“Ya basta de tener 12 o 14 días en cola para poner gasolina. Es injusto ver cómo pasan muchos carros preferenciales, VIP, camionetas de gente que está recién levantada, mientras que en la cola tenemos 12 y 15 días aquí", reclamó Madeleine Andrade en las cercanías de la estación de servicio Paramacay en Naguanagua
En plena ciudad de Valencia, en el estado Carabobo, hay personas que aguardan desde hace 12 días en filas para poner gasolina en sus vehículos. Aún no saben cuánto tiempo más demorarán hasta conseguir el combustible.
Carabobo es un estado venezolano que queda apenas a un par de horas de Caracas, hacia el centro del país. Era reconocido como una zona muy industrializada y Valencia, su capital, como una ciudad con mucha vida económica. Ya no es así.
La escasez de combustible es parte de la radiografía de una crisis que es general y que se ha agudizado desde hace seis años. La agonía por encontrar gasolina ha ido en aumento, especialmente en la última semana, cuando se ha vuelto más distante el despacho a las 90 estaciones de servicio ubicadas en esta céntrica entidad federal.
Lo paradójico es que en Carabobo funciona una de las refinerías petroleras del país, la de El Palito en Puerto Cabello. Pero ahora, y desde hace más de un año, se encuentra paralizada y registrando derrames de hidrocarburos. A pesar de ser un país petrolero, los venezolanos sufren para poner gasolina en sus vehículos.
Las operaciones en ese complejo refinador se han visto interrumpidas, según han mencionado trabajadores en el lugar.
Asimismo, los conductores en Valencia aseguran que prácticamente no consiguen combustible en las gasolineras con precio subsidiado, solo en las que venden el producto a precios internacionales. Tampoco mantienen abiertas algunas de las estaciones las 24 horas del día, como ocurría cuando se estableció el nuevo esquema de precios de la gasolina en Venezuela.
“Ya basta de tener 12 o 14 días en cola para poner gasolina. Es injusto ver cómo pasan muchos carros preferenciales, VIP, camionetas de gente que está recién levantada, mientras que en la cola tenemos 12 y 15 días aquí, aguantando sol, calor, mosquitos, dejando a nuestros hijos en las casas solos, durmiendo aquí a la intemperie, sin que nadie nos garantice que vamos a amanecer bien o que la batería del carro se la van a robar, o robarnos un caucho”, reclamó Madeleine Andrade en las cercanías de la estación de servicio Paramacay en Naguanagua.
Precisamente allí un grupo de personas afectadas por la espera, pidió al gobierno que despachen el combustible. Vociferaban: “queremos gasolina, queremos gasolina”.
Mientras que en La Viña, al norte de Valencia, José Marcano, aguardaba en una extensa fila para surtir gasolina –no sabe cuándo ni cuanto le venderán- en la estación Guaparo:
“Esto es inhumano. Nos piden que nos quedemos en casa pero aquí estamos en la calle, sin saber si va a llegar la gandola. Mientras tanto me pregunto qué fue lo que hicimos para merecer este pésimo gobierno que solo nos trae más sufrimiento”.
En las redes sociales, el tema de la gasolina se ha vuelto frecuente, incluso se han creado grupos de Whastapp o Telegram para informar dónde ha llegado la cisterna o cuáles estaciones están abiertas.
Freddy Alvarado, secretario ejecutivo de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela y representante sindical de la Refinería El Palito (REP), dijo que la tarde del viernes, 11 de septiembre, lograron ponerla en funcionamiento.
“Están levantando la producción, esperamos que para esta tarde estemos produciendo 30.000 barriles de gasolina, que no son suficientes pero nos va a permitir, cuando llegue a esa carga, producir gas doméstico. Se está iniciando el proceso. Esa refinería no está en condiciones óptimas por no haberle dado el mantenimiento adecuado en el momento preciso”, destacó Alvarado.
Dijo que los trabajadores han puesto su mayor empeño pero “lamentablemente eso escapa de sus manos”.
El gobierno de Nicolás Maduro anunció el viernes 11 de septiembre un plan para la distribución de combustible para tratar de aliviar la escasez que ya empieza a causar protestas en algunas ciudades del país.
Además, Maduro asegura que todo es un «plan de sabotaje» contra Venezuela.
Dos barcos de bandera iraní, Forest y Fortune, con unos 300.000 barriles de combustible cada uno, estarían navegando con destino a Venezuela, reportó la agencia de noticias Reuters. Otra embarcación más, el Faxon, también tendría como meta llegar a puerto venezolano, aunque este último ha mantenido su sistema de rastreo apagado.
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