Opinión

Desdemocratización de Venezuela: Volver sobre los años en los que perdimos la democracia

Esta serie de artículos sobre la desdemocratización de Venezuela podrán ser de utilidad tanto para nuestros lectores que ya vivieron aquellos hechos, como para una nueva generación que sólo ha vivido bajo el signo del chavismo

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De forma coincidente, a Venezuela se le ubica como un régimen autoritario o no democrático en diversos rankings y evaluaciones comparativas que realizan –recurrentemente- organismos internacionales o prestigiosas universidades.

En Venezuela se perdió (¿o se extravió?) la democracia como parte de un proceso que comenzó antes de que Hugo Chávez se juramentara como presidente el 2 de febrero de 1999.

En El Estímulo estaremos presentando estampas de cómo en la última década del siglo XX se fue fraguando el desmontaje de la democracia (desdemocratización), que hoy es un fenómeno consolidado.

El modelo democrático de 1958 ya hizo aguas en lo económico con el llamado viernes negro (febrero de 1983), en lo social con el Caracazo (febrero de 1989) y en lo político-institucional con el fallido golpe de Estado que encabezara Chávez (febrero de 1992).

Pese a todas estas señales, junto al descontento y el clima de conflictividad que fue cotidiano en los 1990, el modelo de 1958 no tuvo la capacidad (¿o no hubo la voluntad?) de reformarse a fondo para establecer un nuevo pacto que ayudara a salvar la democracia.

Estos textos buscan un tono más histórico, que opinatico, por lo que principalmente recurriremos a fuentes (periódicos, revistas, libros) de aquellos años. Volver sobre la mirada que se tenía entonces de la crisis sistémica que ya se manifestaba en Venezuela. Se dice fácil, pero en el país no abundan las fuentes ya digitalizadas sobre nuestro pasado reciente.

Ni siquiera los propios medios de prensa que fueron referencia en aquellos años finales del siglo XX venezolana tienen sus archivos en línea.

En esos años en los que fuimos perdiendo la democracia el transcurrir de los 1990 fue un período clave. Tras las señales inequívocas de la inviabilidad del modelo económico y las faltas de respuestas sociales, el país entró en la etapa final de un siglo con un acumulado de varios años consecutivos de empobrecimiento.

Vinieron luego los levantamientos militares de febrero y noviembre de 1992, que si bien fueron fallidos en tanto no lograron derrocar al presidente constitucional Carlos Andrés Pérez, dejaron una suerte de boquete en el sistema político, incluso con la alineación no siempre explicita de dirigentes políticos tradicionales con los golpistas de entonces.

En 1993 fue obligado a renunciar Pérez, vino un breve período de Ramón J. Velásquez en la presidencia para que finalmente el ciclo democrático de 1958 concluyera con un debilitado y de edad avanzada Rafael Caldera ejerciendo de nuevo el poder.

Este ritornelo de figuras de la vieja guardia sin que se llevaran adelantes cambios de fondo en el sistema, más allá de los ajustes económicos que terminaron siendo inaplazables, terminaron siendo la guinda para un moribundo modelo.

Volveremos sobre estos distintos momentos de los 1990, con la lectura que se hacía entonces de los acontecimientos, de las tendencias.

Creemos que esta serie de artículos podrán ser de utilidad tanto para nuestros lectores que ya vivieron aquellos hechos, y por tanto volverán sobre los mismos con una nueva mirada, como para una nueva generación de venezolanos que sólo ha vivido bajo el signo del chavismo

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