Venezuela

Albergue para osos frontinos de Mérida costó $2 millones y no se construyó

Un proyecto de grandes ambiciones y desmedidas dimensiones que se concibió como un centro para el albergue de osos frontinos, solo arrojó una construcción que quedó a medio camino. Tras dos años de paralización, gracias a un presupuesto de dos millones de dólares que no "alcanzó", los responsables aseguran tener intenciones de terminar el complejo. Mientras tanto, los únicos osos de su género -autóctonos de Suramérica y en peligro de extinción- siguen en el mismo sitio: condenados al olvido en el bosque merideño.

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FOTOGRAFÍA: ARCHIVO | EL ESTÍMULO

El centro permanente de rehabilitación de osos frontinos con fines de liberación en el sector La Mucuy, ubicado en el Parque Nacional Sierra Nevada del estado Mérida, encaja con el manual no-oficial de las construcciones públicas del chavismo: proyectos con grandes expectativas iniciales, sin detalles en los registros de la memoria y cuenta, presupuestos asignados sin garantías y modernas estructuras sin terminar por parte de un contratista, que promete reactivar la construcción en el corto plazo tras años de «falta de presupuesto».

Un conjunto de vigas casi oxidadas por la lluvia y un piso de cemento cubierto de hojas secas se observan en el espeso paraje de la cordillera andina. Son los vestigios de este proyecto que se ha quedado a medio camino. Fotos obtenidas por El Estímulo reflejan el estado de paralización del centro, iniciado a finales del año 2014 y detenido en marzo de 2015, sin saber los motivos reales de la interrupción, según demuestran los documentos obtenidos de la obra.

Construcción osos frontinos

Pese a contar con un presupuesto de 16 millones de bolívares para 2014 -más de 2 millones 500 mil dólares si la cifra se calcula a Bs 6,30, la tasa oficial para mayo de ese año- la construcción está totalmente abandonada.

“Llama la atención la gran insistencia e interés de arrancar con el centro para los osos frontinos para dejarlo después en el aire, además de la utilización de tanta ‘parafernalia’ para lo que realmente se necesitaba. Al parecer solo se quería justificar un presupuesto, porque al salir el ministro de la época, eso no continuó”, expresó el informante en condición de anonimato. 

Al revisar las Memoria y Cuenta del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente de 2005, el proyecto no deja rastros en sus documentos. Ningún otro registro del ente certifica alguna intención de su elaboración.

En mayo de 2014, el entonces ministro de Ambiente, Miguel Rodríguez, encargó a la Compañía Nacional de Reforestación (Conare) la ejecución del “proyecto de creación permanente de rehabilitación de osos frontinos con fines de liberación”. La página web de Conare no muestra ninguna información al respecto por estar «en mantenimiento».

El complejo data del año 2014, cuando dos oseznos hembras fueron decomisados entre 2013 y 2014. Para finales del mes de diciembre de ese mismo año se iniciaron los trabajos de construcción a cargo de Grupo Prisma C.A., una empresa de Mérida, inscrita en el Registro Nacional de Contratistas bajo el RIF J-314622382, que dice estar especializada en la construcción de obras civiles, consultorías ambientales y estudios de impacto ambiental.

En marzo de 2015 la obra fue dejada a un lado, según reflejan informes del Instituto Nacional de Parques (Inparques). En la actualidad parte de la estructura metálica ha sido robada.

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La obra presentaba un 50% de avance para la fecha: los árboles habían sido tallados, la capa vegetal fue removida, los arbustos fueron eliminados y el espacio para los brocales fue excavado; además de la construcción del cercado perimetral y el perfil de la estructura metálica.

Así lo constató un informe de inspección del extinto Ministerio del Poder Popular para Ecosocialismo, Hábitat y Vivienda con fecha de 23 de febrero de 2015. Para la verificación del avance de las construcciones en La Mucuy, el responsable de la obra por parte del Grupo Prisma C.A., Hugo Pérez, no hizo acto de presencia en el lugar.

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El Estímulo contactó a Hugo Pérez. En conversación telefónica, afirmó que, a pesar de la paralización de la obra por “problemas de presupuesto y dificultades en los trámites de contrataciones y ejecución”, los encargados –Ministerio y Grupo Prisma- no han abandonado la intención de culminar la construcción del complejo para osos frontinos.

“Hemos tenido reuniones con el Ministerio para buscar la manera de terminarlo, puesto que le seguimos dando la misma importancia al proyecto. Se están buscando alianzas porque los recursos iniciales quedaron cortos”, dijo Pérez. Asimismo, el ingeniero aseguró desconocer muchos aspectos del proyecto.

