Venezuela

Consuelo de Thanksgiving

No sé qué cosa sucede en la prensa. Si la tajada del mundo que me tocó vivir pasa por un periodo de descomposición. Si es que me estoy poniendo viejo y las tristezas del planeta me afectan más. Si simplemente estoy mirando demasiado las noticias y aunque sea periodista olvido que difícilmente una buena noticia llega a tener categoría de relevante.  

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AP Photo/Elizabeth Williams

O todas las anteriores.

Llevo días tratando de encontrar una historia que me circunde y pueda trascenderle a alguien. Miro los ojos de mi hija en la proximidad de Thanksgiving, planeo jugar béisbol con mi hijo, pero no logro proyectar el mundo.

La Venezuela de mis tormentos pasa de un laberinto a otro, mientras lo único que se agranda es la desesperanza. Y la condena a los narcosobrinos en lugar de alegrarme, me entristece, me abochorna: ¿Cómo el país llegó hasta aquí? ¿Cómo la familia presidencial está así de escabrosamente implicada en el negocio del narcotráfico, de una forma tan ramplona, con la complicidad de Casa Militar, las autoridades aeroportuarias y la Cancillería? ¡¡¡Cuánta pestilencia!!!

Mi familia en Caracas lucha día a día con la calamidad. Mientras casi toda una generación habita fuera de las fronteras, con el país partido adentro, los afectos lejos, las raíces perdidas.

En el país que habito el futuro no luce halagüeño. El presidente electo se sigue comportando como candidato: regaña a los dueños de los medios, escoge radicales, sorprende a todos con miembros de su gabinete que no tienen ni idea de la materia escogida, le perdona la vida a Hillary (ese es un tema al que regresará) y tuitea de madrugada, sólo por nombrar lo mínimo.

El antilintelectualismo más extremo  parece haber tomado el poder en Estados Unidos, Y algunos de los inmigrantes que vivimos aquí suponemos saber lo que eso significa.

Así que estos días, invitado por el Día de acción de gracias que celebra la cultura anglo, vuelvo al espíritu de una canción de Bob Dylan, otro escéptico otoñal, quien en su canción Buckets of rain, en la que narra una pena profunda por dares cuenta del mundo en el que vive, concluye con una diminuta pero indispensable esperanza:  Life is bad, life is sad, all you can do is what you must, you do what you do and do it well.

La vida es triste, la vida es malvada, todo lo que puedes hacer es lo que debes, haz lo que haces y hazlo bien.

Gracias por leer.

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