Melomanía

"La cara oculta de The Beatles" se exhibe por primera y última vez

Se trata de las fotos hechas por Robert Whitaker, a quien llamaban "el quinto Beatle" por su íntima amistad con los cuatro de Liverpool. La colección se muestra en Amsterdam

TEXTO: Imane Rachidi/EFE FOTOS: Koen van Weel/EFE
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Un centenar de fotografías íntimas de los Beatles, que muestran la cara más desconocida de la banda, capturadas por su fotógrafo privado, el británico Robert Whitaker, se exhiben en Ámsterdam a partir de hoy, por primera y quizá última vez, debido a que pronto serán vendidas.

Las imágenes de Whitaker, conocido como «el quinto Beatle», habían sido guardadas a buen recaudo por su hijo Ben y su viejo amigo Ivo de Lange para honrar su memoria.

«Él tenía acceso a los Beatles de una manera mucho más personal que la del resto de fotógrafos, que solo podían hacer fotos en escena para usarlas en un álbum o una portada. Él los tenía delante en la habitación de hotel y detrás del escenario. Debe haber sido muy emocionante para él», explicó a Efe su hijo, Ben Whitaker.

Esta es la colección privada de los Beatles más grande del mundo y es propiedad de Marc de Lange, dueño de la galería IQ de Zwolle (norte de Holanda) pero también amigo y cliente de Whitaker padre (1939-2011), de quién adquirió -durante su estancia en Londres- una serie completa de fotos titulada «La cara oculta de los Beatles», tomadas entre 1964 y 1966.

Estas 130 imágenes de John, Paul, George y Ringo están ahora a la venta y esta exhibición es la última oportunidad de admirarlas.

Estarán expuestas hasta el 17 de marzo en la galería del Art’otel de Ámsterdam, mítico hotel situado delante de la Estación Central de la ciudad.

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«Yo ya estoy muy mayor, tengo 69 años y no quiero arrastrar conmigo estas fotos. Podría usar ese dinero para mi museo. Esta es una colección que muestra un registro histórico y especial de la banda en un periodo muy importante de la historia del pop. Las compré porque me encantan, así de claro», subraya De Lange a Efe.

El coleccionista no ha colgado etiqueta de precio en cada una de las fotos porque su esperanza es que alguien compre la serie al completo para que permanezca intacta. Hace diez años, Whitaker, también retratista de Dalí, calculó que la colección tenía un valor de 1,2 millones de euros (1,3 millones de dólares).

Whitaker conoció a los Beatles en 1964 durante una visita a Australia. Acompañaba a un amigo suyo periodista y aprovechó para sacarle unas fotos al grupo, que quedó tan impresionado con su capacidad de jugar con la cámara que le pidieron que se trasladara al estudio en Kings Road de Londres para ser uno más del equipo.

Las fotografías que hizo no son las habituales de la banda con micrófono en mano, actuando ante un público, ni siquiera son un robado en la calle. Son retratos de cada uno de los miembros de la banda en el día a día, posando, mirando a cámara, e incluso tomas descartadas y artísticas en las que reina la improvisación.

De Lange aprovecha el 55 aniversario de la primera y única visita de los Beatles a Ámsterdam para exponer estas fotos tomadas por Whitaker, a quién sus colegas fotógrafos llamaban «el quinto de los Beatles» porque siempre les acompañaba en sus viajes y en su día a día, capturando cada segundo de su fama y su cara oculta.

«No empecé a escuchar historias del trabajo de mi padre hasta que las fotos se publicaron. Él y John (Lennon) tenían muy buena relación. Ellos tocaban cualquier cosa en los instrumentos y mi padre se moría por hacer lo mismo y sumarse a ellos. Pero su instrumento era la cámara y optó por hacerles fotos», recuerda que le contó Robert.

Este fotógrafo sacó retratos exclusivos de Lennon, su primera esposa Cynthia Powell y su hijo Julian cuando era pequeño.

Ben asegura que su progenitor «era un apasionado», a quien hay que describir «más como un artista que un fotógrafo, capaz de hacer la mejor foto jamás vista con una cámara desechable».

A modo de ejemplo, señala una fotografía de John Lennon con una bandera británica pintada en la cara u otra en la que el guitarrista George Harrison aparece con la cabeza metida dentro de una jaula de pájaros, lo cual era «muy diferente a lo que la gente estaba acostumbrada a ver, una foto hecha con una mente creativa, de un artista».

Esa manera «surrealista» de mirar a las personas «la aprendió de (Salvador) Dalí», otro amigo «con el que tuvo una conexión personal» y a quien fotografió durante años.

«Mi padre solía decir que fotografiar la parte baja de la nariz de Dalí daba más miedo que cubrir la Guerra de Vietnam, que también había fotografiado», cuenta.

En los años setenta, Whitaker se retiró de la fotografía y se convirtió en agricultor en Sussex (Reino Unido), porque, como dice su amigo De Lange, «él siempre hacía lo que más le apetecía y en ese momento quería dedicarse al campo».

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