La misión de la sonda Rosetta de la Agencia Espacial Europea (ESA) lidera la lista de los diez «Descubrimientos del Año» en 2014 que elabora «Science», informó hoy esa revista científica estadounidense.
Rosetta y su módulo Philae, el primer aparato enviado por el ser humano que aterriza sobre un cometa, encabezan el palmarés no solo por su hazaña de llegar hasta el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, sino por la ciencia que permitirá realizar con los datos recogidos.
Según el subdirector de noticias de «Science», Robert Coontz, los hallazgos del año deben «resolver un problema con el que la gente ha estado batallando durante mucho tiempo o abrir la puerta a una gran cantidad de investigación nueva».
En el caso de Rosetta, «la mayor parte de la buena ciencia realmente está por venir», explicó Coontz en un comunicado.
El hallazgo paleontológico del año fue el cálculo correcto de la antigüedad de unas pinturas de animales en una cueva en Indonesia que se creía que fueron realizadas hace 10.000 años, pero en realidad tenían entre 35.000 y 40.000 años, lo que apunta a que los humanos en Asia produjeron arte simbólico a la par que los europeos.
La publicación también reconoció una serie de artículos que compararon los fósiles de aves primitivas y dinosaurios con los pájaros modernos y permitieron desvelan la evolución genética de las diferentes especies de aves.
Asimismo, valoró un experimento que demostró que el factor GDF11 de la sangre de ratón joven puede rejuvenecer los músculos y el cerebro de ratones más viejos, y que ha llevado a un ensayo clínico en el que pacientes de Alzheimer reciben plasma de donantes jóvenes.
Entre los estudios destacados están, además, una investigación de la Universidad de Harvard que se inspiró en el comportamiento de las termitas para crear un grupo de robots que se coordinan entre si y son capaces de crear estructuras sin supervisión humana.
La lista también incluye otra investigación, con el uso de la optogenética -una técnica que manipula la actividad neuronal con rayos de luz-, permitió mostrar que es posible manipular recuerdos específicos en ratones.
En el área de neurociencia, destacaron los primeros chips «neuromórficos» que imitan la arquitectura del cerebro humano y están diseñados para procesar información de la forma más parecida a cómo lo hacen los cerebros vivos.
Dos investigaciones pioneras que desarrollaron dos métodos diferentes para cultivar células que se asemejan a las células beta – las células productoras de insulina del páncreas – también fueron reconocidas por su valía para dar a los investigadores una oportunidad «sin precedente» para estudiar diabetes.
En el área de tecnología, sobresalieron los pequeños satélites conocidos como «Cubesats», mientras que en genética, destacaron unas bacterias sintéticas de E.coli que podrían ser utilizadas para crear proteínas de diseñador con aminoácidos «no naturales».