Colombia: linchan a venezolano acusado de violar y asesinar a una niña
Karina Blanco, de 15 años, fue perseguida, violada y lanzada al río Cáchira en Colombia. La chica logró tomar una foto a su secuestrador, lo que permitió identificarlo: Alexander Carrillo, un migrante venezolano que confesó el crimen apenas lo detuvieron. La población lo linchó
El martes 4 de mayo, como todos los días, la niña Karina Blanco fue a pie a su colegio, ubicado en El Playón de Cáchira, al norte de Santander en Colombia. Pero algo la preocupó: notó que un hombre la seguía y logró hacerle una foto y mandarla a su familia.
Karina, de 15 años, no regresó a su casa. Después de mandar la foto no se supo más de ella, aunque la familia y los vecinos se activaron rápidamente para buscarla. Su cuerpo apareció en el río Cáchira. Antes de asesinarla, la violaron.
Pero estaba la foto. Y rápidamente la policía identificó al hombre: el migrante venezolano Alexander Carrillo, de 55 años. Confesó el crimen apenas lo detuvieron. Aparentemente, le había hecho seguimiento durante varios días y sabía que la niña caminaba sola por ese trayecto, todas las mañanas. La población, enardecida, se lo arrebató a los funcionarios y lo linchó. El cadáver de Carrillo quedó encogido sobre una vía de tierra de Cáchira.
El día de ayer en Cáchira, Norte de Santander, hubo un crimen cometido por Alexander Carrillo, a quien han identificado como venezolano. El hombre presuntamente violó y luego asesinó a una niña de 13 años. La comunidad enardecida se lo arrebató a la @PoliciaColombia y lo linchó pic.twitter.com/pxUsxsuyDf
— Carola Briceño Peña (@CarolaBriceno) May 4, 2022
En la foto que mandó Karina, que está borrosa porque la hizo apresurada, se ve al hombre con un morral tricolor como los que reparte el gobierno de Nicolás Maduro y que se ha convertido en un icono de los migrantes que huyen de la crisis de Venezuela y, sobre todo, de los que atraviesan Colombia a pie.
Cuando lo detuvieron, Carrillo llevaba una franela roja que entregó el chavismo durante una campaña electoral, en 2012. La policía de Colombia repudió el linchamiento.
El alcalde de Cáchira, Javier Pabón, comentó que, según el rastreo que se hizo del hombre después de su muerte, se ratificó que era venezolano y que trabajaba a destajo en una finca cercana. También cree que ya se había fijado en la niña y que le hacía seguimiento.
«Cuando estaba en el suelo, agonizando, la población tampoco permitió que se le auxiliara», dijo Pabón.
Así era Karina
La rutina de Karina comenzaba todos los días a las 5.30 am, según contó su padre Aldemar. A esa hora se levantaba y un rato después salía de su casa en el sector La Asterina de Cáchira, hasta Pueblo Nuevo en El Playón, donde estaba el colegio. Estas caminatas son frecuentes entre los niños de zonas rurales de Colombia, por lo que también se increpó al gobierno de la necesidad de poner transporte para los estudiantes.
La comunidad de Cáchira, estremecida con el asesinato de Karina, le rindió homenaje hoy miércoles 4 de mayo, un día después de su muerte. En su colegio la conmemoraron con una misa y un acto con todos sus compañeros. Y en las redes sociales se filtraron fotos y elementos que contaban cómo era, y cuáles eran sus sueños.
#Video Así fue el homenaje realizado en el colegio Camilo Torres en El Playón, Santander, en honor a la estudiante Karina Blanco quien fue asesinada por un venezolano en el municipio de Cáchira. La menor soñaba con estudiar psicología → https://t.co/ZuOAApUTdo#MañanasBLUpic.twitter.com/Oed1itoBxT
En un trabajo hecho este mismo 2022, con pulcra letra, Karina contaba que estaba enfocada en estudiar, ser feliz y ayudar a su mamá, la razón de sus sueños y la mujer más maravillosa que conoció. Quería ser psicóloga para poder comprarle «una casita» a su mamá.
Solo le faltaba un año para graduarse de bachiller. Le asustaba crecer. No se sentía capaz de enfrentar sola al mundo, según confesó en su texto. Ese miedo se debe haber transformado en terror en la mañana del martes 3 de mayo cuando toda la maldad de ese mundo al que temía se concentró en un solo hombre, que la ultrajó y acabó con su vida.
Más allá de las secciones de sucesos en los medios digitales y de las versiones propagadas en redes sociales, los casos de violencia mortal contra mujeres revelan una compleja tragedia que incluye mucha impunidad y falta de respuestas por parte del Estado. ONGs como Avesa y Utopix combaten ese silencio.
Los análisis confirmaron que los restos hallados son de Kalinina Ortega, quien desapareció en 2016. Estaba enterrada en el jardín de su propia casa. La policía, acusada de negligente durante estos años, ahora anuncia que busca a los homicidas
La reconstrucción de los hechos confirmó que Gimeno mató a Anna y Olivia en su propia casa, las envolvió en toallas, bolsas y bolsos deportivos. La autopsia a Olivia reveló un edema pulmonar por lo que sospechan que la muerte fue violenta