Venezuela

Carta a los niñitos que colorearon a Chávez

Publicidad

Hace un par de horas recibí una foto de un grupo de niños coloreando la imagen de Chávez. Sentí ira. A este régimen no le importa nada, sino el poder. Y una de las herramientas para eternizarse en el poder es explotar la imagen de Chávez, un tipo que tuvo tan buena suerte que hasta a tiempo se murió. Porque la crisis que él causó le reventó a otro. Tan enfermo estaba que escogió al peor de todos para dejarle el coroto.

Hasta el momento cuando escribo este artículo no he podido dar con los datos de la foto, ni quién la tomó, ni dónde, ni cuándo. La periodista Ingrid Bravo Balabú publicó unas fotos parecidas en 2014, tomadas en un preescolar del 23 de Enero. Pero es irrelevante tener esos datos cuando la verdad que transmite la foto es tan contundente, haya sido en 2014 o ayer.

Yo me pregunto qué hubieran dicho los jerarcas del chavismo si en los tiempos de la República Civil a los niños los hubieran puesto a colorear las caras de Carlos Andrés Pérez, Caldera, Luis Herrera, Lusinchi o Blanca Ibáñez. Todavía estuvieran rasgándose las vestiduras y diciendo que eso pasaba porque no existía la LOPNA. ¿Para qué sirve la LOPNA? Como todas las instituciones chavistas, sólo sirve cuando les es útil para alcanzar sus metas.

Los chavistas están tan fanatizados que no ven más allá de sus narices. Es verdad que del lado de la oposición también hay fanáticos locos, pero quienes metieron la pata en esto fueron los primeros, no los segundos. Pero decirles las cosas nada va a cambiar. Por eso decidí escribirles una carta a los niñitos que fueron abusados en su inocencia:

Queridos niñitos,

Les extrañará recibir esta carta, pero escribirles a quienes los pusieron a ustedes a pintar el retrato de Chávez no tiene caso. Ya ellos tienen las neuronas fundidas, sea por odio, por resentimiento o por dogmatismo y cualquier cosa que yo les diga será llover sobre mojado. En cambio ustedes están a tiempo de ser salvados. Les cuento:

Ustedes los niños tienen un cerebro privilegiado, porque es como una esponja: absorbe todo. A la edad de ustedes se aprende de todo y muchísimo más rápido que a cualquier otra edad. Por eso cuando la gente mala quiere convencer a alguien de algo, lo ideal es que esa persona sea un niño. Eso se llama adoctrinamiento. También ideologización. Pero el término que mejor encaja es lavado de cerebro. Porque cuando a alguien le lavan el cerebro le enseñan a ver las cuestiones no como son en verdad, sino como ellos quieren que sean vistas. Así, los entrenan para que vean cosas aunque vayan en contra de la realidad que se ha vivido. Por ejemplo, hace unos años tuvieron una campaña en la que decían que no había luz porque no había llovido. Eso de que no había llovido fue verdad el primer año. Al año siguiente llovió a chuzos, pero los lavadores de cerebros siguieron con su misma cantaleta y aunque ustedes no lo crean, había gente que a pesar de sufrir los embates de los aguaceros todos los días, juraban que no había caído ni una gota de agua. Peor aún, decían que los gringos habían venido a bombardear las nubes para que aquí no lloviera. ¿Me van entendiendo, verdad?…

Los regímenes totalitarios como éste en el que vivimos, necesitan de un líder que personifique todos los atributos de su razón de ser. En el caso de Venezuela, ese líder fue Hugo Chávez, ése que los mandaron a pintar a ustedes. Él ya había muerto cuando ustedes nacieron, pero necesitan perpetuarlo. Por eso también ven sus ojos (que dan miedo, ¿verdad?) y sus fotos por todas partes. Les van a repetir hasta el cansancio que Chávez era perfecto y el modelo a seguir. Y yo les digo que no lo crean, porque nadie es perfecto. NADIE. Y creer que alguien es perfecto es sentir que uno es menos. Y nadie, mis niños, NADIE ES MENOS QUE NADIE. Y Chávez no fue ningún modelo a seguir. Chávez mató gente para llegar al poder. No lo logró. Chávez mintió para llegar a ser presidente. Pretendió ser una cosa y resultó otra. Dividió al país, destrozó el agro, la industria y el comercio. Creyó erróneamente que los precios del petróleo jamás bajarían, aupó la corrupción como método de manipulación y quebró al país.

Ustedes niños deberían crecer en libertad. Aprender muchas cosas. Estudiar historia. Y cuando estén grandes decidir qué quieren ser, sin manipulaciones ni engaños, sin maniobras ni deformaciones.

Cuando ustedes pinten héroes, pinten a Bolívar que fue el Libertador. Pero no crean que Bolívar fue perfecto: la grandeza de Bolívar radica en que a pesar de sus defectos y enormes errores, tuvo grandísimos aciertos. Pueden pintar también a Páez, Arismendi, Mariño, Piar; Negro Primero… Ellos nos dieron la libertad como nación, pero dejaron esto vuelto leña. Mejor pinten héroes civiles, como Andrés Bello, Simón Rodríguez, Teresa Carreño, Lya y Sofía Imber, Jacinto Convitt , Luis Alberto Machado, Ramón J. Velásquez y otros miles que construyeron lo mejor que tenemos en el país. Aprendan a ser críticos. Entiendan que las verdades no son únicas. No acepten nada como absoluto, sin antes haberlo pasado por los filtros de la razón y el corazón. Y sobre todo, niños, nunca crean en algo que se presente como la panacea. Ese remedio universal lo buscaron los alquimistas y no lo encontraron porque sencillamente, no existe.

Y si alguna otra vez los ponen a pintar el retrato de Chávez, armen un escándalo. Y si los regañan, me escriben a mí que yo los ayudo a armar un zaperoco…

Publicidad
Publicidad