Venezuela

“La Sifrina” y “La Bachaquera” hacen cola en Caurimare

A Laura Pérez y a Yubraska Chacón les irritan las etiquetas estigmatizadoras. Tanto la construcción en disco de pasta del grupo Medio Evo como la hija del Whatsapp carecen de un rostro reconocible, aunque ambos arquetipos femeninos han sintetizado, como pocas, la transición entre el Viernes Negro y ese final que no terminó de comenzar el 6-D 

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Caurimare es el Hollywood de Caracas. Hasta tiene el mismo número de letras. Caurimare no es tan cool: ninguna parte ya de Caracas, en realidad. En todas hay colas. A Laura Pérez le hubiera parecido una película apocalíptica —faltaban dos años para Terminator—, pero en Caurimare se tragaría gas de bombas lacrimógenas en las guarimbas de 2004 y de 2014. Hoy cincuentona, si es que no se ha ido del país, lleva sol y compartió otro febrero que le han robado al lado de Yubraska Chacón, madre de cuatro hijos que se ha venido desde la redoma —se supone que de Petare— hasta el Plan Suárez de El Cafetal para buscar productos regulados.

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