarez) a efectos de liderato en la Liga Americana; el número de carreras remolcadas era de 93 (7 más que el infielder de Guardianes de Cleveland, José Ramírez) y su porcentaje de Slugging llegaba a los .676 (apenas 2 puntos por debajo del cubano Álvarez). Su promedio de bateo, era de .300 en una Liga en la que sólo once jugadores integraban ese club.

La temporada del jardinero ha sido de tal magnitud, que logró convertirse en el segundo jugador en arribar más rápido a la cifra de 200 cuadrangulares de por vida. Para ello, precisó un total de 671 juegos, sólo superado por el otrora inicialista, Ryan Howard que necesitó 658.

Al llegar a 42 conexiones de vuelta entera antes de la aparición del mes de agosto, batió la marca del legendario Babe Ruth que acumuló 41 hasta el 31 de julio de 1928.

La cantidad proyectada de bambinazos, se estima al momento en 67, si logra seguir el ritmo que ha sostenido desde el inicio en abril. A menos que se produzcan aún más juegos con más de un jonrón, se quedaría algo corto para alcanzar la marca impuesta por Barry Bonds de 73 en el 2001 con la camiseta de Gigantes e San Francisco.

Aún falta algún trecho

Con todo y esa premisa, ya podría considerarse la temporada de Judge como el éxito que fue capaz de justificar el rechazo a los 200 millones que mencionamos al inicio del trabajo.

La gerencia de Yankees tiene ahora una verdadera “papa caliente” en sus manos, porque si consideraron otorgar 213 millones por siete temporadas al inicio, aun considerando que era justo el ofrecimiento, deben replantear un sustancial incremento para retener al jardinero que se ha convertido en un auténtico ídolo entre los fanáticos de la novena de la ciudad de los rascacielos.

Aun más presión generan los comentarios de fanáticos que desde hace rato, y basados en la dimensión de la zafra del californiano, consideran una “prioridad absoluta” para el futuro del equipo, la firma de Aaron Judge.

Un amplio sector comunicacional, dentro y fuera de Nueva York, igualmente afirma que la divisa está prácticamente obligada a retener al jugador “cueste lo que cueste”, y que antes de mirar a otra parte, debe macerar la idea de alinear la administración de recursos para abrir el espacio al gran contrato que debería firmarse.

Es tan compacta y productiva la compilación de logros de Judge, que los otrora incondicionales del japonés, Shohei Ohtani, están desviando su atención hacia el “Juez” y la factibilidad de que su actuación encaje a la perfección con la definición de “Jugador Más Valioso” de la Liga Americana.

Ese punto, dependerá al final de lo que ambos jugadores muestren como resultado definitivo de sus actuaciones, pero Judge abrió la brecha y puso en el panorama que hasta Ohtani puede ser “derribado”.

Por lo pronto, y a efectos de este recorrido por el rechazo de una oferta; la espectacularidad en el rendimiento de un jugador con su inminente incremento de valor dentro de la estructura de un equipo que necesita ir (y ganar) otra Serie Mundial, los numeritos para mantener a Judge uniformado con “Pin Stripes”, tendrán que ser tan colosales como la temporada que está hilvanando.

Para Cashman y la familia Steinbrener, será un verdadero compromiso negociar con quien parece tener todas las de ganar en materia de estadísticas e importancia para la franquicia. A pesar de los 30 años…

Para Aaron Judge, habrá bastante plata, y de esto no existe la menor duda. Parece, al igual que otros, haber ganado su apuesta.

¡Falta mucho aun… pero falta menos…!

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