En la parte alta de la zona 4 del barrio José Félix Ribas de Petare, municipio Sucre, del estado Miranda, se ha presentado un deslizamiento de tierra que ha dejado en situación de riesgo varias viviendas y por lo menos cinco familias en calidad de damnificados. Hasta el lugar llegaron las autoridades de Protección Civil y el Cuerpo de Bomberos, quienes recomendaron el desalojo de varios inmuebles.
En la parte alta, las autoridades detectaron algunos casos de riesgo, así como de familias en situación de pobreza extrema. Allí conocimos a Vanesca Serrano, una joven de 27 años, madre de tres niños, desempleada, quien desde hace 10 años vive con sus pequeños en un precario rancho construido de tablas y zinc.
“Llegué a este rancho cuando tenía 17 años, con mi hijo mayor que ahora tiene 10 años. Tengo otro niño de 8 años y una pequeña de dos años. Yo no trabajo, dependo de lo que me pueda ofrecer mi mamá y los padres de mis hijos. Con las lluvias se me vino el cerro encima y destruyo parte de mi casa, me dicen que tengo que desalojar pero no tengo donde mudarme”, dijo Serrano.
Por miedo a las lluvias, Vanesca se mudó a la casa de su mamá, otro rancho que también se está cayendo, en donde un total de 12 niños y 7 adultos deben convivir en situación de hacinamiento. “Aquí viven desde niños recién nacidos hasta jóvenes de 14 años, que ya se acostumbraron a comer dos veces al día cuando se pueda. Les damos desayuno llegadas las 12 del medio día, para que no pidan almuerzo y en la noche le damos de comer cualquier cosa. Hay días que solo le hemos podido dar plátano sancochado, pues no hay más nada que cocinar”.
Señalan que no han recibido ningún tipo de ayuda social por parte del Gobierno y que no encuentran solución a la situación de pobreza extrema en que viven.
Los niños piden comida en las calles
En la parte alta del barrio Primero de Mayo, en la zona del El Cementerio, parroquia Santa Rosalía, del municipio Libertador, también habitan varias familias en situación de pobreza extrema. Los líderes comunitarios, muchos de ellos afectos al Gobierno, señalan estar preocupados por la situación que afecta especialmente a los niños.
“En la parte alta hay padres y representantes que mandan a los niños a la calle, no a pedir dinero, sino a pedir comida. Muchos de estos pequeños no van a la escuela por falta de recursos, sus padres no tienen trabajo fijo y lo que ganan lo deben invertir en comida con precios a dólar liberado ya que en la zona no se ha concretado la entrega de la bolsa de alimentos por parte del Comité Local de Abastecimiento y Producción Clap, aquí también hemos eliminado una de las comidas diarias, casi siempre el desayuno o la cena”, dijo una de las vecinas.
Señalan los vecinos que ya se han cansado que los anoten en listas, que le pidan copia de la cédula de identidad, la partida de nacimiento de los niños y que los inviten a reuniones en donde no se obtienen soluciones “y al llegar a nuestras casas están los chamos, nuestros hijos esperando la comida, que no llega, es injusto lo que nos está pasando a tantas familias de los sectores populares, mientras que el Gobierno gasta una fortuna en eventos como la fiesta de Suena Caracas”, dijo otra de las lideres comunitarias.
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