El abogado y político español, Adolfo Suárez Illana, hijo del arquitecto de la transición en la política española, considera que la salida a la crisis por la que atraviesa Venezuela debe hacerse por los caminos democráticos, aunque detalló que es "muy difícil mantener el proceso de diálogo por una de las partes" y recalcó que es necesario denunciar las fallas en la negociación.
El gobierno y la oposición venezolana se reúnen este viernes en República Dominicana con el fin de conversar para acordar puntos que les permita encontrar una salida a la situación actual del país, hecho que ha provocado divisiones en el seno de la Mesa de la Unidad. Sin embargo, la presencia del jurista español Adolfo Suárez Illana en Caracas, logró reunir el miércoles a los líderes de esta coalición, que empezaron a distanciarse tras la derrota del pasado 15 de octubre.
Suárez Illana, quien vivió en Venezuela entre al año 1993 y 1996, fue el invitado de honor del evento «La transición política española: consensos para el desarrollo”, organizado por la Embajada de España en Venezuela y Fedecámaras. Allí expuso la importancia de una «salida democrática» como única solución para resolver la crisis venezolana.
«Todo lo que sea para devolverle la soberanía a un pueblo, su paz y convivencia, merece la pena explorarlo», dijo.
Para Suárez Illana, aquellos que tienen la mayoría del poder deben apostar por la generosidad en las mesas de negociación, mientras que los actores que se encuentren en desventaja deben proponer ideas «concretas, inmediatas y claras».
“Cuando tienes a un presidente que está comprometido con la democracia, y que le ofrece propuestas claras a la oposición (…) solo así podrá haber un avance”, resaltó.
El abogado y político hizo, además, paralelismos entre lo ocurrido en España, durante la transición democrática en ese país, y el proceso que ha venido ocurriendo en Venezuela en las mesas de diálogo entre gobierno y oposición. Enfatizó que es necesario dejar a un lado las diferencias y que los actores políticos trabajen en pro del país.
«Lo primero es la necesidad de que los liderazgos estén dispuestos a poner fin al conflicto y trabajar por la paz de su pueblo”.
Sin embargo, hizo hincapié en que la nación ibérica se liberaron a los presos políticos antes de iniciar las negociaciones a través de una Ley de Amnistía acatada por todos los sectores, y que permitió cumplir de manera ordenada el decreto, según recordó.
La oposición, desde el parlamento venezolano, propuso una Ley de Amnistía que tenía bases similares a las descritas por Suárez Illiana. Sin embargo, este proyecto fue rechazado ampliamente por el Gobierno al considerar que en la misma no se incluían a todos los sectores, entre ellos a los del denominado «Comité de víctimas de la guarimba y golpe continuado», que agrupa a los familiares de los fallecidos en 2014 durante las protestas que se generaron a partir del 12 de febrero de ese año.
Una advertencia a la oposición
En víspera de los venideros comicios municpales, Suárez Illana manifestó que «la salida» a la crisis actual se puede lograr con los votos, siempre que se den las circunstancias para que las elecciones sean «libres y no sea uno solo quien las controle».
Durante el conversatorio realizado en Caracas, el ibérico hizo un llamado a los dirigentes opositores a dejar un lado las dudas y comprometerse de forma firme a lograr los cambios que se necesita. De igual forma afirmó que, a pesar de que hayan opiniones dispares en el seno de la MUD, las mismas no pueden ser consideradas como «debilidades».
«España aprendió que todos podemos convivir, lo único de lo que un pueblo debe estar profundamente de acuerdo es de sus deseos de vivir en libertad», sentenció.
“No se puede exigir uniformidad. La oposición tiene que ser distinta y variada. Una cosa es que no estén de acuerdo en un punto concreto, pero sí en el objetivo final que se pretende”, dijo. «Tampoco se le debe exigir que estén de acuerdo en todo», apuntó.
Suárez culminó su intervención con una advertencia, pues asegura que dirimir diferencias en entornos mediáticos, como ha pasado con la oposición venezolana, enerva el ambiente.
«Es bueno que piensen distinto, es bueno que planteen estrategias distintas, pero otra cosa es que esas diferencias las utilice alguien para generar caos entre ellos mismos», aseguró.
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