En 2014, el entonces presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, aprobó la captura y posterior entrega de los jóvenes venezolanos Lorent Saleh y Gabriel Valles a funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin).
Los jóvenes fueron entregados en el estado Tachira y posteriormente privados de libertad en la sede de este cuerpo ubicado en Plaza Venezuela conocido como “La Tumba” por poco más de dos años. Luego fueron trasladados hasta la sede de la Policía Política en El Helicoide, lugar donde aún permanece Saleh.
Su madre, Yamile Saleh, no sólo responsabiliza al expresidente Santos por este hecho sino que lo culpa de lo que califica el “secuestro” de su hijo y posterior entrega a una policía creada para “defender la revolución y no la democracia”, según dijo la abogada Theresly Malave.
La madre del joven recuerda que el Grupo de Detenciones Arbitrarias de la ONU así calificó la detención del activista, debido a que no le dieron oportunidad de comunicarse con abogados y es un caso que señala responsabilidades para ambos Estados, el colombiano y el venezolano.
“Habla una madre que clama por la libertad de su hijo”, dice la señora Yamile entre lágrimas, quien además pide al actual presidente de Colombia, Iván Duque y a la vicepresidenta, Marta Lucia Ramirez, que se pronuncien “como una vez hicieron”, haciendo referencia a las intervenciones de éstos en el Senado del vecino país ese mismo 2014.
“Mi hijo ha sido torturado. Yo no quiero un apoyo por redes sociales sino que actúen”, sostuvo.
52 audiencias diferidas han tenido tanto Lorent como Gabriel Valles, quien salió bajo medidas cautelares el pasado 1 de junio de 2018..
La madre teme por su salud, no tanto por su estado mental sino porque su cuerpo se ha deteriorado. Sin embargo, el joven ha tenido varios intentos de suicidio. “Mi hijo nunca ha sido tratado por especialistas. No permiten que los médicos lo vean. Desde el 16 mayo solo lo han dejado dos veces al sol por 40 segundos”, denuncia.
Implora que se lo entreguen. “Nadie nos va a devolver estos cuatro años. Me han doblegado, me han arrodillado. Pero ya es hora de que culmine”.
Según su abogada, Saleh es el único preso político que queda de los hechos de 2014, pero también dijo que hay que recordar que el dirigente político Leopoldo López fue condenado a casi 14 años.
Para Malave, a Saleh “no le perdonan las actividades que en materia de derechos humanos realizaron con la Operación Libertad. En especial, denunciando las violaciones que cometía las FARC en la frontera”.
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