“En el gremio de enfermeras no queremos ser héroes en los cementerios, queremos seguir prestando nuestros servicios a todos los venezolanos”, así lo indicó Ana Rosario Contreras, presidente del Colegio de Enfermeras de Caracas, durante una rueda de prensa realizada vía zoom, en la que reiteró su denuncia de falta de equipos de bioseguridad en los centros de salud de todo el país.
Señaló que hasta la fecha se han contabilizado 7 enfermeras fallecidas por COVID-19 y que por lo menos 80 se encuentran contagiadas.
Dijo que el personal de enfermería que ha dado resultado positivo a la COVID-19 denuncia maltratos en los hoteles a los que las han enviado para cumplir la cuarentena.
“Es el caso de las colegas que laboran en el Hospital Victorino Santaella, ubicado en la zona de Los Teques, en el estado Miranda. Señalan que en las instalaciones del hotel en donde permanecen, el trato se asemeja a un campo de concentración y que les hace falta comida, medicamentos, agua, servicios, además no les permiten ninguna comunicación con sus familiares, situación por la cual prefieren quedarse en sus casas”, dijo Contreras.
Advirtió la representante del gremio de enfermeras que en varios centros de salud pretenden obligar al personal a trabajar, cuando es muy irregular la entrega de los equipos de protección y en algunos casos les piden que los reciclen, o les quieren entregar mascarillas artesanales o de tela, violentando todos los protocolos sanitarios de la Organización Mundial de la Salud.
“Los equipos de protección personal son para cambio diario, las mascarillas no pueden ser reutilizadas y eso está pasando hoy en nuestros hospitales», dijo.
Informó que es necesario realizar la prueba de despistaje, por lo menos cada 15 días al personal de la salud, pero este procedimiento no se cumple desde hace cuatro meses: “Tampoco el familiar del personal tiene acceso a las pruebas de despistaje, lo que lamentablemente convierte el ejercicio de esta profesión en un suicidio”.
Puso como ejemplo de precariedad por la falta de insumos y servicios a los hospitales de Caracas, como el caso del hospital El Algodonal, en donde desde hace 15 días se encuentran sin servicio de agua potable: “Pero en esta misma situación se encuentra 60% de los hospitales del país. Eso es inaceptable, bajo esas circunstancias nosotros realizamos nuestras actividades, somos soldados contra un enemigo invisible y sin los equipos necesarios”.
Indicó igualmente que no se están cumpliendo los protocolos de seguridad para el retiro de los cadáveres de aquellos pacientes que fallecen por la COVID-19, situación que pone en riesgo la seguridad de las personas que manipulan estos cuerpos.
Dijo Rosario Contreras, que, así como a la mayoría de los trabajadores venezolanos, el salario del gremio de enfermeras no alcanza para el mantenimiento de las familias, pero que el gobierno en vez de buscar solventar este problema, centra su interés en el tema político: “Hoy vemos que utilizan el dinero para comprar máquinas electorales, en vez de usarse para comprar equipos de protección».
Señaló que a pesar de estas circunstancias las enfermeras seguirán en sus puestos de trabajo, apoyando a los pacientes, pero también defendiendo sus derechos y el derecho que tienen los venezolanos, de obtener un servicio de salud de óptima calidad.
Rosario Contreras exigió a las autoridades del gobierno mayor atención al gremio de la salud, a la vez que reiteró su pesar por la muerte de 7 de sus colegas y la de los 38 profesionales de la salud y de todos los pacientes que han sido vencidos por el coronavirus.