Venezuela

Madre de víctima en PoliCarabobo: "Mi hijo no aparece y él estaba en el listado de muertos"

“Le voy a decir la verdad: Mi hijo está preso por pendejo, porque a veces los hijos no le hacen caso a las madres, cuando ven esta situación allí dicen mamá ven, tú tenías razón, yo te quiero, te amo, te adoro, pero de verdad nunca hacen caso”, se lamentó Marbelis Unda, sentada debajo de un árbol enfrente de la Comandancia de la Policía de Carabobo en Valencia.

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FOTOGRAFÍA: JUAN CARLOS HERNÁNDEZ | AFP

Ella, como tantos otros familiares, asegura que han vivido tres días de enorme angustia. Se tratan de ayudar, a las afueras del centro policial, aunque antes ni se conocieran. Su hijo preso sobrevivió a la tragedia que mató a 68 personas en las celdas de PoliCarabobo, la peor de la historia carcelaria en Venezuela desde 2011.
El hijo de Marbelis, Marcos Puche, de 22 años de edad, fue detenido en la mañana del 28 de noviembre de 2015, en la zona de Flor Amarillo, Valencia. Un amigo lo pasó buscando para salir y cuando caminaban le dio un teléfono para que lo viera, llegó la policía y resultó que el aparato era robado, según la versión de la madre.
“El otro muchacho corrió y lo dejó con ese problema. Ahora preso por un teléfono, por un hecho que ni cometió y casi pierde la vida”, relata la mujer con expresión de tristeza.

El papá de Puche también aguardaba en la sede policial para tener noticias del mayor de sus cuatro hijos. Tras el fatal incendio, el muchacho quedó herido y fue llevado junto a otros cinco detenidos más para que le realizaran una cura en la Ciudad Hospitalaria Doctor Enrique Tejera de Valencia.
“No lo he visto. Sé que está vivo porque él me mandó a llamar, le pasé ayer (jueves) las cosas y las aceptó, pero lo he llamado allá a la ventana, porque ellos a veces se asoman y nada. Le pregunté ahorita a un policía que si estaba vendado y me dijo que sí. Debe ser que por eso no se asoma para no preocuparnos”, narró Unda.
Pese a que la ley contempla que un detenido no puede pasar más de 48 horas en una celda preventiva, Marcos tiene casi tres años preso en ese tipo de calabozos y la audiencia se la han diferido como 15 veces, “porque el que lo acusa no se presenta”, se quejó la mamá. Agrega que tragedias como la ocurrida en esta Semana Santa se pudieran evitar si se ocuparan del retardo procesal en Venezuela.
“Si el acusante pasa un año sin venir, porque ya no le interesa ese caso, por qué lo van a tener ahí, ¿no deberían darle un beneficio? (…) Tenía que pasar esto y aún no se sabe qué van a hacer con esas criaturas que quedaron allí; sí, a lo mejor podrán ser malos o dañados, pero son seres humanos también”, destaca Unda.
Su hijo no aparece En un pequeño escalón del edificio que está cerca de PoliCarabobo, en la calle Navas Spinola, permanecía sentada Haydeé Ortega Sánchez. Ella es un ama de casa que esperaba saber dónde estaba su hijo, Rafael Antonio Ortega Sánchez. Indicó que la llamaron para avisarle lo del incendio en la policía, el Miércoles Santo. Dejó todo y salió desde su casa en la Fundación CAP, un barrio al sur de Valencia, hacia la sede del comando que está en la línea que divide al centro y norte de la ciudad. “Me han pasado adentro a reconocer cuerpos y cuerpos. Yo he visto los cadáveres que están allí pero el hijo mío no aparece entre ellos y él estaba en el listado de muertos, pero todos los cadáveres que yo he identificado no son de mi hijo. No sé todavía dónde está, tengo la esperanza que esté en los traslados (…) quedan unos allí que no están cedulados y como el mío no tenía cédula, estoy esperando”, dijo Ortega que muestra ya signos de cansancio junto a la tristeza por la incertidumbre.

Su hijo de 25 años, está preso por un robo agravado. En PoliCarabobo tenía tres meses, pero antes estuvo un año en un comando del sur de Valencia. “Ya estoy desesperada, no sé qué hacer. Lo que quiero es saber de él rápido, quiero saber si está vivo, pero para mí, dentro de mí, sé que él está vivo”, dijo con voz entrecortada la mujer que es madre de cinco hijos en total.
“Le doy gracias a Dios que mi hermano pudo salir bien en todo esto”, dijo Adeilys Sánchez, hermana del detenido Averito Díaz, de 21 años, fue por tercer día consecutivo a la Navas Spinola para llevarle la comida y saber si a su hermano, que resultó herido en el incendio y motín del 28 de marzo, será trasladado o no. “No me dejan verlo, les pregunto (a los policías) y no saben nada, no tienen información. Solo me reciben la comida y las cosas que uno le pase como sábanas y eso, pero más nada”, añadió Sánchez que reside en la carretera vieja hacia Tocuyito.

“Muchas gracias le doy a Dios, a cada momento, porque él pudo salir de ese infierno con vida. Le doy gracias a Dios que mi hermano pudo salir bien en todo esto”, dijo. Solidaridad Entre muchos familiares se ha generado una suerte de hermandad, una red de apoyo emocional y práctico. Unos traen agua para compartir, otros avisan que ya van a empezar a recibir las bolsas con comida en la comisaría, intercambian números de teléfono, en fin, se dan la mano en medio del dolor y la preocupación.

Este Viernes Santo continuaban los entierros de los fallecidos en este trágico incidente en PoliCarabobo. En el cementerio municipal prepararon las fosas, una al lado de otra, para darles sepultura a muchos de los 68 muertos.
Mientras que en la Comandancia del organismo policial, faltaban 7 cuerpos por entregar. A unos no los han ido a reclamar sus familiares, otros no han podido ser identificados. Antes del mediodía, una comisión del cuerpo de Bomberos se presentó para iniciar las labores de limpieza del lugar que además sirvió de morgue provisional para las autopsias de los 68 cadáveres.
Se pudo conocer también que en medio de las investigaciones, que se adelantan por este caso, numerosos funcionarios policiales destacados en el comando del incidente, fueron llamados a declarar. Incluso algunos están detenidos en el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas en la urbanización Las Acacias, al norte de Valencia.]]>

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