Venezuela

Mario Moronta: “El diálogo en Venezuela debe incluir a las bases sociales”

Para el obispo de la diócesis de San Cristóbal, monseñor Mario Moronta, la aguda crisis que atraviesa Venezuela, que ha exigido la intervención de El Vaticano, cada día se torna más difícil.

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Por Rosalinda Hernández C.

Así “ lo han hecho sentir a través de redes sociales” tanto afectos al gobierno como la oposición porque no han entendido que los puentes necesarios para el diálogo no significa que los representantes del papa Francisco deban tomar posición a favor de unos o de otros.

Para Moronta las declaraciones de monseñor Claudio Celli, enviado del papa Francisco, según las cuales si fracasa el diálogo entre el gobierno y la oposición, el camino podría ser el de la sangre, revela que «lo que está en juego no es la estabilidad política del país, sino la paz y la fraterna convivencia de los habitantes de Venezuela”.

«Si a esto se unen los deseos de violencia en diversos grupos tanto del oficialismo como de la oposición, ciertamente que nos encontramos ante un panorama nada halagüeño», señaló en un escrito enviado a El Estímulo.

El representante de la iglesia en el Táchira exhortó a revisar lo que significa el diálogo. «No es un ejercicio de retórica o una posibilidad de acuerdos y connivencias… es mucho más que eso. El magisterio pontificio reciente nos da unas pistas para entender lo que significa el diálogo y las condiciones que se requieren para asumirlo, realizarlo y hacerlo fructificar».

“El diálogo no es orgulloso, no es hiriente, no es ofensivo. Su autoridad es intrínseca por la verdad que expone, por la caridad que difunde, por el ejemplo que propone; no es un mandato ni una imposición. Es pacífico, evita los modos violentos, es paciente, es generoso”.

– Otros protagonistas –

En Venezuela es necesario tomar en cuenta a la gente a la hora del diálogo. No se pueden sentar representantes del gobierno y de la oposición a discutir sobre unos temas determinados de propio interés. En el fondo, lo que se está discutiendo en ellos es el “poder”, destacó monseñor.

“Cada uno manifiesta su ansia de poder: unos porque no lo quieren perder, otros porque lo quieren tener…y se olvidan de muchas cosas. Ciertamente que los temas propuestos son importantes (el referéndum, los presos políticos, la agenda electoral, etc.…); mas no han aparecido los problemas urgentes que la gente quiere que se les resuelva: el gobierno no acepta que haya crisis social y humanitaria, no aparecen propuestas que apunten a atender los clamores de la gente, como el hambre y la indefensión en muchos campos. Da la impresión de que a quienes se han sentado (y los que no), en el fondo no les interesa sino sus propios puntos de discusión”.

Agregó que la dirigencia vuelve a estar en la acera de enfrente, sin detenerse a escuchar y hacer suyos los clamores de la gente: desde la falta de insumos alimentarios y medicinales hasta el alto costo de la vida, desde la inseguridad hasta el desabastecimiento, desde la desilusión hasta la frustración. El diálogo no debe ser sólo para atender situaciones de tipo político (importantes y urgentes para resolver), sino para poder abrir puertas a la reconciliación, al protagonismo del verdadero sujeto social, como lo es el pueblo.

El gobierno y el oficialismo deben atender los clamores de la gente; la oposición, de igual modo y ambos factores políticos deben buscar en el consenso las soluciones reales para salir adelante, señaló.

“No es el ansia de poder, en sus diversas expresiones, lo que ha de predominar. ¡Qué bueno sería incorporar representantes de las bases sociales, en sus variadas manifestaciones, para escucharlos! Y, que de parte y parte haya el compromiso de erradicar la violencia, tanto verbal como física”.

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