Venezuela

Gabriela Ramírez: el pueblo debe pisar la calle y expresar su desacuerdo

Condenó las actuaciones de ambos bandos (Guardia Nacional y manifestantes opositores) en las protestas, así como las muertes de los jóvenes en los actos violentos que han ocurrido en dichos eventos

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Foto: Archivo

La ex Defensora del Pueblo y ahora exasesora del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Gabriela Ramírez, dijo este jueves que su mayor descontento con el Gobierno fue la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) «de una forma regresiva en materia de derechos humanos».
Explicó que este proceso debió pasar por tres etapas: una consulta previa al pueblo sobre las condiciones bajo las que se realizaría la Asamblea, un debate con la incorporación de amplios sectores del país y el sometimiento de los resultados de este debate a un referendo popular.
«Vamos a sustituir una Carta que tiene un plisol de miradas de todo el país por un punto de vista» en un país que además, está en una situación muy delicada, dijo Ramírez en una entrevista para Circuito Éxitos.
Cuando la situación de calle y el mar popular desborda lo Jurídico, lo sensato y humano es regresar a lo principal: la legitimidad. «Vamos a escuchar los distintos puntos de vista a través de una consulta ampliada que le dé la tranquilidad a la gente de decir que cada voto equivale a una persona».
La ex Defensora afirmó que cuando se convocó a la ANC ella se alegró, pero se retiró cuando se hizo saber que esta Asamblea se llevaría a cabo sin el pueblo. «Vamos a una ANC pero sin pueblo, lo que a mi criterio la despoja del carácter constituyente, porque constituyente es sinónimo de consulta plena y soberanía popular».
Para Ramírez, esta convocatoria representa una «decisión con naturaleza pragmática, un avance abrupto y que se está haciendo en un escenario sumamente sensible, cosa que podría generar una mayor brecha y mayores niveles de descontento. El clima de calle es porque la gente está entendiendo muy bien qué está pasando al  nivel de decisiones jurídicas, y no las están aceptando».

Asimismo, ratificó que de las dos categorías de elecciones, regional y sectorial, la segunda es discriminatoria «porque puedes meter 100 sectores, pero te quedan 300 por fuera».
Con respecto a la actitud que el pueblo debe tomar ante la convocatoria, dijo que «tiene que pisar la calle en paz. Eso es vital, expresar su desacuerdo y decisiones de manera respetuosa, y elevar la voz como lo estoy haciendo yo. No pierdo la fe y la esperanza de que se pueda desmantelar esta decisión abrupta y apresurada».

También cree que se deben «desmantelar las condiciones materiales (actos violentos dentro de las manifestaciones) que están en la calle para proponer una consulta. Lo primero que se necesita para eso es que todos estén convencidos de ir a ello y tener las calles en paz«.
Ve como algo fundamental la autoevaluación de la sociedad: «¿Somos una sociedad madura como para decir que podemos invocar el artículo 350 en paz, organizadamente y con las ideas claras de qué es lo que estamos reclamando? Eso es una idea que se tiene que tener muy clara».
En este caso, dijo, el objetivo «es la negación de beber de la soberanía popular, tal como está transversalizado en la Constitución. Este tema de la soberanía popular no está contenido en un artículo de la Constitución».
Contemplando la implementación total de la Constituyente, Ramírez afirmó que «tendríamos en Venezuela una de las preocupaciones que yo expreso: el desmantelamiento progresivo del gobierno. La Constitución es un instrumento para controlar el poder, porque es el catálogo de derecho de la ciudadanía. Debe concebirse como un freno al poder«.
Sin embargo, afirmó que «no quisiera imaginarme ese escenario. Quiero imaginar un escenario de paz», ya que la Constituyente, como se está llevando a cabo, es «tremendamente riesgosa para la paz».
Condenó las actuaciones de ambos bandos (Guardia Nacional y manifestantes opositores) en las protestas, así como las muertes de los jóvenes en los actos violentos que han ocurrido en dichos eventos. También denunció tanto los elementos incendiarios de los manifestantes como el uso indebido de las armas de control de manifestaciones por parte dela Guardia, cosa que afirma debe ser investigada para que cualquier funcionario que incurra en esas acciones, se atenga a la ley.
Sobre el papel de su antiguo cargo, expresó que «un Defensor no la tiene fácil, porque tiene que ser muy contundente y preciso. Qué bueno que (Tarek William Saab) haya hecho los pronunciamientos para que los cuerpos de seguridad modifiquen sus actuaciones. También tiene la misión de llamar a los ministro de Justicia y de Defensa par exhortarlos a que extremen sus esfuerzos para contener ese tipo de actuaciones».

Concluyó refiriéndose a la actitud de los ciudadanos ante la convocatoria de la Constituyente: «Pienso que se multiplicarán las voces» para defender la Constitución, «un libro perfectible al que se le pueden agregar muchas cosas y que puede ser más completo con un debate de todos los sectores del país».]]>

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