Opinión

Tienes que ver "Tortugas Ninja: Caos mutante" y te damos 3 razones

“Tortugas Ninja: Caos mutante” es un reinicio de la conocida serie de los ochenta y también, una pequeña curiosidad de la cultura pop para una generación de fanáticos. Muy bien hecha, divertida y con encanto

tortugas ninja
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En los ochenta hubo una explosión de héroes animados de todos los estilos y procedencias, unidos por un hilo en común: que tuvieran la capacidad de ser comercializables. Lo que equivale a decir que sus historias, por más disparatadas que fueran, pudieran convertirse en una serie de productos de juguetería que llenaran las estanterías del mundo. El caso más conocido es, por supuesto, el de He-Man, creado directamente para ser una pieza de acción basada en una trama simple. Y por entonces surgió la premisa más curiosa de todas: la de un grupo de tortugas mutantes, bautizadas a mayor gloria de pintores renacentistas.

Resultado de una broma entre sus creadores Kevin Eastman y Peter Laird que intentaban burlarse de los superhéroes tradicionales y la fiebre de la venta de muñecos de plástico, se convirtieron en un éxito inmediato. Tanto, que dos años después de su estreno en 1987, ya podían presumir de un universo propio que incluía desde juegos de videos hasta películas. En 1990 hubo una película live action sin mucho éxito, a la que le siguió un reinicio de la serie en 2012. Finalmente, en 2017 se estrenó otra película (de la mano de Michael Bay) que sepultó a la franquicia por unos años. Hasta ahora.

“Tortugas Ninja: Caos mutante”, del director Jeff Rowe, intenta recuperar la esencia de la serie original — ignorando los pequeños desastres previos — en un paso audaz. No solo se trata de una obra de arte animada, sino que regresa al punto esencial: las tortugas son adolescentes, mutantes y comedoras de pizza, un aspecto en el que su productor y coguionista, Seth Rogen quiso hacer énfasis especial. También, el equipo creativo se atrevió a rediseñar a la inefable acompañante del equipo, April O’Neil, brindándole la apariencia de una adolescente afroamericana. La polémica no se hizo esperar y gran parte de la recepción de la película (que ha sido mayoritariamente positiva), se enfrenta a la habitual discusión de los cambios para un nuevo público.

¿Vale la pena una visita por el cine para ver esta reinvención de una historia con la que crecieron al menos un par de generaciones de amantes de los animados? Te damos tres razones para ir.

1-La animación es asombrosa

Al director Jeff Rowe seguro ya lo conoces por haber dirigido “The Mitchells vs. the Machines” (e incluso por haber sido guionista en «Gravity Falls»), por lo que no te debe sorprender que “Tortugas Ninja: Caos mutante” sea un prodigio de habilidad visual. Y no es una frase exagerada. La película crea en cada frame — al estilo de un graffiti urbano — una obra de arte visual a pequeña escala que resulta fascinante, adecuada e innovadora. En un año en el que “Spider-Man: Across the spider-verse” dejó boquiabierta a la audiencia, este es un experimento digno de rivalizar con los saltos y piruetas de Miles Morales.

Lo que, además, le brinda a la cinta su mejor parte: la de regresar a estos chicos con caparazón a ser solo adolescentes irritantes, adorables y hábiles. Atrás quedaron las tétricas criaturas levemente siniestras de las cintas de Michael Bay. Esto es Tortugas Ninja, en toda su ternura y euforia juvenil, lleno de colores radiantes y con algunas escenas en las que tendrás que contener la respiración para no gritar de emoción como un niño.

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2-¡Jackie Chan es Splinter!

Al cuarteto heroico lo habían llevado a un extremo de superhéroes tétricos que tenían más en común con una parodia sin chiste de Batman. Pero en esta ocasión, el guion de Brendan O’Brien, en compañía del director, Seth Rogen, Evan Goldberg, Dan Hernandez y Benji Samit juega con el ridículo de la historia original para crear una épica encantadora sobre el sentido del deber y la fe. Sí, son cuatro tortugas a la que la radiación vuelve antropomórficas y que son educadas por una rata. Pero en el contexto de la película, todo tiene un sentido natural y orgánico, más emparentado con el chiste y la autoparodia que con contar un relato de origen. Estos chicos saben que son extraños, que su historia es inverosímil, pero es su carisma lo que los hace entrañables.

Lo mejor de todo es la colección de voces que trae el reparto. Las que interpretan a los héroes, provienen de verdaderos adolescentes, encabezados Micah Abbey como Donatello, Shamon Brown Jr. como Michelangelo, Nicolas Cantú como Leonardo y Brady Noon en la verde piel de Raphael. Por último, está la discutida selección de Ayo Edebiri para April O’Neil. Sí, nadie lo niega, el diseño es distinto al de la querida serie de hace más de treinta años. Pero admitámoslo, Megan Fox tampoco era idéntica a la versión animada, ¿no es así?

Pero hay más. Jackie Chan encarna al maestro Splinter, que tendrá que vérselas con una mosca mutante interpretada por Ice Cube. En el apartado de los malvados, el científico loco Baxter Stockman tiene la voz del villano por excelencia Giancarlo Esposito, cómplice involuntario de la Cynthia Utrom de Maya Rudolph. Súmale las voces de Rogen, John Cena… ¡Y de Post Malone!

Y claro está, hay humor. Mucho, raro y con doble sentido: no en balde la promocionan como una película de Seth Rogen. Los niños lo van a disfrutar, pero la batería de referencias pop conquistará a los adultos. Nadie dejará de disfrutar en esta bomba de nostalgia a gran escala. Lo que lleva al siguiente punto.

3-Es nostalgia, si tú quieres

La película no depende de tus recuerdos como fanático ni tampoco está construida para hacerte recordar tus tardes frente al televisor. En realidad, amplía, profundiza y avanza en un mundo enorme, colorido y simpático que ya pertenece a otra generación pero que te incluirá si se lo permites.

“Tortugas Ninja: Caos mutante” es una delicia para todos los gustos y en especial, para los que no desean entrar en el mundo rosa con tintes atómicos de Barbenheimer. ¿Lo tuyo es recordar lo divertido que eran las vacaciones de agosto? Esta película te hará volver a la infancia sin otra pretensión que hacerte soltar — muchas — carcajadas.

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