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El Mustang 2018 se hace más salvaje

El icónico modelo de Ford equipa un mejorado motor que rinde hasta 435 caballos, nuevos bríos para un chico malo que arriba a sus 52 años con una envidiable salud

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Si un anuncio tuvo impacto en el reciente Auto Show de Detroit 2017 sin duda fue el lanzamiento del nuevo Ford Mustang 2018, indiscutiblemente un modelo que merece como ningún otro ser considerado un verdadero ícono de la industria y cuya más reciente versión recibe un profundo liftstyle para colocarlo a la par de su archirrival, el Chevrolet Camaro.
Cargado de chucherías tecnológicas y no pocas innovaciones, el pony car de Ford recurre a la estética para seducir a un público cada vez más inclinado hacia los crossover en detrimento de los deportivos legendarios, para lo cual muestra un frontal que a la par de preservar la genética de la sexta generación exhibe importantes variantes.
Mucho más agresiva, la nueva cara del Mustang incluye una nueva parrilla más contenida para dar espacio a unos juegos ópticos LED más alargados y a las inéditas entradas de aire laterales e inferiores. El parachoques también es de nuevo cuño y estrena un spoiler inferior que ayuda a mejorar el rendimiento y da un toque deportivo que se agradece.
Las salidas de aire sobre el capó ahora son más discretas, y las aletas dorsales más prominentes para una mejor conducción del aire.
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El pompis también recibe un importe remozamiento, con un imponente alerón y luces traseras más verticales. No menos llamativas son las salidas de escape que ahora son dobles a cada lado, pero que además heredan del Shelby el sistema que regula la salida del aire y permite bajar el volumen si se quiere pasar desapercibido, o subirlo si el deseo es molestar a los vecinos.
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El interior no pasó indemne y muestra refacciones de interés. Incluso se le puede decir adiós a los relojes analógicos tradicionales y colocar opcionalmente un cuadro digital, que puede ser personalizado para mostrar tres tipos distintos de información y en 12 colores diferentes.
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Lo que no se ve
Pero los grandes cambios no se saltan a la vista. Para empezar, el Mustang que estará a la venta a partir de agosto prescinde del motor V6, siendo la primera vez en sus 52 años de vida que este modelo no ofrece esta motorización.
Eso significa que solo vendrá equipado con el versátil 4 cilindros de 2.3 litros EcoBoost y un renovado V8 de 5.0 litros similar al que incorpora el GT.
El bloque más pequeño ofrece un ligero aumento de la potencia al llegar a los 314 caballos y 434 Nm de torque, con lo cual puede alcanzar 230 kilómetros por hora sin mayores esfuerzos.
El V8, que incluye el innovador sistema de inyección directa e indirecta de modelos de nueva generación, también recibe algunas modificaciones para llevar su fuerza hasta los 435 hp a 6.500 revoluciones y 530 Nm de torque, con lo cual acelera de 0 a 100 km/hora en 4,8 segundos. Ford no ha suministrado datos de velocidad de punta, pero seguramente dejará las limitaciones impuestas que obliga a circular a 235 km/hora.
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Con transmisión manual para ambos propulsores, la caja de seis marchas fue mejorada e incluye un doble embrague. De forma opcional se podrá pedir una caja automática de 10 (sí, diez) velocidades.
La amortiguación ahora será magneteorológica para las versiones mejor equipadas, y por primera vez el Mustang incorpora sistemas de asistencia de conducción como el programa de alerta pre-colisión, detector de peatones, sistema de cambo de carril involuntario, y alerta de distancia de seguridad, entre otros.
De definitiva, la versión 2018 del modelo ícono de Ford recibe toda una renovación que lo pone a la par de los tiempos y mejorar sustancialmente su rendimiento, un detalle que sus fanáticos sabrán agradecer. Ah, y vendrá en versión convertible.

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