Es la nieta de Teodoro convertida en bólido. Una guerrera 2.0 que podría ser perfectamente la novia de Akira. Se transforma en Medusa, en mitología griega con ciencia ficción. Rompe la velocidad del sonido. William Gibson se quedaría chupando dedo, o seguramente uno de sus pezones, que son como mi dedo.
Carolina Petkoff es la nueva María Lionza. Qué diría el escultor Alejandro Colina sobre esta hembra amada por la naturaleza e iluminada de caridad. Oh salve Reina preciosa.
Sin mucha pompa ni temor a desnudarse frente a la cámara, esta tierna divinidad criolla siempre te mira directamente a los ojos, transpira su naturalidad y te convence de no querer aparentar nada que no es realmente. Sus curvas peligrosas dan vértigo y asegura que a pesar de vivir en los altos mirandinos no es “sanatoñera”.
Le interrumpimos el trabajo al fotógrafo Alberto Hernández y la metimos en un cuartito sin aire, sin ventanas, sin agua, con apenas espacio para estar parado o estar acostado según se podía.
No sé si por cosas de la vida, que es como un tiovivo que juega con nosotros, pero ese cuartito seguramente se parecía mucho a los siniestros “tigritos” donde vivió angustiado aquel conspirador de oficio que era su abuelo.
Sin esbirros, ni rings, el único instrumento de tortura en juego durante este interrogatorio fueron las curvas totalitarias de la cruel dictadura que es su belleza.
-¿Compartes la posición política de tu abuelo?
-No la verdad es que no. Él tiene su manera de pensar y yo la mía.
-Tú eres chavista…
-Bueno mira, te digo algo, no mezclo mi vida personal y ciudadana con el trabajo… no me gusta hablar de lo que no tengo que hablar.
-¿Cómo va tu trabajo en el modelaje?
-Quiero trascender del modelaje, pero lo que más me gusta es el modelaje y la animación…
-¿Y has animado algún evento?
-No en realidad, pero me han dado la oportunidad de participar. En realidad soy un poco penosa, pero una vez que me subo a la tarima se me quitan todos los miedos.
-¿Y en tu vida personal eres penosa?
-No para nada, siempre digo lo que pienso y hago lo que quiero, no me importa lo que digan los demás. Nací bajo el signo acuario y soy básicamente tranquila pero si te metes conmigo sale una leona.
-¿Cómo caería redonda Carolina Petkoff?
– Con un hombre que me haga reír. No me gustan los hombres que quieren aparentar lo que no son, que quieren hacer creer que son muy finos y cosas así. Me gustan los tipos sencillos. Lo mejor para conquistar una mujer es riéndose…
– Hemos visto que empiezas a ser bastante activa en Twiter. ¿Qué piensas de la competencia?, ¿qué opinas de las tuiteras más seguidas de Venezuela?
-En verdad que no me interesa seguir sus pasos, ni imitarlas, ni ser mejor que ellas, mis planes no se quedan en las redes sociales y apenas tengo 20 añitos. Yo soy única y auténtica.
-¿Qué te gustaría estar haciendo en 5 años?
-Ahorita estoy en el mundo del modelaje, pero dentro de unos años no me veo como una artista o como una modelo quizás, como una empresaria más bien. Mis aspiraciones van más allá de una imagen, soy una mujer comerciante, madre. Me encantaría tener un programa de TV pero mi visión más allá de una cara bonita.
– ¿Tienes algún interés académico?
-Me mata la medicina forense.
– Ahh entonces, ¿eres necrofílica?, ¿tienes una obsesión con la muerte?
-No, para nada. Me gusta ayudar a la gente y de hecho estoy trabajando en el proyecto de crear una fundación.
-¿Y cómo se llama?
-Carolina Petkoff. Quiero ayudar a los niños sin hogar, esa es la primera meta.
-¿Qué es lo primero que le ves a un hombre?
-Las manos. Me gusta un hombre con las manos arregladas, no me gusta un hombre afeminado pero que no tenga las manos sucias, eso habla mucho de la gente.
-¿Cuánto te pusiste en cada teta?
-450 cc nada más.
Síguela en Twitter @fanscaropetkoff
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