Tal Cual se despide sin llanto del diarismo
Entre tragos y pasapalos Tal Cual despide a 90% de sus trabajadores. Ya no publicarán diariamente, pero mantendrán su bastión de lucha con un semanario que saldrá los sábados de cada semana
Venezuela
—¿Cómo estás Eduardo?
—Aquí vamos, esperando lo peor. ¿Qué le vamos a hacer?
—Así es…. Si mejorara, no haríamos lo que aquí se hace, no saldríamos más— respondió Azucena Correa, refiriéndose a la publicación del periódico Tal Cual.
La conversación podría ubicarse en un ambiente sombrío, de duelo, casi que de funeral, pero el escenario real es todo lo contrario. Fue una conversación entre caroreñas y rones, entre tortas y raciones de tortilla española. Los interlocutores son Eduardo Orozco, periodista fundador del periódico y Correa, la asistente de Teodoro Petkoff desde que este fue diputado (1980). Hoy en Tal Cual había una fiesta de despedida. Pero que algo quede claro, Tal Cual no cierra sus puertas.
Según reza un comunicado que saldrá en la edición de mañana y que hoy corrió por otros medios, Tal Cual pasa a ser un semanario desde este mismo sábado. Los directores y editores esperaban salir con un rediseño, pero entre tanto trabajo no lograron conseguirlo antes de la fecha. Así que seguirán saliendo con el diseño con el que han venido publicando todos los sábados, día en que el Tal Cual se pone más polémico y de opinión.
Esa es la idea. Ser una publicación orientada a contenidos más políticos y económicos. Xabier Coscojuela, director de contenido del medio, explicó que será una edición “fundamentalmente de opinión. Con algunas entrevistas, trabajos de investigación, reportajes, perfiles. Queremos sacar un semanario de opinión”
“Para eso va a quedar un grupo muy pequeño. No llegaremos 10 personas y buscaremos alianzas con otros periodistas.”
Por su parte, el jefe de recursos humanos de la casa editorial, Carlos Quintana, indicó que de 60 personas que actualmente conforman la plantilla laboral quedarán solo 6 trabajadores. Todos periodistas. Estos serán los que trabajarán en el rediseño del periódico y las ediciones de cada fin de semana. También mantendrán la página web.
«Vamos a seguir diciendo las cosas como las hemos venido diciendo —señaló Coscojuela— Ya no lo diremos todos los días, pero sí una vez por semana»
A la fiesta acudieron los trabajadores del periódico, al menos los que cubren el turno de la tarde, amigos y colegas. Entre ellos una periodista, quien declaró enérgicamente: «Ya no trabajo aquí, pero esta es mi casa». Sí, era un ambiente festivo… era una reunión para aglutinar fuerzas y buenos deseos para la marca y la casa editorial. Una reunión para aceptar la derrota ante el asfixia que impone el Gobierno a los medios de comunicación.
Los 6 ó 10 periodistas que queden, entre ellos Coscojuela, reconocen y destacan la magnitud de su compromiso con el periodismo y sus lectores. Ellos aceptan la derrota pero jamás permitirían que hoy se convirtiera en un funeral.
