¿Cómo evitar las intoxicaciones con gas o monóxido de carbono en la casa?
Una de las medidas de prevención más importantes es abrir las ventanas todos los días en aquellos espacios que siempre permanecen cerrados. También es necesario revisar anualmente los aparatos o cambiarlos si son muy viejos
Algunos aparatos en mal estado, como calentadores de agua, hornos o estufas, pueden tener fugas de gas o hacer combustiones defectuosas, liberando agentes tóxicos que no tienen olor ni color, y que tampoco provocan síntomas inmediatos, como irritaciones o problemas respiratorios, en las personas afectadas. La acción de los gases es más rápida y grave en ambientes cerrados.
Al gas se le suele añadir metanotiol, una sustancia que expide un olor fuerte, para que cualquier fuga sea fácil de detectar. Sin embargo, en Venezuela se le retiró ese componente al gas natural doméstico.
«La intoxicación por monóxido de carbono puede ser causada por la ventilación inadecuada de zonas con automóviles, hornos industriales, calentadores de gas o queroseno y estufas», explica el Manual MSD.
Debido a este ataque silencioso, y según la organización Healthy Children, en Estados Unidos, las salas de emergencia atienden anualmente a unas 20.000 personas intoxicadas con dióxido o monóxido de carbono, y cerca de 400 fallecen. Los niños suelen ser los primeros afectados porque respiran más rápido y tienen un cuerpo más pequeño.
Explica la Clínica Mayo que esta intoxicación ocurre cuando se acumula este gas en la sangre. «Cuando hay demasiado en el aire, el cuerpo reemplaza el oxígeno en los glóbulos rojos por monóxido de carbono. Esto puede generar un daño grave en los tejidos, e incluso la muerte».
Advierte el Manual MSD que «el monóxido de carbono es peligroso porque la persona puede no darse cuenta de la somnolencia como síntoma de intoxicación. Por lo tanto, alguien con una intoxicación leve puede quedarse dormido y continuar respirando monóxido de carbono hasta que se produce un envenenamiento grave o la muerte».
Cuando ya el agente tóxico ha invadido la sangre en forma importante, la persona afectada siente algunos síntomas como dolor de cabeza, náuseas, cefaleas, mareos, convulsiones o vómitos, dependiendo de la concentración del gas y el tiempo de exposición, enumera la página web del Hospital Alemán en Argentina. El problema es que en ocasiones, alerta también el Manual MSD, puede confundir los síntomas con los de la gripe o infecciones víricas.
En caso de intoxicación con gas o monóxido de carbono, lo urgente es buscar asistencia médica de inmediato y abrir las ventanas para que circule aire fresco.
Medidas de prevención
Clínica Mayo comparte algunas medidas para evitar la intoxicación por carbono o gas. Entre ellas están:
Abrir las ventanas unos minutos al día, sobre todo en espacios cerrados con aire acondicionado central, para garantizar la entrada de oxígeno y aire limpio.
Existen unos medidores de monóxido de carbono (con un precio aproximado de $20 en Amazon) que ayudan a detectar concentraciones tóxicas, aunque no huelan. Healthy Children recomienda tener uno por piso y, si es de pilas, cambiárselas cada 6 meses.
Renovar o revisar los aparatos muy antiguos o cuando note que no funcionan correctamente.
Contratar solo a personal calificado para manipular los aparatos que funcionen con gas.
Revisar que los sistemas de ventilación del aparato no estén tapados.
¿Qué hacer en caso de una intoxicación?
Si se detecta que hay una fuga de gas, abrir las ventanas de inmediato para que circule aire fresco. Si la intoxicación es leve, se recomienda quitarse la ropa y lavarse con agua, para después salir a un lugar al aire libre.
Si la intoxicación es grave, lo primordial y urgente es buscar asistencia médica, para recibir oxígeno y comprobar, con un análisis sanguíneo, el nivel de contaminación.
Señales de que los aparatos están funcionando mal
Los artefactos y motores que no tienen buena ventilación, explica la Clínica Mayo, pueden hacer que el gas se acumule hasta alcanzar niveles peligrosos. Los espacios muy cerrados hacen que la acumulación sea peor.
El departamento del Interior de la Generalitat de Cataluña explica que en el ámbito doméstico, puede producirse en chimeneas, calderas, calentadores de agua, secadoras de gas, estufas y hornos de cocina que no funcionan bien.
La mala combustión
En ocasiones, los aparatos también pueden dañarse y tener una combustión deficiente del combustible que usan, lo que genera anhídrido carbónico que, en grandes cantidades, también puede afectar la salud e incluso puede ser letal.
Hay algunas señales de que los aparatos están haciendo mala combustión. No son signos evidentes, por lo tanto hay que estar pendientes y mirarlos con frecuencia. Los enumera la Generalitat y son los siguientes:
Las llamas cambian de color. Las llamas tienen que ser de color azul y mantenerse estables. Si las llamas son de color amarillo o naranja, indican una mala combustión del aparato.
En el aparato, alrededor de la llama, aparecen manchas de color amarillo o marrón.
Si el aparato tiene indicadores luminosos y estos se apagan a menudo.
Si nota que aumenta la condensación en la parte de dentro de las ventanas.
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