WSJ: La economía será la primera preocupación de la nueva Asamblea

Aunque algunas facciones de la oposición apuestan por que la nueva Asamblea Nacional (AN) remueva a Nicolás Maduro de su cargo como presidente, los líderes más influyentes de la Mesa de la Unidad Democrática se enfocarán «por lo que más quieren los votantes: hacer frente a las calamidades económicas que afectan al país». Así lo reseña el diario neoyorquino, que en un artículo titulado «Venezuela’s Opposition Vows to Fix Economy First», resalta que la nación está devastada por «una economía de tres dígitos y una escasez crónica de alimentos».

En entrevista con Julio Borges, fundador y coordinador del partido Primera Justicia y quien se perfila como uno de los próximos líderes de la junta directiva de la AN, indicó que la gente no perdonará si la oposición se lanza a un debate político y olvida la economía. «La gente está sufriendo mucho, y van a buscar a aquellos políticos que ofrecen las mejores soluciones a sus problemas económicos», apuntó.

El líder opositor Henrique Capriles coincidió en sus declaraciones para este medio. Afirmó que apoyar la revocación de Maduro sería extremista y eso sería lo peor que pudiera suceder. «Esta no es una asamblea en busca de venganza, sino un asamblea de promoción de soluciones para el país», señaló. El gobernador del estado Miranda expuso que debe haber una revisión de los controles cambiarios y otras medidas que tengan como principal objetivo promover la producción de alimentos, entre otros productos.

La Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea) dijo el jueves que la crisis alimentaria se podría resolver en 120 días si se aliviasen los controles de divisas y de precios que obligan a las empresas a producir bienes a pérdidas. El presidente de este organismo, Manuel Felipe Larrazábal, advirtió que de lo contrario no habrá producctos en los anaqueles. Sin embargo, Maduro ha prometido bloquear cualquier esfuerzo para liberar la economía de planificación centralizada que él mismo ha promovido.

El artículo de WSJ expone que la economía de Venezuela proyecta una contracción de 10% este año y se estima que la inflación es de más de 200%, la peor del mundo según el Fondo Monetario Internacional (FMI). Un estudio realizado recientemente por un consorcio de profesores universitarios venezolanos arrojó que tres cuartas partes del país vive en pobreza. Las cifras se basaron en la incapacidad de las familias para comprar suficiente comida.

Desde que Hugo Chávez ganó en las presidenciales de 1999 —describe el artículo— la oposición de Venezuela ha estado profundamente dividida sobre cómo proceder. Los enfrentamientos generalmente han beneficiado al gobierno chavista, como lo fue la huelga general y el golpe de Estado que derrocó temporalmente a Chávez en 2002 y la decisión de algunos partidos de oposición en no participar en las elecciones parlamentarias de 2005. Esto eventos resultaron en que Chávez profundizó sus políticas socialistas después del fallido golpe de Estado, y la negativa de la oposición para entrar en las elecciones legislativas le dio el control total de la legislatura.

Sin embargo, el pasado domingo se avizoró otro panorama que demuestra que el gobierno chavista ha perdido su influencia. Una mayoría de venezolanos votó en contra del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) y le concedió a la Unidad Democrática 112 escaños, lo que representa una mayoría calificada de dos terceras partes. De estos asientos, 70% son de los partidos Primero Justicia, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo, los cuales han abogado por un enfoque hacia la economía. El cuarto partido con mayor influencia en la coalición opositora es Voluntad Popular, el del político encarcelado Leopoldo López.

Estos resultados le da el poder a la oposición para impulsar las medidas necesarias para mejorar la economía del país. Si el gobierno de Maduro se niega a que la Asamblea emita nuevas leyes en materia económica o de otra índole, los opositores pueden usar su mayoría de dos tercios para tratar de revocarlo.