Venezuela

Emigrar con el título y el ego bajo el brazo

Emigrar de Venezuela ha sido para muchos un divorcio forzado, pero vale la pena si la repartición de bienes devuelve calidad de vida. Un mejor salario y algo de paz mental le pueden costar a un emigrante venezolano su carrera universitaria o su verdadera vocación. Aunque no denigran sus nuevos oficios, cuatro de estos profesionales cuentan cómo tuvieron que olvidarse de su currículo para empezar a hacerse un lugar fuera de su patria

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Magdiel González: de actor a “garçon

El ego pesa más que las maletas de los emigrantes que salen de Venezuela, por eso Magdiel González quiso aligerar la carga y llevarse solo su talento artístico como equipaje de mano.  Cuando el protagonista de la película El Desertor decidió abrirse camino fuera de su patria, utilizó las herramientas de la actuación para absorber cada experiencia vivida. “Apliqué en las páginas web de varios lugares para buscar trabajo o para hacer teatro. Primero salió el chance de ser copero —encargado en un restaurante o comedor de limpiar platos—y fui interesándome de la cocina. Aprendí a hacer café y varios platos, pero no pretendía estar mucho tiempo allí, a menos que hubiese querido escribir una obra de un chef. Quería estar en contacto con la gente, así que pasé a ser garçon, o sea: mesonero”.

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