Venezuela

Tachirenses marchan en silencio y lloran a los muertos

Hasta la sede del Palacio Episcopal de San Cristóbal, marcharon este sábado la sociedad civil del Táchira, partidos políticos y movimiento estudiantil, para pedir la intermediación de la iglesia católica en relación a la violencia que ha sacudido a Venezuela y que han cobrado la vida de una joven tachirense, entre una veintena de fallecidos.

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Desde el obelisco de los italianos, ubicado en la parte alta de San Cristóbal, partieron portando vestimenta blanca y negra, en completo silencio, centeneras de personas que en completo luto respondían a la oración del Santo Rosario que era recitado desde una móvil con altoparlante.

El recorrido fue de tres kilómetros, a lo largo de los cuales la oración y el silencio fueron los protagonistas hasta la llegada a la sede episcopal, en donde el obispo emérito de Mérida, Luís Márquez, ofició el servicio religioso acompañado del sacerdote Edgar Sánchez.

En representación de Monseñor Mario Moronta, leyeron un mensaje enviado por el Obispo de San Cristóbal que cumplía obligaciones ineludibles en el interior del estado.

“Son lamentables los hechos que en los últimos días han sucedido en el Táchira. Las protestas pacíficas son un derecho establecido en la Constitución y no pueden reprimirse», leyeron.

«Necesitamos del concurso de todos para sacar al país adelante, luchar contra la corrupción que se ha apoderado de la nación que necesita una inyección de moral, ética, trabajo, respeto y valores”, dijo monseñor Márquez.

Sobre la actividad de los grupos civiles armados, llamados paramilitares o colectivos, el prelado católico, señaló: “el único que puede controlarlos es el Gobierno. Nosotros no podemos. Hitler y Mussolini tenían esos grupos para reprimir”.

Por su parte, voceros de la oposición tachirense pidieron a los representantes de la Iglesia católica, intervenir ante la crisis que se vive en la región.

“Pedimos la intercesión a ustedes, a la iglesia católica como nuestros guías espirituales, los tachirenses somos hombres y mujeres de paz y no podemos continuar viviendo en la zozobra que los colectivos han generados en las calles de nuestra población. Armados, han sometido a la población”, señaló Sergio Vergara, diputado a la Asamblea Nacional.

Los representantes católicos respondieron a la exigencia de la sociedad civil con un enfático comunicado, dejado por Mario Moronta en el cual exige a las autoridades nacionales que atienda los clamores de la gente:

“Negar que hay hambre y que muchos tienen necesidad de medicinas y atención a su salud es estar cegados ante una realidad que golpea a muchos”.

El comunicado señala que es precisó que el “Gobierno respete las instancias establecidas en la Constitución y se abran las puertas para un encuentro y diálogo auténtico, no condicionado; a elecciones y a respetar los derechos humanos de todos: de quienes están detenidos por motivos políticos, de quienes manifiestan y de quienes se encuentran desamparados e indefensos”.

Autorizar a la Iglesia para abrir canales humanitarios y así poder conseguir los medicamentos que necesitan los venezolanos fue una de las principales peticiones que elevará la iglesia al Gobierno Nacional.

Los manifestantes a las puertas de la sede episcopal tachirense aplaudieron la iniciativa de la iglesia católica y confiados aseguraron que serán esta institución la que medie ante el Gobierno, para que se garantice el derecho a la vida, a la protesta, a la información y a expresar de viva voz las opiniones ciudadanas.

Al cerrar la intervención el obispo de Mérida, envió un claro mensaje al Gobernador del Táchira, José Gregorio Vielma Mora, “Gobernador, recuerde cuando le enseñamos el catecismo en la Azulita, estado Mérida, allá le impartimos los 10 mandamientos de la Ley de Dios, entre ellos: Amar al prójimo como a uno mismo”.

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