Opinión

Jorge Giménez: “Clasificar al Mundial marcará un antes y un después para nuestro fútbol”

El presidente de la Federación Venezolana de Fútbol asumió un cargo demandante hace un año y el panorama parece ser un poco diferente de lo que encontró entonces. ¿Qué cambió? Jorge Giménez ahonda al respecto en esta conversación con Carlos Domingues

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¿Cómo un joven de 35 años se interesa en guiar los destinos futbolísticos del país?

Jorge Giménez, presidente de la Federación Venezolana de Fútbol, contesta a El Estímulo varias inquietudes que aún no se han respondido desde que asumiera su cargo, hace poco más de un año.

Desde el éxito de haber podido fichar a José Pékerman como seleccionador nacional por idea suya, hasta la realidad de las deudas en algunos equipos del fútbol profesional, el presidente de la FVF analiza la actualidad del balompié en Venezuela, al tiempo que visualiza cuáles son los objetivos que quiere alcanzar en su gestión y los planes estratégicos para lograrlo.

—¿Cómo llega un tipo tan joven a un cargo tan complicado?

—Siempre fui un fanático del fútbol, una persona que le gustaba jugar al fútbol. Mi familia es de Barquisimeto, siempre he tenido una conexión importante con la ciudad. El Deportivo Lara vivió una situación bastante difícil en un momento y yo tenía buenos amigos ya involucrados en el fútbol, como los hermanos Kabchi en Táchira, George Antar en La Guaira y Nicolás Giménez en Monagas.

Nicolás es como mi hermano, yo lo acompañaba cuando era dueño del Guatire FC a ver partidos de Segunda División en el Brígido Iriarte. Cuando él tomó a Monagas, me dijo que querían vender a Lara, con quien tuve conversaciones y así empezamos en ese mundo. Ya siendo dirigente en Lara, me di cuenta de que el problema del fútbol nacional era más de fondo que de forma: por más que invirtiéramos los propietarios, las cosas no iban a cambiar. Entonces llegamos acá a tratar de hacer lo mejor.

—En una estructura tan arcaica como la de la FVF, donde todo estaba por hacer, ¿era fácil comenzar a trabajar?

—Cuando las cosas se hacen mal o cuando no haces nada, cualquier cosa que hagas siempre tiene repercusión, siempre y cuando las hagas bien. Es más fácil comenzar a construir en un terreno que no tiene nada que sobre una estructura ya levantada. La estructura de la Federación estaba muy decaída y no ha sido fácil levantarla; nunca me imaginé que estaba tan mal. Se sabía que tenía muchos problemas pero nunca te imaginabas que estaba tan abajo, que faltaba tanto por reorganizar.

No había un Departamento de Mercadeo para una marca tan importante como la Vinotinto, ni una Consultoría Jurídica, no había auditores de categoría para dar aval de las cuentas de la Federación; las oficinas son cerradas: un hueco aquí, un hueco allá, para que todo sea un misterio. No ha sido fácil levantar a este elefante, pesa mucho, pero hemos conformado un equipo que todo lo que pase en la cancha sea posible, que nos está dando bases sólidas para lograr todo lo que queremos.

—En el tiempo que llevas de gestión, ¿cómo has visto la receptividad de la gente?

—El fútbol tiene muchos frentes que controlar y no dependen todos de la Federación. El feedback de la gente es positivo, la gente se ha reconectado con lo que es la Federación y la Vinotinto. Antes de mi llegada, había divorcio entre el fanático y la Federación; la gente estaba cansada de que siempre todo fuera lo mismo, de que no existiesen cambios, viviendo problemas en el camerino, escándalos, renuncias de técnicos.

Nadie deja de ser fanático de su equipo, todo el mundo opina desde el dolor y no con mala intención, del que quiere ver a su selección triunfar. Le devolvimos la ilusión al fanático, con Pékerman, por ejemplo. La muestra del año de gestión, la visita de Alejandro Domínguez, de Gianni Infantino, son cosas que van sumando para que el fanático vuelva a creer en la Federación. Al final los resultados serán los que determinen si la gestión es buena o mala.

