Venezuela

FOTOS | Vecinos de San Martín vivieron una noche de terror

Eran las nueve de la noche de este 23 de enero cuando los vecinos del sector Capuchinos, en la parroquia San Juan, del municipio Libertador, en Caracas, escucharon las primeras detonaciones y gritos en la avenida San Martín, mismo sector en donde horas antes los grupos chavistas realizaron su manifestación en apoyo al presidente Nicolás Maduro.

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Fotografía: El Estímulo

Las personas comenzaron a prender los contenedores de basura y colocaron barricadas en la subida al Guarataro, en la esquina de Albañales, frente a la plaza Capuchinos y en las cercanías de la Iglesia de Palo Grande, gritando consignas contra el gobierno.
En cada hora que pasaba aumentaba el número de manifestantes y se multiplicaban las barricadas. Seguían escuchándose detonaciones y atentos estaban los vecinos de las residencias Fénix, San Juan, Palo Grande, Danor, entre otros edificios ubicados en la zona.
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Foto: Cortesía
Capuchinos 4
Foto: Cortesía
“Al principio pensamos que la manifestación se trataba por la situación política por la cual atraviesa Venezuela, desde mi apartamento pude ver como llegaban los manifestantes en grupos, entre ellos muchas mujeres, jóvenes y hasta niños, que gritaban y corrían de una lado a otro. Pasaron unos motorizados. A las 10 y 30 de la noche llegó un contingente de la Policía Nacional, lanzaron las primeras bombas lacrimógenas, las personas se dispersaron y los funcionarios se marcharon”, señaló una de las vecinas.

Llagada las 11 y 30 de la noche los manifestantes se volvieron a reagrupar, ahora eran más, pero ya su consignas no eran “Yo no quiero bono, yo no quiero Clap, yo lo que quiero es que te vayas Nicolás”, ahora su grito de guerra era “Vamos a saquear”.
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Foto: Cortesía
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Foto: Cortesía
“Vimos como los grupos además de armas de fuego, bombas molotov, también tenían en sus manos martillos, mandarrias, y palancas. El local de Prolicor fue el primero que comenzaron a atacar, escuchábamos los golpes contra la Santamaría, el estadillo de los vidrios y gritos. Luego vimos como salía un grupo de personas corriendo con cajas de cerveza, botellas de licor de distintas clases, cigarros, tabacos, entre otros productos”, dijo otro de los vecinos.
Entre tanto, otro grupo arrancaba las rejas de protección en la avenida, volteaban los contenedores y quemaban chatarras. “Arremetieron con los kioscos de ventas de periódico y chucherías que también saquearon, arrancaron las paradas de transporte público y lanzaron piedras contra los vidrios de la estación de metro Capuchinos, que intentaron quemar”.

Vecinos alertas

Ante la arremetida de violencia, los vecinos de todo el sector se activaron a través de las redes sociales, en donde se informaban los pasos que seguían los manifestantes. “Esos grupos no manifestaron por la situación política, las calles de San Martín, del sector Capuchinos fueron tomadas por el hampa, por saqueadores de oficio, llamábamos a los funcionarios policiales, a la Guardia Nacional, pero solo pasaban de vez en cuando, nos tocó resguardarnos en los edificios y preparar grupos de seguridad”, dijo otro de los afectados.
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Fotos: Daniel Hernández
Después que acabaron con las instalaciones de Prolicor, fueron en contra de una carnicería, la panadería San Juan, un negocio que pertenecía a unos chinos, una mueblería y la sede del Banco de Venezuela.
“Los habitantes de las residencias Fénix estuvimos despiertos toda la noche, pues en la planta baja de nuestro edificio se encuentra el supermercado Unicasa, el cual también tenía amenaza de saqueo. Se escuchaban disparos, le daban golpes a la reja de nuestro edificio, un grupo de hombres bajamos para colocar cadenas y candados en las puertas principales. En los apartamentos las familias buscaban calmar a los niños y ancianos que lloraban, que fueron afectados por la acción de las bombas lacrimógenas. Se escuchaban gritos, amenazas e insultos. Fue una larga noche”, dijo otro de los vecinos.
En la madrugada los manifestantes secuestraron dos camiones, uno perteneciente a la Guardia Nacional, el cual manejaban por la avenida principal. El otro vehículo pertenecía a la empresa recolectora de basura Supra, el cual incendiaron hasta volverlo cenizas.
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Fotos: Daniel Hernández
A las cinco de la mañana, el equipo reporteril de El Estímulo realizó el primer recorrido por la zona. En el ambiente aún se sentía el efecto de los gases, las calles estaban llenas de vidrios, las barricadas aún emanaban humo y los vecinos salieron a ver los alrededores de su comunidad, que simulaba un campo de guerra.

En cada esquina grupos de personas se reunieron para compartir su experiencia de la noche que vivieron, de la noche que tuvieron miedo y que se les hizo eterna.
Solo vidrios rotos encontraron en la panadería en donde solían comprar pan, los dueños del kiosco en donde adquirían el periódico se lamentaban de su perdida, no había transporte terrestre y la estación del metro estaba cerrada.
Los abuelos que acudieron al Banco de Venezuela a cobrar su pensión quedaron perplejos de los destrozos sufridos a las instalaciones, de donde cargaron con las computadoras, sillas, escritorios y demás mobiliario.
En el negocio que era de “los chinos”, una señora mayor recogía los caramelos y galletas regados en el piso: “bien hecho que les pasó esto, ellos vendían muy caro los productos”, señaló a los presentes tratando de justificar la acción vandálica.
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Fotos: Daniel Hernández
No se escucharon las campanadas de la iglesia San Juan Bautista, llamado a la misa de las siete de la mañana, las puertas permanecieron cerradas, al igual que la escuela 19 de Abril, mientras que obreros de la empresa Supra, utilizando camiones de la alcaldía de Caracas, comenzaban a recoger los las barricadas, la basura y los vidrios rotos.
Una joven madre, vestida con uniforme, caminaba, apresurada, en la calle esquivando todos desperdicios a su paso. De su mano estaba un niño de unos ocho o nueves años de edad vestido con uniforme de escuela, un morral a la espalda, que asombrado miraba todo el extraño panorama, en la calle que diariamente de seguro recorría rumbo a la escuela.
“Mamá, ¿qué pasó aquí? Mira todo eso”.
-“No preguntes vainas y camina rápido. Tú no comprenderías”, fue la respuesta de la joven madre, que de seguro ella tampoco comprende qué pasa en Venezuela.]]>

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