Venezuela

Trancazo vs tránsito: el dilema opositor en las calles de Caracas

El segundo trancazo cronometrado que impulsa la oposición en las calles y las avenidas de Caracas de este lunes volvió a poner en el tapete el costo y el significado de cerrar las vías como una forma de presionar la salida de Nicolás Maduro del poder.

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FOTOGRAFÍAS: GUSTAVO VERA | EL ESTÍMULO

-¿Por qué no me dejan pasar?
-Porque no, porque estamos en una lucha por el país.
-Pero necesito buscar a mi hijo.
-Este es el costo que todos pagamos, señor. Es por el futuro del país.
La conversación entre una joven que bloqueaba la calle y un conductor de un vehículo 60 años -ambos abiertamente opositores- duró menos de tres minutos pero reflejó la polémica que ronda en torno «a los trancazos» que impulsa la oposición con el cierre de calles y avenidas.
La oposición cerró por cuatro horas las vías de Venezuela como parte de su protesta pacífica en contra de la Asamblea Nacional Constituyente que lleva 87 días marcadas por la violencia y la represión.
El cierre de vías ha causado mucha polémica, en especial, entre algunos opositores que sienten este tipo de manifestación coartan sus derechos sobre libre circulación y manifestación pacífica en las calles.
La discusión transcurrió con intensidad pero terminó sin violencia. La joven argumentó por qué trancaba la calle, la segunda avenida de Santa Eduvigis, con escombros. Explicó la «hora crucial» por la que atraviesa Venezuela y que el costo de bloquear por unas cuatro horas la vía es muchísimo menos por que se pagará si Maduro lograr concretar la Asamblea Nacional Constituyente.
26170502 Trancazo Gustavo Vera

El señor de 60 años, se resignó a apagar su carro y estacionarlo al lado de una vía. La tranca se nutrió con otros jóvenes y señores que apoyaba a la chica, que portaba una pancarta y un gorro con el tricolor venezolano. Pasados los cinco minutos, el conductor prendió el carro y tomó otro rumbo.
Pero la polémica no se redujo a esa esquina. Periodistas de El Estímulo constataron cómo el «trancazo» en zonas del este de Caracas refleja fricciones entre los manifestantes y los costos que enfrenta la disidencia a Maduro en las calles.
En otros puntos de la ciudad la solución no fue pacífica. En la redoma del SportCenter de Los Naranjos, también en el este de Caracas, una persona atropelló a un vecino que se encontraba protestando, informó el alcalde del Hatillo David Smolansky.
«El sujeto iba en un corolla gris. Se intentó dar a la fuga y fue interceptado por la Policía de Hatillo. Está detenido. El vecino atropellado fue atendido al momento por Hatillo Salud y PC-Hatillo. Está estable», agregó Smolansky.
«El problema es que vivimos dos Venezuela. Unos lo que se encuentran en las calles y lo otros, que reclaman y critican, pero no salen de sus casas», explicó Andrés González, un activista del partido Voluntad Popular en el municipio caraqueño Sucre.
Sucre junto a otros manifestantes trancaban la primera avenida de Santa Eduvigis, a metros donde la chica el conductor mantuvieron la agria discusión. Calificó de exitoso el «trancazo» y reconoció que esta forma de manifestación no está exenta de polémica.
«Hay algunos que nos reclaman por qué destrozamos nuestras propias calles. Por qué nos encerramos en nuestra comunidad y no nos vamos (al presidencial palacio de) Miraflores. Lo que le decimos que nuestra lucha es de largo aliento. Es una resistencia que tardará días. Todo es cuestión de estrategia».
Sucre junto a otros vecinos tenían cercada la calle con mecates y escombros nutridos palos, bolsas de cemento y de basura. Dos efectivos  uniformados de Protección Civil se llegan a la barricadas y hablan por unos segundos. Los dejan pasar porque escoltan a un carro dorado que traslada a una mujer embarazada.
-«¡Déjala pasar!, la señora está embarazada. A ella sí».
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Pero el civismo demostrado en esta esquina no se evidenció en sectores como Colinas de Bello Monte. A Jorge Linares, un médico cirujano, le lanzaron piedras en su carro a pesar que intentó convencer a un grupo de jóvenes y señoras que debía pasar para ir a su sitio de trabajo: una clínica famosa por atender -precisamente- a a jóvenes heridos por la represión en el municipio caraqueño de Chacao.
«¿Con intolerancia se pretende sacar a un gobierno intolerante? ¿Nos piden sacrificios y nos pagan con violencia? ¿Esta es la respuesta de una lucha democrática?», se preguntó molesto.]]>

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