—¿Es el mundo del fútbol tan corrupto como lo pintan?

—La transparencia genera la credibilidad del fanático y los anunciantes, que sostienen esta estructura tan grande. El FIFAGate dejó todo manchado, por eso nosotros quisimos dejar todo a la luz pública en una memoria y cuenta del año de gestión. Vinimos a generar transparencia en el fútbol, que la gente sepa que el dinero que entre a la Federación, será reinvertido en la cancha.

—Hay muchas noticias positivas en torno al fútbol, pero basta que una mala aparezca, como las deudas en el fútbol profesional, para opacar todo. ¿Qué puede hacer la Federación para evitar estos temas?

—Es preocupante porque no quieres que la gente que está involucrada en este deporte, no solo los que están en la cancha, la pasen mal. Nadie habla de los utileros, de la gente de administración, de los que hacen que todo sea posible, si cobra o no. Queremos que la gente se sienta orgullosa de trabajar en el fútbol nacional.

El año pasado sacamos una resolución en la que tenías que estar al día para jugar en la Liguilla y fue más de un millón de dólares lo que se recolectó con esa resolución. Hoy haremos lo mismo y seguramente tendrá repercusiones positivas. Debemos ser exigentes con la Licencia de Clubes, hemos creado la unidad de control financiero para que los clubes cumplan con las normas y puedan participar demostrando que tienen una estructura financiera sólida. Pero necesitamos que la transparencia sea de lado y lado; de nada sirve que la Federación exija eso y que los jugadores firmen que están al día cuando es mentira. El año pasado llamamos personalmente a cada jugador preguntando si de verdad estaban al día, decían que sí cuando era mentira. No podemos hacer magia. Tenemos una liga de 16 equipos y cada vez son menos los que tienen problemas económicos.

—¿No crees que hay un exceso de facultades cedidas a Pékerman y su cuerpo técnico para que tomen decisiones relacionadas al fútbol nacional?

—Hicimos un esfuerzo para traer a Pékerman. Fue un esfuerzo no solo del fútbol sino del país, ningún deporte había tenido un seleccionador de tan alto nivel como el de Pékerman. Eso trae cosas positivas en todo sentido. Lo buscamos por su experiencia, por su trayectoria, por cómo transformó el fútbol juvenil en Argentina, cómo metió a Colombia en dos mundiales después de 16 años. Por eso creo que es ególatra pensar que somos nosotros solos los que podemos decidir y no ellos; si los traemos queremos sumar: el cuerpo de trabajo de Pékerman son personas abiertas, siempre tenemos mesas de trabajo. Ellos vienen con una idea y nosotros le hablamos de la realidad de nuestro país, las distancias, nuestra organización. Creo que estamos en buenas manos, es un honor trabajar de la mano con ellos, estamos haciendo un trabajo en equipo. Lo que estamos haciendo es transformar y haciendo cosas diferentes para lograr el sueño”.

—¿De quién fue la idea de traer a Pékerman?

—No me gusta hablar de mí, pero fue mi idea. Yo conozco a Pascual (Lezcano) (hoy coordinador de selecciones en la FVF) desde hace mucho tiempo y cuando recibimos una tarde el correo y la llamada de José Peseiro, acerca de su renuncia, hablé con él, le dije que lo pensara, que teníamos un partido contra Argentina y no nos dejara en ese momento. Teníamos las cuentas de la Federación bloqueadas en ese momento, apenas dos meses de haber llegado. Le dije que habíamos reunido la mitad de lo que le debíamos y la otra mitad se la dábamos al final de la triple fecha que teníamos. Esa misma noche llamé a Pascual Lezcano, le pregunté si José Pékerman se había retirado del fútbol y me dijo que no, que José quería volver a dirigir. Le dije que me quedaba tranquilo, porque era fácil de convencerlo. Nos reímos un rato y justo ese fin de semana después de la rueda de prensa que ofrecimos para informar la situación con Peseiro, yo tenía un viaje a Europa y nos conseguimos con Pascual allá. No fue difícil: no fue una negociación de cuánto quieres tu o cuánto quiero yo, sino más bien fue una cantidad de ideas sobre el proyecto de la Federación. En esa idea de confluir ese proyecto, fueron varias reuniones en Panamá, en Europa y teniendo la misma idea, no fue fácil ni difícil pero sí larga la negociación. Nunca llamé a otro técnico. Todos esos nombres que salieron en ese momento fueron falsos: solo hablé con José Pékerman.

