Así lo explicó el subsecretario de Estado para Latinoamérica y el Caribe, Francisco Palmieri, en una rueda de prensa sobre la primera gira en la región del jefe de la diplomacia estadounidense, Rex Tillerson.
Palmieri afirmó que Estados Unidos ofrece asistencia «técnica y humanitaria» para los «migrantes y refugiados» venezolanos y, agregó, aboga por «mantenerlos cerca de la frontera con Venezuela porque quieren volver a casa cuando la democracia sea restaurada en su país».
Asimismo, subrayó que, aunque Colombia y Brasil son los que están recibiendo más venezolanos, se trata de una «tema regional» porque también están llegando «a Curazao, Aruba, Lima (Perú), Buenos Aires (Argentina) y Santiago (Chile)».
El subsecretario lamentó una vez más que el presidente venezolano Nicoás Maduro no permita la entrada de la ayuda humanitaria que le han ofrecido tanto Estados Unidos como otras naciones de la región.
«Si Maduro nos permitiera que la asistencia de alimentos y servicios médicos llegara al pueblo de Venezuela podríamos tener un impacto directo», sostuvo, aunque subrayó que «Estados Unidos siempre hará su parte».
Miles de venezolanos que intentan entrar a Colombia por el paso fronterizo de Cúcuta protagonizaron hoy momentos de tensión en el puente internacional Simón Bolívar donde comenzaron a funcionar los nuevos controles de acceso anunciados ayer por el presidente, Juan Manuel Santos.
Con la crisis han llegado a Colombia unos 550.000 venezolanos, a los que se suman 37.000 que cada día cruzan la frontera, muchos de los cuales lo hacen en busca de alimentos y medicinas.
Esta situación ha llevado tanto a la ONU como a Estados Unidos a ofrecer su ayuda a Colombia.
En Brasil, el pasado diciembre el gobierno regional de Roraima, un estado amazónico fronterizo con Venezuela, declaró el estado de «emergencia social» para atender la crisis provocada por el elevado número de inmigrantes venezolanos llegados en los últimos meses.
De acuerdo con cifras oficiales, entre enero y septiembre de ese año 12.193 venezolanos solicitaron refugio en Brasil tras haber ingresado al país por la frontera de Roraima.
Ese número de solicitudes es más de cinco veces superior al acumulado en los dos últimos años.