Venezuela

El vacío

En un intercambio reciente con colegas investigadores y analistas en la Universidad Católica Andrés Bello pude dar, finalmente, con la definición que desde hace rato necesitaba para escribir sobre los actores políticos de oposición, en esta hora de debacle nacional. El vacío, sí. Lo que fue una triunfante alianza política a fines de 2015, cuando se hizo con la mayoría de la Asamblea Nacional en elecciones en las que la voluntad popular pudo expresarse con libertad, devino en un vacío.

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CNE

Las causas que llevaron al marasmo que envuelve a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) son tanto exógenas como endógenas. Efectivamente, después de la derrota electoral en las parlamentarias el chavismo no sólo dinamitó al poder legislativo, sino que avivó las diferencias internas de la oposición, generó efectivas matrices comunicacionales para el descrédito y puso en coma el poder legitimo que tiene el voto, como mecanismo para el cambio dentro de una democracia.

El gobierno se encontró con aliados en su tarea de destruir la MUD. Liderazgo egocéntrico que plantea la unidad sólo en torno a las ideas del proponente, capitulación de una vocería unitaria, desmantelamiento del equipo técnico que le dio vida la MUD, “lideres” ausentes en las luchas y dramas que vive la ciudadanía (salvo excepciones) e incluso una generación de jóvenes políticos que terminaron cooptados por las viejas prácticas.

El coctel ha sido efectivo. La MUD perdió el autobús del cambio democrático. La alianza opositora luce inmóvil, ausente, desconectada… el vacío es tal vez la mejor forma de definirla.

Según el diccionario de la real academia española de la lengua define de varias formas la palabra vacío. En primer término, ubica a este adjetivo como “falto de contenido físico o mental”. Más abajo dice: “vano, sin fruto, malogrado”. Seguidamente aporta otra definición: “Ocioso, o sin la ocupación o ejercicio que pudiera o debiera tener”. Un poco más abajo se ofrece una definición para “de vacío” y ésta indica: “Sin haber conseguido lo que se pretendía”.

Tome usted cualquiera de estas definiciones y encajará en el pobre papel que todos, repito que todos, los actores opositores han tenido en los últimos meses.

Los que siempre recuerdan que “yo les dije” pero que finalmente no activan la estrategia que pregonan; los que se sentaron en la mesa de negociación sin esperanza alguna en un momento precioso para las respuestas políticas; los que hablan de unidad, pero son incapaces de sentarse junto al otro para dar una respuesta unitaria en medio de la peor crisis nacional; los que van y vienen según les convenga a sus intereses.

El liderazgo, nuestro liderazgo democrático, no ha estado a la altura de lo que demandaba (y sigue demandando) el momento histórico de Venezuela.

Lo que los marxistas llamaban las condiciones objetivas, en tanto, colocan la situación más que propicia para respuestas políticas unitarias que empujen hacia el cambio. Venezuela está en su peor crisis, los venezolanos de forma absolutamente mayoritaria quieren un cambio (no sólo de presidente, sino un cambio del modelo), la comunidad internacional está alineada en contra del régimen.

Estamos inmersos de esa forma en el peor de los dos mundos. Una situación política y económica que luce insostenible, y que para millones de venezolanos representa problemas concretos que marcan su día a día (falta de comida, escasez o alto costo de medicamentos, carencias en el transporte público, salarios que no alcanzan para nada); y junto a eso un gobierno que ahora sí es responsabilizado interno y externamente por la crisis, y la respuesta de la oposición democrática es el vacío.

No hay respuesta, no hay vocería, no hay una estrategia. Ni siquiera tenemos una imagen, una fotografía al menos, de estos factores opositores sentados en una mesa común discutiendo qué carajo van a hacer. Qué línea de acción nos van a dar a los ciudadanos para catalizar el descontento social. En realidad, tenemos el vacío.

¿Seguimos esperando que la crisis económica haga implosionar al chavismo? ¿Nos abstenemos el 22 de abril sin ninguna movilización ciudadana para demostrarle al mundo que el pueblo sí rechaza al régimen?

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