Opinión

Renunciaron rectores del CNE: ¿cómo afecta al proceso de las primarias y al votante venezolano?

Jorge Rodríguez, que preside la Asamblea Nacional electa en 2020, confirmó este 15 de junio que nombrará una nueva directiva, completamente, para el órgano que rige las votaciones en Venezuela. ¿Qué pasará con la consulta de la oposición? y sobre todo: ¿qué debe esperar el votante? En estas líneas lo analizamos

Publicidad
CNE no multa por no ir a votar

La Asamblea Nacional electa en 2020, que tiene como presidente a Jorge Rodríguez, quien justamente encabezara al Consejo Nacional Electoral (CNE) entre 2005 y 2006, ha confirmado este 15 de junio que nombrará una nueva directiva, completamente, para el órgano que rige las votaciones en Venezuela.

Aunque ya algunos periodistas, siendo la más directa Celina Cárquez, habían advertido que la directiva saliente del CNE no le era funcional al chavismo, la noticia tomó por sorpresa a no pocos este jueves. Los dos directores titulares Enrique Márquez y Roberto Picón, quienes habían demostrado independencia en sus posiciones estando en posición minoritaria dentro del directorio electoral, no informaron sobre su renuncia, pero los anuncios del legislativo los dieron por renunciados.

El parlamento, donde no hay figuras de la oposición prodemocracia que triunfó en las legislativas de 2015, se encargará de nombrar a la nueva directiva. La designación de Cilia Flores en el comité de postulaciones de la Asamblea Nacional, es una muestra de la importancia que le da el régimen de Nicolás Maduro a este tema.

La tesis que manejan varios periodistas que siguen el tema electoral, como el usualmente bien informado Eugenio Martínez, apunta a dos decisiones en una. Encontrar una directiva que le sea más obsecuente al chavismo, representando varias corrientes, como preparación para las votaciones de 2024; encontrar una manera de incorporar al directorio a la llamada oposición leal, aquellos partidos que sí participaron en las legislativas de 2015 y que hoy tienen presencia en la Asamblea Nacional.

Si este pronóstico se cumple, tendremos un rápido proceso de designación de autoridades en el CNE, Maduro tendría cuidadas las espaldas con Cilia Flores encabezando la selección. Un CNE genuinamente arrodillado (no como el actual que hasta reconoció la victoria en Barinas) será crucial de cara al 2024. No sólo con una correlación de 4-1 en el directorio (3 chavistas, 1 opositor leal al régimen y 1 opositor) se sella cualquier decisión, sino que -y es tal vez un asunto crucial- una directiva abiertamente chavista transmite a la sociedad un mensaje desmovilizador.

La decisión reciente de la Comisión Nacional de Primarias de no casarse a rajatabla con la opción del CNE, y de dejar el escenario de una consulta opositora sin el apoyo técnico del órgano oficial, deja a los opositores con cancha abierta para organizar una consulta el 22 de octubre que deberá hacer frente a diversos desafíos y una probabilidad alta de que termine ahondando las fisuras en el campo opositor.

A diferencia de 2012, cuando las primarias fueron el resultado de un espacio unitario, que representaba entonces la Mesa de la Unidad Democrática, en este 2023 la consulta está precedida de serias divergencias, públicas y privadas, sin que haya claridad sobre si se restituirá una unidad mínima después de una consulta que desde ya está rodeada de tensión.

Es muy posible que siendo unas primarias auto-organizadas por la oposición, algunos precandidatos desistan de participar. Tal escenario obligará a una estrategia de tejido fino de quien figura ahora como la favorita en las encuestas, María Corina Machado. Las primarias sólo le sirven a MCM si logra un triunfo apabullante y el proceso, en líneas generales, transcurre con normalidad y alta participación. En las próximas semanas su equipo de negociación tiene tareas urgentes en esa dirección.

Una eventual decisión de suspender por completo las primarias y que cada quien se inscriba por su cuenta es un escenario que sólo beneficia a quienes estando en el poder son la primera minoría. Minoría sí, pero organizada y manejando los recursos del Estado.

Si bien la oposición puede eludir el papel del CNE en este 2023, no puede jugar discursivamente a desconocer por completo al órgano electoral, ya que éste -nos guste o no- organizará las elecciones presidenciales de 2024 y en dichas votaciones, lo sabemos, el chavismo se juega a Rosalinda.

En este asunto está la esencia de cómo todo esto nos afecta como ciudadanos, en tanto votantes. Sería un contrasentido que, por ejemplo, se logre una buena participación en las primarias, demostrando que quienes adversan al gobierno son mayoría, hacia donde apunta por cierto el mensaje audiovisual de MCM; y luego decir que con ese CNE no se podrá ir a votar.

El chavismo se prepara para unas elecciones que le resultan inevitables. La llave del tesoro, como lo es la suspensión de las sanciones, pasa porque haya elecciones. Para eso se prepara, y posiblemente lo hará poniendo a figuras abiertamente identificadas con el PSUV al frente del órgano electoral. Unas elecciones con alta abstención les favorecen.

Quien gane las primarias, y más aún si es MCM, tendrán que tener una explicación convincente de por qué ir a votar teniendo a un CNE cooptado por el chavismo. Como ha ocurrido en otros momentos políticos recientes, el chavismo anuncia lo que hará. El quid del asunto, en esta oportunidad, es saber qué se hará desde el campo opositor ante ello.

Publicidad
Publicidad