Opinión

Primaria 2023: un hito histórico

La elección fue un recordatorio para quienes detentan el poder de manera espuria y de quienes abusan de él, como los militares, de que la voz del pueblo no puede ser silenciada y que el cambio político es posible mediante la unidad y la determinación

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AFP

Eso fue realmente lo que sucedió el 22 de octubre de 2023, una fecha que quedará como un hito histórico, comparable y hasta superior -y me perdonan los historiadores- al 5 de julio de 1811, porque mientras aquel fue un movimiento de mantuanos, el de ahora fue un movimiento de todo el pueblo. En aquel, el rey estaba a un océano de distancia, en este, el tirano está aquí y tiene control absoluto sobre los cuerpos de seguridad del Estado.

Fue una jornada esencialmente ciudadana, sin negar que los partidos políticos y los grupos de electores tuvieron también su parte de protagonismo. La elección primaria se convirtió en un acto de resistencia civil muy parecido al llevado a cabo por Solidaridad en Polonia. A pesar de los obstáculos y las trabas impuestas por el régimen, a pesar de todas las zancadillas, chanchullos, componendas, tejemanejes, amenazas y otro montón de maniobras, la gente salió en masa a votar. Y la Comisión Nacional de Primarias demostró su compromiso con la democracia al garantizar un proceso transparente que permitió que la voz de la gente se escuchara a través del voto.

La organización en un contexto político tan complejo como el que tenemos en Venezuela no fue una tarea sencilla. Empezando por sacudirse al CNE, que pretendía meterle mano. La CNP, conformada por representantes de diversos sectores de la sociedad civil, se enfrentó a numerosos desafíos. A través de un trabajo arduo y transparente, logró sortear los obstáculos y garantizar la legitimidad de las elecciones. Implementaron medidas de seguridad para proteger la voluntad de los ciudadanos, promovieron la equidad en la contienda y se aseguraron de que los resultados fueran respetados. Además, demostró que no hizo falta ni el CNE, ni el Plan República.

Quedamos agradecidos a su presidente, mi amigo Jesús María Casal. A Mildred Camero, Carmen Martínez de Grijalva, Corina Yoris Villasana, e Ismael Pérez Vigil, estos dos últimos también amigos desde hace años, quienes supieron navegar en aguas, no turbulentas, sino tormentosas, y llevar el barco a puerto seguro. También agradezco la labor de los suplentes Víctor Márquez, Guillermo Tell Aveledo y Roberto Abdul-Hadi Casanova, a los testigos y miembros de mesa y a los miles de voluntarios, en particular a las personas que en sectores populares asumieron el riesgo de prestar sus casas para que sirvieran como centros de votación y, en general, a todos los que trabajaron con mística, denuedo y patriotismo en Venezuela y alrededor del mundo.

El régimen de Maduro intentó obstaculizar el proceso de varias formas, desde la manipulación hasta la intimidación. Sin embargo, la voluntad de la gente de manifestar su opinión, prevaleció. Los ciudadanos se convirtieron en las voces de los medios de comunicación silenciados. Y a pesar de las dificultades, los venezolanos salieron en masa a votar, incluso a pesar de los torrenciales aguaceros que cayeron en algunas zonas del país, demostrando su compromiso con la democracia y su deseo de un cambio político producto del hartazgo de veinticinco años de chavismo. La participación ciudadana fue un claro mensaje de esperanza y resistencia, reafirmando que el poder debería residir en el pueblo y no en un régimen autoritario.

El éxito de la primaria en Venezuela no solo radica en la celebración del evento en sí, sino también en el mensaje que envía a nivel nacional e internacional. La actitud democrática de casi todos los candidatos que participaron en la contienda habla muy bien de ellos y de los partidos a los que representan. Eso, la participación masiva y pacífica y la civilidad de los ciudadanos evidenció que la democracia está viva en el país, a pesar de las adversidades. Además, el proceso debería fortalecer la unidad de la oposición, lo que aumentaría las posibilidades de un cambio político real.

Las elección de María Corina Machado como la candidata que enfrentará a Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales de 2024 representa un triunfo en la lucha por la democracia. Y es que no fue que María Corina ganó… ¡ella arrasó! Esto deberían mantenerlo en mente quienes piensan adversarla el año que viene.

Esta jornada de ejercicio de ciudadanía fue un recordatorio poderoso para quienes detentan el poder de manera espuria y de quienes abusan de él, como los militares, de que la voz del pueblo no puede ser silenciada y que el cambio político es posible mediante la unidad y la determinación, a pesar de los desafíos y las trabas impuestas por el régimen. Y es que este llevaba todas las de perder: si impedía la primaria, era una señal más de su talante totalitario ante la comunidad internacional. Como no la pudo impedir, pasó lo que pasó: ahora le toca enfrentar a un monstruo que había desestimado, el poder de la participación ciudadana. A última hora de la tarde, en un intento desesperado por silenciar esa voz, el chavismo madurismo intentó, a través de las redes sociales, ubicar como tendencia el hashtag #Megafraude, que a la hora que escribo este artículo no ha alcanzado los 3000 posts. Pero ahí quedará, como otro testimonio de las marramuncias y desconocimientos de los deseos del pueblo.

La primara marca un paso importante hacia un futuro democrático y próspero para Venezuela y, sobre todo, habla de los deseos de vivir en paz y libertad de la gran mayoría. ¿No decían por ahí que el que tenga ojos, que vea?… Pues ahí está, a la vista. Y lo que está a la vista, no necesita anteojos.

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