Venezuela

¿Tiene Leopoldo López un doble?

De aquel video en el que parecía un concursante de American Ninja Warrior a "el flaquito" que molestó a los hermanos Rodríguez, Jorge y Delcy, la imagen de Leopoldo López ha dado para todo tipo de teorías conspirativas que han sido tratadas en el cine, la literatura, la fotografía y, claro está, en la ciencia. 

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Moon Over Parador fue traducida para el mercado hispanoamericano con un título providencial para este trabajo: Presidente Por Accidente. Jack Noah (Richard Dreyfuss) es un actor sin mucha suerte que, por el azar, consigue el papel de su vida: suplantar a un dictador fallecido. La maniobra es concebida por la mano derecha del tirano, Roberto Strausmann (Raul Julia), para aplacar las protestas de un país subdesarrollado llamado Parador. El lector seguramente ya hizo la asociación entre «mano derecha» y Venezuela.
La comedia de 1988 que dirigió Paul Mazursky formó parte de nuestro crecimiento como televidentes de RCTV y Venevisión, pero obviamente no es la única que trabaja el tema. Aunque es muy inferior, bebe de un clásico del cine: El Gran Dictador. En la cinta de Charles Chaplin, un humilde barbero es llevado a juicio porque lo confunden con Hynkel (parodia de Hitler), el déspota de Tomania (remedo de Alemania). El equívoco desembocará en uno de los discursos más hermosos en la historia del celuloide: “¡Mira, Hannah! Las nubes se desvanecen. El sol se abre camino. Salimos de las tinieblas a la luz. Salimos a un mundo nuevo, donde los hombres se alzarán sobre sus apetitos, sus odios y su brutalidad. ¡Mira, Hannah! El alma del hombre tiene alas y por fin comienza a volar. Vuela en el arco iris hacia la luz de la esperanza, hacia el futuro glorioso que te pertenece a ti, a mí, a todos nosotros”.
El cine sobre «dobles» tiene subdivisones. Por un lado tenemos el asociado al concepto de doppelganger, término alemán acuñado por al escritor Jean Paul, y que refiere al fenómeno de la bilocación o, en términos literarios, al «gemelo malvado».

Las migajas que unen a esta figura de la mitología, la literatura griega, el arte egipcio, el romanticismo, existencialismo y la postmodernidad son numerosas: desde un dios que toma la apariencia humana para cumplir un objetivo (yacer con un hombre o mujer, por ejemplo) hasta el desdoblamiento interno, externo o metafórico. La Comedia de las Equivocaciones, El Hombre Lobo, Dr. Jekyll and Hyde, Frankestein, La Metamorfosis o El Hombre Duplicado, para hablar de una obra de este milenio, son ejemplos de esta corriente.
Existe otra vertiente, que nos ubica en la línea de la usurpación de identidad, una posibilidad explorada en el caso de Leopoldo López.
Como si se tratara del criminólogo de CSI, Gil Grissom, en las redes sociales aparecieron miles de explicaciones y teorías sobre la imagen de un López corpulento y desenfocado, que afirmaba estar en buen estado de salud luego de que el periodista Leopoldo Castillo aseguró que el dirigente de Voluntad Popular, y esposo de Lilian Tintori, había fallecido.

¿Era un doble el que estábamos viendo? Para la primera película de Capitán América, se necesitaba mostrar al musculoso Chris Evans como un debilucho capitán Rogers. Convertir 1.80 metros y la masa muscular del protagonista en 1.60 metros y 40 kilos de peso fue un proceso muy complejo. El director de la película, Joe Johnston, intentó usar el cuerpo de otro actor y sobreponer la cabeza de Evans, técnica utilizada en la película El Extraño Caso de Benjamin Button, pero el resultado no fue satisfactorio, así que tuvo que echar mano de la tecnología digital para disminuir el mentón, los brazos, el pecho y espalda del actor. Eso gracias a un presupuesto de 140 millones de dólares.

Ahora bien, si es tan complicado manipular la imagen sin la inversión de una gran tecnología, ¿es posible que existan personas físicamente muy parecidas? El biólogo Michael Shehann, de la universidad de Cornell, ubicada en Nueva York, dice que sí: «Hay genes involucrados en el tamaño y la forma del rostro, otros en el color de los ojos, otros para el pelo… Y el hecho de que haya muchos más genes que determinen cómo será nuestra apariencia facial que los que influyen, por ejemplo, en cómo será la mano o las piernas, es una prueba de que nuestra especie tiende a la diversidad. Aunque sean muchos, esa cantidad de genes involucrados en nuestra apariencia física es limitada. Eso quiere decir que aunque haya muchísimas combinaciones posibles, al final conforme aumenta la población se llega al punto en que alguna acaba repitiéndose». 
Para Shehann, sin embargo, estos parecidos responden a un límite geográfico y parentesco. Cuando se trata de dos personas completamente desconocidas, él tiene una explicación científica: «No hay nada misterioso en ello. Son gente que seguramente está unida por un parentesco lejano, aunque ellos no lo sepan».
El fotógrafo francés Francois Brunelle tiene algo qué decir al respecto. El artista, que ha estudiado el rostro humano desde 1968, desarrolla un proyecto llamado Je Ne Seis Pas Un Sosie (Yo No Soy un Doble). Y gracias a él ha encontrado similitudes en personas hasta de diferentes sexo, que no tienen, aparentemente, ningún vínculo.
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Sin embargo, a veces no hace falta ni parecerse para que la audiencia quiera creer en lo que quiera creer. «I want to believe» se repite a través de la serie The X Files.
En el extraordinario documental El Impostor, una familia viaja a España para buscar al niño que había desaparecido en Texas y ahora es un adolescente. Lo extraño de la situación es que el muchacho (moreno) no guarda parecido con el pequeño (rubio) y además pronuncia el inglés con acento. Esto parece no importarle a sus allegados, que dan por un hecho que se trata del desaparecido.

La norteamericana Patricia Highsmith publicó en 1955 una obra que sería el origen de dos películas maravillosas. La primera es francesa y se llamó A Pleno Sol, con Alain Delon como el maquiavélico Tom Ripley. La segunda, El Talento de Mr. Ripley, es norteamericana y Matt Damon releva al francés casi 40 años después. Ambas parten de la misma premisa: un hombre con problemas económicos prueba el estilo de vida de otro y lo suplanta para disfrutar de la buena vida.

¿Cuáles son las pósibilidades de que algo así suceda en la vida real? Nos referimos al hecho de convertirse en la otra persona. Pues, aunque usted no lo crea, muy altas.
Fréderic Bourdin es un francés que asegura haber suplantado 500 identidades, entre ellas las de varios adolescentes cuando ya estaba cerca de cumplir los 30 años. Su biografía autorizada se llama Le Camaleón y su historia fue llevada al cine en 2010 por Jean-Paul Salomé.

¿Podría entonces alguien hacerse pasar por Leopoldo López? Responderemos con la mejor frase de X-Files: «The Trouth is out there».]]>

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