Mientras esto ocurre, el enviado del Papa Francisco, Monseñor Claudio María Celli, uno de los diplomáticos más experimentados de la Santa Sede, dijo al Diario La Nación de Argentina que si alguna de las dos partes se levanta de la mesa, “el camino podría verdaderamente ser el de la sangre y hay gente que no tiene miedo de que haya derramamiento de sangre, esto es lo que me preocupa”.
En tierras venezolanas, el pasado jueves 3 de noviembre el gobernador del estado Lara, Henry Falcón, llamó la atención de los que prometen una solución para el próximo 11 de noviembre, día en el que se volverán a reunir, diciendo que para ese momento no es posible que realmente haya un acuerdo definitivo, por lo que insistió en que deben evitar generar falsas expectativas a la población.
Por su parte, el ex diputado de la Causa R, Andrés Velásquez, dijo a El Estímulo que existe la necesidad de que esa instancia produzca resultados concretos en breve tiempo, pues asegura que la situación por la que está atravesando la ciudadanía coloca un límite a los actores políticos.
»Maduro dice que la paz no tiene plazo y la que mesa no tiene plazo, pues para la gente si hay plazo en sus necesidades, yo creo que el sufrimiento de la gente, eso sí tienen que ser un plazo para el gobierno, La falta de comida, la falta de medicamentos, la falta de seguridad ciudadana, todo eso de verdad si tiene plazos y tiene que ser de horas porque esto no se aguanta», manifestó el ex gobernador del estado Bolívar.
Según Velásquez, tanto el gobierno como los representantes de la MUD, están obligados a presentar el próximo 11 de noviembre, acuerdos concretos relacionados con la solución a esta crisis que, para los miembros de la oposición tiene que ser por el camino electoral.
Mientras ambos sectores se encuentran en ese espacio negociando la recuperación de la paz perdida hace muchos años en Venezuela, el propio presidente de la República, Nicolás Maduro, tropieza la mesa de negociación llamando «terroristas» a dirigentes opositores y solicitando juicios a economistas que ni siquiera hacen vida en el país por supuestos bloqueos financieros a la nación, incluso llegando a solicitar que la policía internacional (Interpol) les coloque código rojo para su captura, como si se tratase de un rey ordenando a su séquito de caballeros con armadura, la aprehensión de algún enemigo de la corona.
Para el sociólogo de la Universidad Simón Bolívar, Iván de la Vega, Venezuela vive su momento más crítico de los últimos tiempos. Piensa que hay sectores interesados en que se produzcan hechos de violencia, por lo que cree que la razón debe prevalecer.
«La crisis no es coyuntural sino de orden estructural, lo que significa que la Venezuela de hace 30 o 40 años donde todos pensábamos que el país podía lograr un punto de desarrollo, un punto de equilibrio y seguir mejorando, esto no sólo no ocurrió sino que desmejoró y en los dos últimos gobiernos se despilfarró mucho dinero en un periodo muy corto de tiempo y hoy en día hay una clara crisis humanitaria, cuando uno de cada diez venezolanos está hurgando en la basura para buscar alimentos», dijo el sociólogo De La Vega.
El catedrático de la USB dijo que hay dos escenarios por venir: la continuación del diálogo con la mediación de El Vaticano, para lograr un cambio político, o el escenario violento donde evidentemente habrá «litros de sangre derramada», porque según De La Vega, se pudiera estar jugando a un estallido social. «Éste último es a donde no quiere llegar la MUD, quienes están planteando la salida democrática del conflicto. Ya no habrá revocatorio es evidente, inclusive dentro del propio partido de gobierno hay muchos que no quieren que Maduro continúe en el poder, al igual que en la Fuerza Armada», afirmo De La Vega.
«Hay que llegar a un punto de acuerdo donde se tome la mejor decisión para el país, todo apunta a una renuncia y que hayan elecciones nacionales y regionales», dijo el sociólogo.
Según Iván de La Vega, a donde no se quiere llegar es a escenarios como los que vivieron los caraqueños el pasado jueves en el centro de la ciudad, donde se podía apreciar a gran cantidad de simpatizantes del gobierno, con música estruendosa en cada esquina, ingiriendo alcohol, esperando precisamente a una marcha opositora que iría hasta el palacio de Miraflores, pero que al final no ocurrió. Este es el escenario violento a que hace mención el sociólogo De La Vega, a donde no se debe incurrir pues sería de fatales consecuencias para el país.
Aseguró que deben bajar el tono de los discursos, tanto el del gobierno, como el de la oposición, los cuales son ofensivos en muchos casos y que cada quien retroceda hasta un punto donde se acuerden los beneficios para toda la nación. Indico que casi nueve de cada diez venezolanos quiere que esto se resuelva de forma rápida y que se elija un nuevo Presidente.
Agregó que las conversaciones serán complejas, puesto que detrás de ellas, existen personas que no quieren dejar el poder, ya que sus nombres aparecen envueltos en hechos de corrupción y otras situaciones, que les serian desfavorables a la hora de tener que dejar los privilegios que les da el ser gobierno.