Venezuela

Venezolanos hacen filas desde medianoche para comprar gasolina a precio internacional

Los madrugonazos son obligatorios. Si los venezolanos quieren comprar algo de combustible deben llegar a la medianoche, o antes, y hacer colas de centenares de metros alrededor de las gasolineras. La espera es larga: En seis horas apenas se mueven tres cuadras

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Federico Parra / AFP

El caos continúa en las ventas de combustible de Venezuela, un país petrolero con las refinerías paralizadas. Este jueves, cuarto día del nuevo esquema aplicado por el gobierno de Nicolás Maduro, las filas para comprar gasolina a precio internacional comenzaron a medianoche. Y cada vez son más largas, lentas y madrugadoras.

Los caraqueños llegan a las 12, 1, o 2 am para garantizar la compra de un combustible costoso, a medio dólar el litro. Cada cierto tiempo pasan militares de la Guardia Nacional asignando números a los vehículos que están en la fila. Llegar 20 minutos más tarde puede significar decenas de números de desventaja y, por ende, más horas de espera.

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Foto: Federico Parra / AFP

Así ocurrió en la fila de una gasolinera en Los Palos Grandes según comprobó El Estímulo en un recorrido. Un cliente comenzó la cola a las 2.10 am y logró el número 75. Otro llegó a las 3.10 am a la misma cola y le dieron el 160.

Aunque se supone que las gasolineras deben comenzar a atender al público a las 7 am, a las 9 am se habían movido pocas cuadras.

Si se va en la mañana, en horario «normal», es peor. El martes, un cliente comenzó a hacer la cola a las 10 am. en esa misma gasolinera. Puso combustible a las 6 pm, ocho horas después.

«Tuve suerte. Cerraron la gasolinera cinco carros adelante de mí. Entonces, los conductores nos bajamos a rogarle a los militares que nos dejaran entrar. Uno de nosotros era un médico que tenía has su bata porque después se iba a hacer guarda al hospital. Cedieron, pero solo para 10 automóviles más. Allí entre yo», le contó a El Estímulo este vecino de Sabana Grande, al centro de Caracas, que prefirió trasladarse hasta el Este porque pensó que tendría más chance de comprar si pagaba el precio internacional de 0,50 dólares por litro. La venta de gasolina subsidiada está más racionada.

Un proceso lento

En las gasolineras las filas avanzan lentamente porque el proceso para comprar también demora.

En Venezuela, el combustible no se surte por autoservicio, sino que la coloca un trabajador del expendio. Hasta hace un par de meses, la gasolina (que era la más barata del mundo) se cancelaba con dinero en efectivo al mismo que despachaba. Ahora el sistema es parecido al de otros países: se paga previamente la cantidad de litros que se quiere y luego se surte la nafta. El pago puede realizarse en dólares en efectivo o en bolívares con tarjeta de débito o crédito lo que puede tardar más por la baja velocidad de conexión en Venezuela.

En gran parte del Este de Caracas, todas las estaciones de servicio están vendiendo la gasolina a precio internacional, de 0,50 dólares por litro. En realidad es más que el precio internacional, pues en otros países está más económica por el descenso en los precios del petróleo, pero así lo llamó el gobierno de Nicolás Maduro para diferenciar ese precio del de la gasolina «subsidiada» a 5 mil bolìvares el litro (equivalente a 0,2 centavos de dólar).

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Foto: Federico Parra / AFP

Al principio, solo 200 estaciones de servicio cobrarían la gasolina a precio internacional y el resto, más de mil, la venderían subsidiada. Esto cambió en menos de 24 horas. Las gasolineras ubicadas en sectores de clase media comenzaron a venderla con la tarifa costosa, incluso las que en un principio habían sido designadas para venderlo subsidiado.

Esto no ha hecho que las filas sean más cortas. Todo lo contrario. El largo tiempo sin gasolina en Venezuela, que se subsanó por el envío de buques con combustible de Irán, las fallas en la distribución y la sensación de que la gasolina iraní se va a acabar, hace que los venezolanos se vuelquen a surtir sus vehículos para poderse mover en un país donde el transporte público es escaso.

La «suerte influye»

Las filas siempre comienzan de madrugada, alrededor de cualquier gasolinera. Y son tan largas que invaden hasta las autopistas. Pero el tiempo de espera no es igual en todas. Algunas estaciones de servicio tienen más surtidores y hacen un poco menos lento el avance de la cola. Otras veces es cuestión de «suerte», de que menos personas hayan escogido ir a determinado lugar.

Por ejemplo, en una estación de servicio de Chacao, en el este de la capital, un cliente llegó a las 5.30 de la mañana y logró el número 180, solo un poco más que la persona que llegó a las 3 am a Los Palos Grandes y obtuvo el 160.

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Foto: Federico Parra / AFP

La cantidad de horas a esperar también cambia de una a otra gasolinera. En algunas puede demorar 7 u 8 horas y en otras 4 o 5. De cualquier manera es un tiempo absurdo dedicado a la compra de combustible, algo que en otros países no demora más de 10 minutos.

¿Y el gas para vehículos?

Durante los últimos años que las concesionarias automotrices vendieron automóviles nuevos en Venezuela, el gobierno les obligó a comercializar los vehículos con un tanque de gas incorporado, de manera de contar con un combustible alterno que Venezuela produce casi sin esfuerzo, derivado de las operaciones petroleras: el gas natural.

Sin embargo, en los últimos años, el gobierno fue acabando con los surtidores de gas natural para vehículos, de manera que en Caracas solo hay dos estaciones de servicio que lo distribuyen: una en Chuao, al sureste de la capital, y otra en La Bandera, al suroeste.

Las colas para surtir gas natural también son muy largas y comienzan de madrugada. En promedio, las personas gastan entre 4 y 6 horas para llenar de gas sus tanques. Sin embargo, se puede ir cualquier día y no según el número de placa como lo asignaron en el caso de la gasolina.

Aunque el gas natural no se incluyó en el nuevo esquema de precios de venta de combustible, personal de las estaciones de servicio que lo surten informaron que el proceso se mantiene idéntico: las colas se hacen en el lugar acostumbrado y el suministro sigue siendo gratuito.  Lo que acostumbran los clientes es regalarle algo al empleado que lo coloca y como en Venezuela escasea el dinero en efectivo, lo que se le suele dar es alimentos: un kilo de harina para preparar arepas, un paquete de arroz o unas galletas.

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