Al menos seis niños han muerto en diciembre en el Hospital Central de San Cristóbal

Pimentel indicó que el último deceso se registró hace menos de una semana y se trató de una niña perteneciente a la etnia Yukpa.

“La niña ingresó con una enfermedad diarreica que se complicó tras presentar un cuadro de desnutrición. Se llamaba Marcelina y era hija de un indígena Yukpa. Por lo menos van entre cinco y seis niños que han muerto en este mes. Ellos mueren por enfermedades asociadas a la desnutrición”, explicó.

Recordó que cuando días atrás se denunció la muerte de niños por desnutrición en ese centro de salud de San Cristóbal, se recibió una visita de una comisión del Ministerio de Salud, quienes acudieron a constatar cada caso. Desde entonces nada ha cambiado en relación a la crisis que se presenta.

“Los llevé a emergencia, evidenciaron lo que había. Conversaron con los pacientes la situación que se presentaba pero todo quedo hasta ahí. Hasta ahora no hemos recibido respuesta alguna. Aquí nada ha llegado y la crisis tiende a agudizarse y angustia porque es uno quien tiene que darle la cara a los familiares de los niños”, destacó.

Al menos cuatro niños de los que se encuentran actualmente recluidos en la emergencia pediátrica, presentan graves signos de desnutrición, precisó la galena.

Sin leche, ni medicamentos

Ante la pregunta de cómo estarían haciendo para alimentar a los recién nacidos y demás niños que se encuentran recluidos en la sala de emergencia, la especialista relató que “hace un momento llegó una de las doctoras del retén. Ella traía una lata de leche que le regalaron en algún sitio. Vino a regalarla para solventar con eso al menos unos 10 a 20 teteros. Así estamos haciendo, cada quien trata de busca en algún lugar el alimento para solventar. Pero los niños están pasando hambre”.

En una sala de espera, un grupo de madres se extraen la leche materna para alimentar a sus hijos, pero no todas pueden hacer el ejercicio por múltiples razones, entre ellas el mal estado de salud.

Además de la ausencia de fórmulas infantiles, leche y demás alimentos, la médico señaló que la falta de medicamentos también es grave y empeora la situación.

“Lo que más me angustia en este momento es que de 14 pacientes que tengo hospitalizados en la emergencia pediátrica. Uno solo de ellos está recibiendo antibióticos porque sus padres los pueden adquirir”, subrayó.

Una ampolla de Ampicilina Sulbactam (un antibiótico bactericida de amplio espectro), es adquirida por los padres de los infantes en el mercado negro a un costo de 700.000 bolívares y esto no es accesible a todos los que lo necesitan por lo que casi el 100% de los pacientes no están recibiendo el tratamiento indicado y “nosotros los médicos estamos aquí cuidándolos porque no hay nada que aplicarles”, precisó.

En medio de la crisis y la desesperación ante la necesidad de medicamentos, la jefe del servicio pediátrico, relató que se dirigió hasta el Centro de Diagnóstico Integral (CDI) que se encuentra cercano al centro asistencial, «porque allá en la otra red hospitalaria se encuentran acumulados los medicamentos (antibióticos), cuando fui el centro de salud estaba cerrado, aún cuando ayer le avisaron a los pacientes que enviamos a buscar la medicina que hoy les administraban el medicamento porque lo tenían allí guardado».

]]>