—Por causas de fuerza mayor no se pudo presentar al público el proyecto Corazón Vinotinto. ¿Puedes adelantarnos de qué se trata?

—Corazón Vinotinto es un proyecto bastante bonito donde separamos la estructura de la Federación en dos, en fútbol amateur y fútbol profesional. Hemos duplicado la cantidad de categorías para la disputa de las ligas juveniles e infantiles, se creó la Liga Promesas, se están haciendo los cambios. Duplicamos la cantidad de categorías en las asociaciones. Estamos desarrollando unos manuales de entrenamiento para cada categoría y para que todos los entrenadores del país trabajen con una misma metodología. El tercer pilar es el scouting, que es recorrer todo el país para buscar el talento joven e irlo trabajando a nivel de clubes y también hacer esa búsqueda a nivel internacional. Pékerman estuvo un mes y medio en Europa hablando con cada jugador, se habló con Alejandro Marqués, se sumaron los hermanos Cova a la Sub 21, jugadores que nunca habían aceptado jugar con la selección. Creo que ha sido un trabajo que no se hace público, se ha venido trabajando y lo estamos implementando”.

—¿Cuál logro te permitirá decir que alcanzaste tu objetivo al frente de la FVF?

—Ya vamos viendo resultados. Cuando recorremos el país y ves en Amazonas el primer partido de un torneo de 32 equipos de las comunidades indígenas organizadas, ves la ilusión de esos niños de vestirse la Vinotinto, ahí empiezas a sentir que vas por buen camino. Sin embargo, la joya de la corona es ir al Mundial. Teníamos la ilusión con el femenino, donde se hizo un trabajo importante, pero tampoco podemos cambiar treinta años en un año. Siempre queremos resultados inmediatos, en el fútbol reina el cortoplacismo pero tenemos mucho camino por recorrer, queremos un fútbol más ordenado, más sólido, donde la gente se involucre con los equipos de sus ciudades. Que ese matrimonio fanático – club exista, que se respire y se hable de fútbol. El trabajo de la LIGAFUTVE ha sido importante porque han hecho un esfuerzo increíble y que se están viendo resultados positivos pero nos falta tener un fútbol realmente de calidad, donde los equipos estén tranquilos financieramente y puedan preocuparse en hacer un buen espectáculo. Estoy seguro de que la ida a un Mundial será un antes y un después en nuestro fútbol, nos verán con otros ojos en el mundo.

—¿Qué responderías a la gente que dice que el fútbol venezolano es una mierda?

—Que vengan a verlo. Si fuéramos tan malos no hubiéramos quedado subcampeones del mundo Sub 20 en su momento, no hubiéramos alcanzado lo que hicimos en el Torneo Maurice Revello, que vean el Sudamericano Sub 20 que viene en enero. Aquí hay muchísimo talento, que quizá no hemos sabido explotar y difundir lo bueno que es el fútbol venezolano, tenemos que mejorar ese detalle del producto. Créanme que ya estamos compitiendo de tú a tú, tenemos selecciones competitivas, una dirigencia que está pisando fuerte en Sudamérica, que ya no es complaciente con el resto sino tiene peso en su voz y voto.

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