La espera está por concluir. Tras una década fuera del mercado, el Honda NSX regresa para reconquistar sus fueros, esta vez cargado con unos cuentos caballos de potencia adicionales y un diseño absolutamente contemporáneo ya visto en el símil de Acura, la marca de lujo de la firma japonesa.
Se trata de un súper deportivo con todos sus atributos, empezando por un chasis en aluminio y acero ligero sobre el cual se monta una carrocería cuyos paneles están hechos en acero y plástico moldeado excepto el suelo y el techo, que están fabricados en fibra de carbono.
De diseño agresivo encomendado a la casa italiana Pininfarina, el NSX destaca por su pronunciado frontal con una parrilla en nido de abejas flanqueada por dos inmensas entradas de aire que hablan de la fiera escondida bajo el capó, un detalle que se repite en las ruedas traseras para reiterar el carácter deportivo de este modelo.
La retaguardia está dominada por un pronunciado alerón fijo que parte de la maleta y que se complementa con el amplio difusor, elementos que ayudan a la estabilidad de uno de los autos de producción en serie más veloces del mundo.
Y no es una exageración decir que el NSX es uno de los bólidos más rápidos creados hasta ahora, pues es capaz de alcanzar velocidades de 307 kilómetros por hora y acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 2,9 segundos, entrando así en el exclusivo grupo de los autos capaz de alcanzar esta cota en menos de 3 segundos.
Ello lo logra gracias a una peculiar mecánica híbrida que combina cuatro motores: el principal, un propulsor a gasolina V6 colocado en posición central-trasera sobrealimentado por dos turbocompresores que entrega 507 caballos y responsable del mayor despliegue de fuerza, está unido a otro eléctrico colocado entre éste y la caja de cambios que aporta otros 48 caballos.
Adicionalmente, el NSX monta otros dos motores eléctricos en el eje delantero que funcionan de manera independiente para mover cada rueda y ayudar a mejorar la aceleración y modificando la trayectoria en curvas. Estos motores son alimentados por una batería de iones de litio.
En total son más de 580 caballos de potencia y 660 Nm de torque disponibles para mover esta bestia rodante, fuerza que es agenciada por una transmisión automática de doble embrague y nueve cambios manejada desde levas detrás del volante, y que distribuye la potencia de manera uniforme a las cuatro ruedas.
Dispone de cuatro modos de conducción: Quiet, Sport, Sport + y Track, todos con capacidad de modificar la respuesta del motor, la caja de cambios y hasta el sonido del motor. El modo Quiet es para funcionamiento 100% eléctrico a baja velocidad y trayectos cortos, mientras que los restantes mejoran el rendimiento del motor en forma ascendente eliminando las ayudas electrónicas.
Para garantizar la seguridad, el NSX cuenta con un sistema de frenos de cuatro discos carbocerámicos que al frente cuenta con seis pistones, acoplados a llantas de 19 pulgadas adelante y 20 pulgadas atrás. Los neumáticos especiales son unos Continental ContiSportContact en medidas 245/35 delante y 295/30 detrás.
En el interior todo es lujo y tecnología. El cuadro de mandos completamente digital varía según el modo de conducción seleccionado o bien de acuerdo con la configuración preferida por el conductor. Los asientos deportivos vienen forrados en rojo con costuras visibles en negro, y contrastan de manera determinante con el negro de la tapicería de las puertas y tablero, donde no faltan los detalles en aluminio opaco.
En definitiva, se trata de un verdadero superdeportivo que dará la pelea a pesos pesados del segmento como el Lamborghini Huracán, el McLaren 570S o el Porsche 911 Turbo S.
Le pedimos a nuestro colaborador, Andrés Gerlotti, que nos contara algo que le diera miedo y decidió compartir esta historia personal que en UB esperamos sirva de lección para todos nuestros seguidores, ya sea que rumbeen en estas fechas o regularmente viajen a la playa.
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