Por su parte, Alfredo Maggionari, director regional del Ministerio de Ecosocialismo y Aguas de Mérida, comentó no estar autorizado para hablar del caso. «Para poder responderte sobre información del centro tengo que pedir autorización al departamento de comunicaciones del Ministerio en Caracas para que ellos me den las instrucciones. Si no, acercarse directamente al ente», afirmó tajante el director al otro lado del teléfono.

El centro para albergue y rehabilitación de osos frontinos es ambicioso: tiene proporciones gigantescas para el tamaño y las necesidades reales para proteger a mamíferos, aseguraron fuentes especializadas en la conservación de animales. No solo fue encargada la creación del complejo de  recuperación, sino la elaboración de un centro de visitantes sobre la antigua Escuela de Capacitación Forestal, adscrita a la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Los Andes.

La infraestructura estaba pensada para tener profesionales biólogos y médicos veterinarios. Además de alimentos para osos, muebles, objetos de oficina, electrodomésticos, utensilios de cocina, productos químicos, equipos científicos, radios portátiles y collares GPS. Todo con la necesidad de dotar y equipar un centro que permitiera la implementación de un programa divulgativo, educativo y ambiental para sensibilizar sobre la importancia de conservación de la especie. Los planes quedaron en tentativas: no existen rastros físicos en el lugar.

Mientras los encargados aseguran seguir con los intentos de crear el complejo para los animales y buscando soluciones, poco se hizo con el verdadero objetivo del complejo: un espacio para que los osos frontinos contaran con las condiciones necesarias para su albergue y cuidado. Nada prosperó.

Un proyecto olvidado para un oso amenazado

Los osos frontinos son una especie en peligro de extinción, según el Libro rojo de la fauna venezolana. Su precaria condición parte del crecimiento agrícola y a la avaricia del hombre, que los capturan ilegalmente para comercializar sus pieles o utilizar su carne como alimento.

La idea de crear un reservorio para estos mamíferos tomó impulso ante la falta de institutos especializados en Venezuela. Un informe del Instituto Nacional de Parques (Inparques) precisa que unos 26 osos han sido decomisados y enviados a parques zoológicos sin las condiciones físicas para su debido mantenimiento.

Entre 2013 y 2014,  fueron decomisados dos oseznos hembras, una en la Sierra de La Culata, en la localidad de Tucaní, y otra en El Chorotal del municipio Andrés Bello.  Ambos especímenes fueron trasladados al Parque Zoológico Chorros de Milla, hacinados en una jaula en cuarentena y bajo condiciones de espacio y manejo poco adecuadas

Habilitar un terreno que cumpliera con las circunstancias apropiadas para el albergue y manejo de los osos frontinos que no pudiesen ser liberados de forma inmediata se hizo ineludible. Así fue como la ONG Biocontacto se interesó en la invención de un espacio para rehabilitar a los mamíferos, pero el ministro Rodríguez se entusiasmó tanto con la idea que la convirtió en un complejo monumental que no llegó a nada, según relataron las fuentes.

La moda -irresponsable- ambientalista

Expertos ambientalistas vinculados al proyecto comentan que los programas de conservación “son chéveres para decirlos en campaña, pero realmente pocos saben con qué se come eso. El aspecto ambiental no ha sido un punto fuerte de los gobiernos porque no le da votos a nadie”.

También, se preguntan si los encargados en ofrecer una alternativa para la situación de peligro de extinción de los osos frontinos van a esperar a que solo queden cinco especímenes en el país para actuar y hacer algo que valga la pena por su conservación.

Después de casi cuatro años de que los dos oseznos hembras fueran encontrados, los animales siguen resguardados en el Parque Zoológico Chorros de Milla, sin el espacio y las condiciones suficientes para garantizar su rehabilitación y su liberación en el hábitat natural.

Una nueva cría de oso frontino fue encontrada a principios de 2017 en Cunaguá, capital del municipio Arzobispo Chacón, dentro de la cordillera andina del estado Mérida. El animal tuvo el mismo rumbo que sus predecesores: encierro descuidado en Chorros de Milla. El destino de los animales en peligro de extinción parece ser incierto, mientras no cuenten con un lugar apropiado para su existencia.

Abandonados y en medio de un proyecto que se pierde en la espesura del bosque, los osos frontinos parecen estar condenados al olvido. Irónicamente, el único lugar donde estarían a salvo es en el reverso del billete de Bs 10 mil del nuevo cono monetario. La disminución del valor del animal, al igual que pasa con la moneda del país, se hace inevitable.

Construcción osos frontinos

Construcción osos frontinos

Construcción osos frontinos

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