Venezuela

"Por pensar diferente estoy en un país que no es el mío"

Tras sentirse perseguido por cuerpos de seguridad, decepcionado de la dirigencia política de oposición que dejó enfriar la calle a pesar de la lucha que los jóvenes mantenían en ella en contra del régimen de Nicolás Maduro y el ACV sufrido por su madre, angustiada por sus andanzas, Juan cruzó la frontera a Cúcuta, donde desde el 1º de agosto inició una nueva vida, obligado por las circunstancias.

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FOTOGRAFÍA: GUSTAVO VERA

El puente internacional Simón Bolívar que une al estado Táchira con el Norte de Santander (Colombia) no solo se ha convertido en el canal de salida de miles de venezolanos que van en busca de un mejor futuro en tierras extranjeras. Luego del 30 de julio, cuando se votó por la Asamblea Nacional Constituyente chavista, pasó a ser el canal de huida de la disidencia declarada objetivo político de los órganos de seguridad del Estado y Cúcuta un refugio para líderes de la resistencia.
Tímido y con una sonrisa que aparenta cierta inocencia apareció Juan (nombre ficticio por temor a represalias) en una calle de Cúcuta. El encuentro con el equipo de prensa de El Estímulo, removió sentimientos: “¡Eres venezolana como yo!”, seguido de un abrazo fuerte y las primeras lágrimas.
“Vendo quesillos aquí en Cúcuta, tengo que ganarme algunos pesos para comprar mis cosas, ¿sabes?, son muy buenos”, dice Juan.
“Por pensar diferente estoy en un país que no es el mío. Así respondió el joven merideño de 21 años y estudiante del quinto semestre de ingeniería civil en la Universidad de Los Andes (ULA) que buscó refugio en la ciudad colombiana de Cúcuta luego de declararse perseguido por el gobierno de Nicolás Maduro.
Juan dice que los colombianos lo han tratado bien, pero extraña estar en Venezuela, luchando y dando la cara en la calle por el país.
Nunca pensó que a tan corta edad pasaría a la clandestinidad, ni tampoco le pasó por su mente irse del país a pesar que la situación económica no le deparaba ningún futuro sólido.
“Estoy aquí en Colombia por mi mamá. Yo no quise seguirla torturando con mi lucha en la calle, ella se la pasaba en una sola zozobra mientras yo luchaba en la calle y su temor era que yo no volviera, como les pasó a varios de mis compañeros que están presos o les arrebataron la vida”, rompe en llanto y respira profundo para retomar la entrevista.
La persecución por parte de los organismos de seguridad del Estado cada día se hacía más fuerte, narra Juan.
“Me perseguía el Comando Antiextorsión y Secuestro (Conas), el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y lo más loco de todo era que me perseguían por ser un venezolano que quería un cambio en el país. Porque no soy terrorista ni delincuente y jamás he cometido un delito en mi vida, ni tampoco pienso hacerlo porque mi familia me enseñó a ir por el camino del bien”.
La protesta de calle era la única causa del seguimiento aplicado al joven estudiante por los órganos de seguridad.
Al principio salía “por jodedera” y a encontrarse con sus amigos, pero a medida que pasaban los días la protesta fue tomando forma y Juan asumiendo un papel más responsable en su actuación.
“Cuando empecé a ver que en la calle no solo estaba mi grupo de amigos y vecinos, sino la comunidad en general repudiando al gobierno empezó todo a tomar mayor sentido. A los organismos de seguridad no les gusta ver comunidades en la calle protestando, entonces empieza la persecución y van por la cabeza de quienes motivan a estas personas a salir porque así creen que desmovilizan la protesta, al dejar solas a las comunidades sin sus líderes. Por eso me persiguen porque era yo quien estaba ahí por ver la libertad de Venezuela”.
– Llegada a Cúcuta –
Contó que el Sebin llegó a su urbanización y empezó a disparar y no precisamente perdigones, sino balas. “Parecía una guerra, los tiros pasaban a mi lado y de verdad que fue una sensación horrible, pensé que iba a morir… yo salí corriendo y me escondí. Cuando pensé que todo estaba calmado, en la noche tuvimos la misma represión pero ya estaba en casa y mi mamá empezó a sufrir un ataque de nervios, le dio un ACV y ella fue quien me propuso venirme a Colombia”.
Aunque siempre estuvo renuente a salir del país porque está convencido que la lucha se hace en las calles de Venezuela, no tuvo otra opción que irse a Cúcuta.
“Pensar en la familia, en mi mamá, la abuela y los amigos es lo más duro de salir… y tienes que hacerlo solo porque alguien no quiere entregar el poder”.
Nada físico pudo sacar de su casa, salió con la ropa que llevaba puesta y un pequeño morral con útiles personales y en el corazón los mejores recuerdos, reveló Juan, en medio de un llanto sin poder contener… un llanto sonoro y desconsolado.
“Mis implementos de lucha siempre los quise traer: mi máscara, el casco, los guantes porque eso para mí significa tanto como el afecto por una persona porque con ellos le podía haber dado la libertad a mi país”.
Reveló que a pesar de la batalla librada cada día en las calles como resistencia, sabía que sin el apoyo de la Mesa de la Unidad Democrática y sin el Ejército, poco podían lograr.
La resistencia solo representaba la presión y si los que tienen la fuerza y representaban complemento no hacían nada, se aprobaría la Constituyente y pasaría todo lo que está pasando ahora. Eso lo tenía claro en la mente Juan y los compañeros de lucha. Siempre lo conversaban y asegura que ellos hicieron su parte.
Cuestionó la actuación de la Mesa de la Unidad Democrática durante las protestas y el día en que se desarrollaron las elecciones de la ANC. “¿Por qué la MUD no trancó cada centro de votación en Caracas (El Poliedro)? Me siento defraudado por la MUD. En la única dirigente en la que creo en este momento es en María Corina Machado, si ella me manda a salir a la calle, yo regreso y lo hago porque tiene bases e ideales muy bien claros”.
El joven, que dejó Venezuela el 1º de agosto después de más de tres meses de lucha de calle en el estado Mérida, no está de acuerdo con ir a una elección regional y choca con la dirigencia opositora.
“Deslegitimaron al Consejo Nacional Electoral (CNE) con los resultados de la ANC, con las elecciones de Henrique Capriles también lo hicieron y ahora lo legitiman en unas regionales”, eso no se entiende precisó el líder de la resistencia.
No consideró viable una intervención extranjera para resolver los problemas del país pues considera que “es un peo que los venezolanos debemos resolver”.
Criticó la indiferencia de un pueblo que “mientras uno está lanzando piedras y luchando en una esquina, en la otra hay dos señores tomando cerveza…eso nos hace daño, eso es indiferencia y un pueblo indiferente no saca presidente”.
La única manera que consideró viable para salir de la actual crisis que atraviesa el país es retomar las calles, la lucha, la resistencia civil con mayor contundencia, dijo.]]>

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